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Déficit fiscal crónico: La verdad incómoda que amenaza a los próximos gobiernos

Para los economistas Chile tiene un descalce fiscal estructural que ningún gobierno ha querido reconocer en toda su magnitud. No sólo creen que el equilibrio fiscal no se alcanzará al 2029 como pregona Hacienda, sino también que se superará el límite de deuda de 45% del PIB en el próximo gobierno, dada la imposibilidad que tendrá la clase política de hacer recortes profundos de gasto en el corto plazo.

Los ambiciosos proyectos ley que involucraron altos volúmenes de gasto permanente, como gratuidad en la educación y la PGU han llevado a ingresos fiscales inciertos y a la baja en últimos años. Andres Perez

Se trata de una verdad incómoda que ha apremiado a varios gobiernos desde hace más de una década y que no tiene una solución fácil ni de corto plazo. El incumplimiento de la meta fiscal estructural de 2024 y el nuevo quiebre del objetivo del gobierno para este año sólo vienen a desnudar el complejo escenario por el que atraviesan las finanzas públicas marcadas por un déficit fiscal que, para muchos, ya es crónico e imposible de revertir en el corto plazo.

Ambiciosos proyectos ley que involucraron altos volúmenes de gasto permanente, como gratuidad en la educación y la PGU; ingresos fiscales que se han vuelto inciertos y a la baja; un crecimiento de la actividad económica de tendencia estancada en menos de 2% durante la última década; un explosivo aumento de la deuda pública; e inevitables presiones por mayor gasto público en el futuro configuran un panorama poco alentador para futuras administraciones.

“Tenemos un déficit fiscal crónico de 2 puntos del PIB que tenemos que asumir. Debemos sincerar que rebajarlo nos va a costar mucho tiempo y un esfuerzo estructural”, afirma el exdirector de Presupuestos, Matías Acevedo, quien recuerda el “brutal” sinceramiento del deterioro de los ingresos que hizo Hacienda en el último Informe de Finanzas Públicas (IFP)_del primer trimestre. En el documento, por ejemplo, los ingresos fiscales proyectados para este año cayeron desde 24,3%_del PIB (IFP del tercer trimestre de 2024) a 22,7% (IFP del primer trimestre 2025).

Economista y exdirector de Presupuestos. Foto: Andrés Pérez Andres Perez

“Los ingresos estructurales cayeron casi dos puntos del PIB, que es lo que bajaron los ingresos estructurales para la crisis del año 2008 (subprime). Ese nivel es para siempre, no es que esto se vaya a recuperar. ¡Nos bajamos dos peldaños en seis meses!”, alerta el economista.

“En los últimos 15 años siempre hablábamos de un promedio de déficit de un punto del PIB, pero hoy día es 2%. En el año 2008, por ejemplo, no teníamos gratuidad en la educación y hoy la tenemos. Ese mismo año tampoco teníamos la PGU y hoy la tenemos. Entonces, el espacio fiscal para ajustar se te ha ido achicando, porque ya tienes muchos gastos comprometidos por ley y, por lo tanto, cualquiera de los ajustes que se quieran hacer en ahorro, en gasto… tienen que ser estructurales”, complementa.

El dramático sinceramiento viene aparejado de una caída de los saldos existentes en los fondos soberanos y a un explosivo aumento de la deuda pública bruta, la que llegó el año pasado a 41,7% del PIB, muy cerca del límite prudente de deuda de 45% impuesto por el gobierno y lejos de los pasivos sólo 3,9% del PIB que existían en 2007.

El complejo panorama de ingresos obligó al gobierno hace dos semanas a postergar su meta de déficit estructural de 1,1% para el 2026 y a proyectar un equilibrio recién para el año 2029, en medio de las críticas de los analistas con la nueva estimación. El sinceramiento contempló un anuncio de millonarios recortes de gasto para este año, muchos de los cuales requieren aprobación del Congreso, lo que acrecentó las dudas de los expertos sobre la viabilidad del ajuste fiscal.

La directora de Presupuestos, Javiera Martínez, reconoce a Pulso la necesidad de tener un mayor “espacio fiscal” hacia futuro dadas las presiones de gasto que vienen y reafirma el acotado espacio que existe hoy para recortes.

“Lo que se necesitará es espacio fiscal. El espacio fiscal depende de los ingresos, los gastos y las variables macroeconómicas (o estructurales). En el caso de los gastos, la invitación es a mirar el gasto legal dado el alto nivel de compromisos legales que explican la mayor parte del mismo. En Chile, el 92% del gasto público corresponde a obligaciones legales, a la administración del sistema judicial y orden público o a la ejecución de inversión pública. Por lo tanto, también debemos pensar en cómo hacer más con los mismos recursos, es decir, cómo introducir eficiencia y productividad al gasto”, afirma Martínez.

