Chile con los pies de barro

Antes de pensar en el futuro es necesario salir de esta crisis. Y es por ello por lo que es tan importante pensar en dar pescado y no enseñar a pescar. Ahora, para dar pescado se ha llegado a un acuerdo nacional, que compromete recursos para una serie de medidas de apoyo a los más vulnerables. Sin embargo, este acuerdo tiene un gran requerimiento de caja, es por ello que, es necesario, ponerse los patines y comenzar a apurar el tranco.
Hay que sacar adelante la regulación para prepagar impuestos por las utilidades empozadas en la empresa. Hay muchos empresarios dispuestos a anticipar el pago de impuestos, lo cual es una ayuda.
Hay que motivar a los inversionistas a volver a Chile. Y esto pasa por no tener discursos como el del proyecto de Reforma Constitucional sobre Impuesto a los Más Ricos, el cual, en sus considerandos nos vuelven al conflicto del año 2014, que separo el país entre los buenos (trabajadores) y los malos (empresarios). No se logra justicia social quitándole al vecino lo que tiene, sino cooperando y dando oportunidades a quienes las necesitan.
Debemos reinventar el capitalismo popular, para permitir que las personas naturales inviertan en empresas. No faltará quien diga que esto beneficia a las grandes compañías; sin embargo, no se puede negar que ellas, al contratar a pequeñas y medianas empresas, las ayudan a crecer.
Y reactivemos nuestro mercado interno, dándole preferencia a todos aquellos emprendimientos que están tratando de sobrevivir.
Sin embargo, es importante tener presente que esta crisis ha demostrado que tenemos los pies de barro. Que no somos capaces de tener boleta y factura electrónica en todo el país, ya que descubrimos que muchas comunas de Chile no tienen acceso a internet o que no pudimos tener educación a distancia por falta de computadores, y porque aún existe un bajo nivel de educación que le impide a muchos padres ayudar a sus hijos con las tareas.
Hemos visto cómo viven más de una familia en una vivienda de muy pocos metros cuadrados, como han crecido los campamentos y por ello requerimos más viviendas y mejor infraestructura. Por eso es tan importante el acuerdo político, en el cual se comprometen a apurar estos temas, los cuales por tener alta demanda de mano de obra además ayudan a reducir la cesantía.
El acuerdo político buscará eliminar las muchas trabas burocráticas que impiden constituir nuevos negocios y que fuerzan al emprendedor a mantenerse en la informalidad.
En conclusión, es tiempo de repensar nuestro país, para permitir que todos y cada uno de los emprendimientos puedan desarrollarse, para dar oportunidades y así poder crecer y sacar nuestros pies del barro.
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