El nuevo foco del SII para pesquisar a los grandes contribuyentes: apuntará a los holdings transnacionales

Hernán Frigolett, director del Servicio de Impuestos Internos.

El director del Servicio de Impuestos Internos, Hernán Frigolett, explica que este cambio responde a que “la organización industrial en Chile se ha complejizado”, y por ello “se debe planificar de manera integral la fiscalización a este tipo de contribuyentes”. Menciona que este proceso de reorganización interna debe estar listo en abril de 2023 y que “con esta nueva forma de fiscalizar, la meta de reducción de 0,4% del PIB por año tiene que ser un piso”.


La meta que tiene el Servicio de Impuestos Internos (SII) es reducir la evasión y elusión en 0,4% del Producto Interno Bruto (PIB) por año. Esto, con el objetivo de lograr recaudar 1,6% del PIB al término del gobierno del Presidente Gabriel Boric. Con ese propósito trazado, la entidad fiscalizadora trabaja aceleradamente para mejorar los índices de cumplimiento tributario. Un eje clave que permitirá lograr ese fin, es la reestructuración del Departamento de Grandes Contribuyentes, la cual debe estar completamente en marcha en abril del próximo año.

El foco de esa unidad estará ahora puesto en los grupos económicos, ya sea a través de holdings nacionales, multirregionales o transnacionales, puesto que estos concentran la mayor parte de la renta económica del país.

A lo que apunta el ente fiscalizador es a evitar ciertos riesgos de cumplimiento tributario, como la entrega de información producto de reorganizaciones realizadas entre empresas del grupo, riesgos de precios de transferencias por sus operaciones con relacionadas, y uso de franquicias tributarias y de convenios para evitar la doble tributación, todo lo cual amerita una fiscalización más especializada.

El director del SII, Hernán Frigolett, explica que el giro responde a que “la organización industrial en Chile se ha complejizado”, y por ello “se debe planificar de manera integral la fiscalización a este tipo de contribuyentes”. “Tenemos aproximadamente 3.300 grupos económicos que operan en Chile, de los cuales dependen unas 18.500 empresas, y detrás de esas empresas hay un conjunto de 90 mil contribuyentes de altos patrimonios. Eso genera una red en la cual hay lazos que hacen que estas empresas estén unidas de alguna forma”, plantea.

Frigolett menciona que de ese universo de 3.300 grupos se concentrarán en los que “son más grandes y que tienen connotaciones de operaciones trasnacionales”. De esta manera, sostiene, se generará un subconjunto de grupos donde se focalizará la fiscalización. “Se está analizando para determinar cuál es la cartera de contribuyentes que cumple estas características que van a estar radicadas en la Dirección de Grandes Contribuyentes”, añade el director del servicio.

No obstante, entrega luces de hacia dónde estará concentrada la fiscalización: “No podemos fiscalizar a los grupos empresariales sin pensar en las personas de altos patrimonios, porque se concentra ahí principalmente todo lo relacionado con los grupos empresariales. Por ello, necesitamos una Dirección Nacional de Grandes Contribuyentes que esté a la altura de este desafío”.

Hoy la calificación de “Grandes Contribuyentes” se ha definido sobre la base del cumplimiento de al menos uno de los siguientes criterios: tener ingresos o ventas anuales iguales o superiores a 90.000 unidades tributarias anuales (UTA), en todos y cada uno de los tres últimos años comerciales; que la sumatoria de los ingresos o ventas anuales de los tres últimos años comerciales sea igual o superior a 270.000 unidades tributarias anuales (UTA); aquellas multinacionales que, encontrándose obligadas, presenten el “Reporte País por País” en Chile, o contribuyentes que, solicitándolo, realicen operaciones en Chile y hayan sido incluidos en el “Reporte País por País” presentado por las multinacionales en el extranjero.

Actualmente, la fiscalización se centra en empresas individuales y no en los holdings, por lo que ahora se busca tener una mirada más integral de todo el grupo económico. “Con la visión integral vamos a poder tener acceso a información que será mucho más sincrónica de lo que está pasando en ese grupo y así ver el impacto global”, menciona el director del SII, quien acota que “no nos interesa interactuar con una empresa en particular, sino que con la organización industrial completa”.