Directora de Presupuestos. MARIO TELLEZ

“También es importante relevar la importancia de la búsqueda de nuevas fuentes financiamiento permanentes para sostener esas presiones y actuales presiones que se diseñaron de manera desfinanciada”, añade la actual directora de Presupuestos, quien destaca la pronta instalación de una Comisión Asesora para Reformas Estructurales al Gasto Público, la que tiene como misión proponer medidas específicas administrativas, legislativas y programáticas de impacto significativo para contener el gasto público.

Al ser consultada por la existencia de un déficit fiscal crónico de 2% del PIB en las finanzas públicas y si se ha hecho un verdadero sinceramiento de esta realidad por parte de Hacienda, Martínez es cauta.

“Sin contar el superávit fiscal registrado en 2022, desde el año 2015 Chile no tiene un Balance Cíclicamente Ajustado (BCA) positivo. La actual administración, bajo esa preocupación, se planteó pasar de un balance estructural de -10,6% del año 2021 a un -0,5% en cuatro años y, a la vez, implementar una regla dual que guiara la política fiscal y que el BCA sea en función de la estabilización de la deuda. Hoy vemos que se mantiene la proyección de un BCA de 0% del PIB al año 2029, y que se ha incluido cierta gradualidad a la trayectoria para alcanzar esa convergencia sin modificar el objetivo final, lo que responde a un criterio de prudencia macroeconómica”, explica la autoridad de gobierno.

Wishful thinking

Sin embargo, los expertos creen que Hacienda no ha sincerado en toda su magnitud el problema que hoy tienen las finanzas públicas, y creen que las proyecciones de equilibrio fiscal hacia 2029 son ficticias y un “autoengaño” para futuro.

“Nadie ha querido enfrentar este problema. Ni este gobierno, ni el anterior, ni el que vino antes. Todos han hecho cosmética, maquillaje, es puro wishful thinking (creencia ilusoria) sobre los números. Nadie quiere asumir el costo de decir la verdad y de reconocer que hay que hacer un ajuste que es doloroso y políticamente complicado”, lanza el economista de Gemines, Alejandro Fernández, quien recuerda, por ejemplo, el debate en torno al “insuficiente” financiamiento para la PGU en el último gobierno de Sebastián Piñera.

Economista y socio de Gemines. Andres Perez

Fernández va más allá y afirma que, dado el estrecho escenario fiscal, no se cumplirán las metas de este año ni las proyectadas para 2029 por parte de Hacienda.

“Es probable que el déficit de este año termine siendo mayor cuando hagamos la contabilidad al cierre. También, la perspectiva de que se cumpla el equilibrio fiscal el 2029 es una ilusión. No tiene base de realidad. Lo grave es que la credibilidad en la regla fiscal ya se acabó”, cuestiona Fernández, quien cree que lo más probable es que la próxima administración se endeude más y, por ende, supere el límite prudencial de 45% del PIB.

Matías Acevedo coincide y afirma que, dada la demora de años que habrá en materializar recortes más estructurales al gasto, el próximo gobierno deberá acudir a más deuda. “El déficit se tiene que financiar y eso va requerir más deuda. Independientemente de que tengas una serie de medidas estructurales, las cuales van a demorar, de aquí al año 2027 tendremos 45% de deuda con toda seguridad”, añade Acevedo.

El exdirector de Presupuestos del último gobierno de Sebastián Piñera cree que los ajustes que se deben hacer al gasto son de fondo y menciona el financiamiento del CAE y el alto costo de las licencias médicas, entre otros.

Sin embargo, también estima que la “inercia fiscal” futura hará la tarea aún más compleja. “Sostener medidas de eficiencia fiscal en el tiempo es complejo. Hay una inercia importante en el gasto. Eso no hay que esconderlo, no hay que sentir vergüenza de aquello. Es una realidad que nos llama a actuar con más decisión. Hay que pensar en ajustes estructurales, más que en recortes de horas extras o menos asesores de los ministros”, precisa Acevedo, quien reconoce las dificultades de recortes más sensibles en áreas del sector público donde hay grupos de interés.

Economista de OCEC-UDP.

El economista de OCEC-UDP, Juan Ortiz, comparte el diagnóstico y reconoce que no se cumplirán las metas de consolidación fiscal al 2029 planteadas por el gobierno.

“Nos estamos haciendo un poco de autoengaño de decir que de aquí a tres o cuatro años la situación va a cambiar y la deuda no va a seguir creciendo o se va a aminorar. Eso no va a ser así. Las presiones fiscales, en vez de aminorar, van a seguir aumentando: el envejecimiento de la población cada vez va a presionar más el gasto de salud y el cambio climático va a seguir presionando las arcas fiscales... Hay que hacer una discusión política profunda”, concluye.

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