Claudia Allende, la economista chilena que se codea con los nuevos Premios Nobel

La joven profesora asistente en la Escuela de Negocios de Stanford fue contratada por Guido Imbens, quien dirige el área de economía y que esta semana ganó el Nobel de Economía. Desde entonces se han hecho muy cercanos, e incluso hacen paseos semanales en bicicleta.


Una de las personas más cercanas en el día a día al flamante Premio Nobel de Economía, Guido Imbens, es la chilena Claudia Allende, colega del galardonado en la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford.

Allende (33) es hoy una de las economistas nacionales más destacadas a nivel global. En 2020 fue premiada con el Restud Tour, por su tesis sobre “Competencia en las Interacciones Sociales y el Diseño de Políticas Educativas”, una de las mejores del mundo, según el Review of Economic Studies.

La académica estudió economía en la Universidad Católica e hizo el doctorado en la Universidad de Columbia. Según afirma Christopher Neilson, profesor chileno en la Universidad de Princeton y uno de sus tutores de tesis, “Allende fue fácil de las tres mejores de todos los graduados del mundo en 2020. Seguro es la mujer economista chilena de más éxito en esta etapa de su carrera, pero también es básicamente lo mejor que le ha ido a cualquier hombre”.

Allende, columnista estable de Pulso desde este año, cuenta que siempre le fue bien en los estudios y era “multifacética”. Le gustaba escribir, las matemáticas, la ciencia, la historia, de todo.

Tras graduarse del pregrado y, a la vez, del magíster de Economía de la UC, se fue a estudiar un doctorado en la Universidad de Columbia, alternando ese proceso con tres años en Princeton.

Antes de comenzar su trabajo este año como profesora asistente en Stanford, la economista estuvo un año en la Universidad de Chicago, en el Becker Friedman Institute.

Universidad de Stanford

Allende cuenta que su área de especialización es “la organización industrial, el estudio de la interacción estratégica de las firmas en un mercado específico. Esta área empezó con un enfoque más teórico, pero en las últimas décadas ha visto un desarrollo fascinante de las herramientas empíricas. A mí me apasiona esta combinación entre la teoría, los datos y el mundo real, en especial cuando la economía nos puede ayudar a entender cómo mejorar la calidad de vida de las personas”. Sostiene que su “objetivo final es tratar de aportar al debate sobre cómo mejorar el diseño de las políticas públicas, con un foco en reducir la desigualdad y usar los recursos del Estado de forma eficiente”.

Los ganadores del Premio Nobel de Economía

Una de las personas que le hicieron clases en Chile, Francisco Gallego, profesor titular del Instituto de Economía UC, recuerda que “conocí a Claudia cuando era estudiante de magíster de Economía en la UC, hace casi 10 años. Tomó dos ramos conmigo. Uno sobre econometría avanzada y otro sobre tópicos de desarrollo. Recuerdo su buen desempeño y sobre todo cómo, en el segundo ramo, trabajó mezclando temas de organización industrial con desarrollo económico, cuando era muy poco común mezclar los dos temas. Luego profundizó en una tesis muy destacada mezclando organización industrial con temas de educación”.

Con el paso de los años, Gallego dice que “es increíble notar que ya en esa época -hace 10 años- ya estaba pensando en los temas en los que ahora trabaja en investigación y donde ha hecho progresos importantes en temas de información y educación usando modelos de frontera de organización industrial estructural. Creo que eso refleja muy bien algo que destaca en Claudia: no sólo su capacidad de trabajo e intelectual, sino que su capacidad de mezclar literaturas e innovar”.

Rodeada de premiados

En Stanford, Allende trabaja con Imbens en el grupo de economía dentro de la Business School. “Ese grupo es diverso, está la rama macro y también los teóricos, que siempre ha sido uno de los mejores departamentos del mundo en Teoría, por lejos. De hecho Robert Wilson, que se ganó el premio Nobel de Economía el año pasado, es parte del grupo teórico”, cuenta la chilena y agrega que aunque tienen líneas de investigación diferentes, en la práctica no hay ninguna separación.

Los ganadores del Nobel de este año fueron premiados por “su solución de utilizar experimentos naturales: situaciones que surgen en la vida real que se asemejan a experimentos aleatorios” para responder grandes preguntas, según se destacó el día que fueron nombrados.

Allende también comenta que “con David Card (Berkeley) y Josh Angrist (MIT) -los otros dos ganadores del Premio Nobel de Economía de este año- he tenido discusiones académicas fascinantes. Es impresionante la pasión con la que ambos contribuyen a la profesión, no sólo mediante sus prolíficas agendas de investigación, sino que también mediante una profunda vocación y energía inagotable a la hora de formar nuevas generaciones de economistas. Son dos tipos brillantes, que piensan tres veces más rápido de lo que estoy acostumbrada y formulan preguntas precisas y acertadas. En pocos minutos, son capaces de detectar los puntos débiles de cualquier análisis de datos, lo que más de una vez ha puesto nerviosos a presentadores que no logran dar una respuesta elocuente a sus preguntas en los seminarios. Estoy segura de que mi investigación, y la de muchos otros economistas, se ha visto tremendamente beneficiada de esas interacciones”.

Volviendo a su relación más cercana con Guido Imbens, cuenta que hace 10 años el ahora Premio Nobel llegó junto con Susan Athey, otra destacada economista y su esposa (“que seguro también se ganará el Nobel en unos años más”, dice Allende), a Stanford y se han dedicado a transformar el área de economía. “Pasando desde lo teórico a lo empírico, con problemas del mundo real. Ellos fueron los que me contrataron, son mis mentores”, dice Allende.

El estilo de Imbens y de Athey no es el de unos jefes tradicionales, dice la chilena: “Ellos lo que quieren es que tú abras un área nueva de investigación. Ellos quieren ayudarte, enseñarte, para que encuentres tu propio camino”.

El economista de la Universidad de Stanford, Guido Imbens, quien ganó el Premio Nobel de Economía 2021, posa en el Área de la Bahía de California, Estados Unidos, el 11 de octubre de 2021.

El miércoles de esta semana que termina se organizó un cóctel en la Escuela de Negocios con todos los profesores, para darle un reconocimiento al nuevo premio Nobel, un reconocimiento que para él “es superimportante”, esto “porque está convencido de que hay mucho valor en los datos, por lo tanto que se reconozca ese trabajo es muy importante”.

“Él es un tipo de una sencillez y una pasión por lo que hace increíble, además de ser superhumilde, un lujo como persona. Además de brillante es una persona muy especial. Le encanta andar en bicicleta y tenemos un grupo en el que salimos todos los viernes”, cuenta Allende y agrega que, de hecho, es el propio Imbens el que organiza los paseos.

Imbens ya avisó que los organizadores suecos de la distinción en Economía del Nobel, el Banco de Suecia, tienen agendado ir a California a grabar un video sobre su vida. Para ese registro, el académico ya tiene pensado que lo graben paseando en bicicleta, incluyendo, por supuesto, a su colega Claudia Allende. P

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