Frigolett subraya que la Dirección de Grandes Contribuyentes se creó en un contexto donde las organizaciones industriales eran más simples. “No teníamos estas organizaciones de holding y hoy, además, tenemos un conjunto importante de empresas de mallas transnacionales que están aterrizando en Chile, pero también empresas nacionales que están globalizadas en lo productivo y en lo financiero. Por ello, tenemos que pensar en una nueva estructura con una mayor inteligencia tributaria e inteligencia para fiscalizar. Tenemos que tener un conocimiento mucho más específico”. Sostiene que “tenemos mucha transferencia de activos y pasivos desde el territorio nacional a orgánicas que están en el exterior y donde se concentran muchas veces carteras financieras. Ahí nos interesa que la arista tributaria esté bien tratada”.

En el proceso está trabajando un equipo multidisciplinario para analizar lo que se tiene que ajustar en Grandes Contribuyentes, para comenzar con el nuevo diseño en 2023. La idea de este plan, según afirma Frigolett, es que todo el equipo de Grandes Contribuyentes asuma esta responsabilidad en 2023, por lo que “se está cuadrando la orgánica interna que permita que este análisis se trabaje en forma integral, con el gran objetivo de lidiar con este conjunto de contribuyentes cuya estructura de gestión y cuyas estructuras económicas y financieras son mucho más complejas”.

¿El equipo de Grandes Contribuyentes tendrá que crecer?: “Eso está en desarrollo”, dice Frigolett, no obstante, indica que es probable que se mantenga un número muy parecido a los 150 profesionales que hoy trabajan en esa dirección. “Lo que tenemos que ver es si los componentes de las expertises son las necesarias, y en ese proceso puede que tengamos que hacer algún tipo de traslado de personal para potenciar esta área con algunas contrataciones”, agrega.

Para avanzar en este proceso, habrá una etapa de “acompañamiento tributario”, es decir, “nos interesa desarrollar convenios de colaboración, que está muy ligado al concepto de responsabilidad social tributaria”, precisa el director del SII.

En el detalle complementa señalando que “el SII hará un acompañamiento de los contribuyentes que suscriban los convenios para ir conversando previamente con aquellas organizaciones que no tengan un comportamiento agresivo y que a la vez tengan implicancias en lo económico, financiero y tributario”. De esa manera, explica que en lugar de que el SII confronte a ese grupo empresarial, sea un trabajo desarrollado en el tiempo que permita generar un modelo tributario transparente.

La idea de avanzar hacia una fiscalización de grupos empresariales está incluida en el proyecto de reforma tributaria. De hecho, esta semana se aprobó en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. En la iniciativa se propone un solo procedimiento de fiscalización que involucre a todos los contribuyentes que conformen un mismo “grupo empresarial” y que hubieren concurrido en determinadas operaciones y transacciones bajo análisis, debiendo considerar los efectos de la fiscalización de manera integral y consistente.

Asimismo, propone ampliar los plazos de prescripción para fiscalizar a estos grupos empresariales cuando incumplan su obligación de información durante el año comercial, o en el inmediatamente anterior, para que el SII revise todos los efectos tributarios que se desprendan de las modificaciones y acuerdos no informados.

Hernán Frigolett, director del Servicio de Impuestos Internos (SII).

Los plazos y metas

El director del SII fija algunos plazos para que esta nueva etapa esté en operación. “El plan de gestión de cumplimiento tributario de 2023 debe comenzar y, por ello, este proceso de reorganización interna debe estar listo en abril de 2023. Si bien esto tiene una continuidad que ya está en marcha, desde ese momento lo que esperamos es que haya un aumento exponencial desde el punto de vista del cumplimiento”, indica.

En cuanto a las metas, Frigolett es claro en mencionar que, con esta nueva forma de fiscalizar, la reducción de 0,4% del PIB por año debiera ser un piso. “Lo que esperamos es que con esta reorganización superemos ese piso que nos pusimos, que por lo demás es el piso que nos pone el financiamiento de las políticas públicas de esta administración”, añade.

La venia de los expertos

Los expertos tributaristas reciben de buena forma estos cambios que están haciendo en el servicio, ya que lo ven como un avance hacia una relación más transparente. Gonzalo Schmidt, socio líder del departamento de defensa del contribuyente de PwC, comenta que “el SII quiere seguir la línea en la que ha estado trabajando la Ocde desde 2013 para este tipo de contribuyentes, bajo el concepto denominado cumplimiento colaborativo”. En ese sentido, agrega que “el SII apunta a una relación renovada con las empresas consideradas significativas, basada en la gestión de riesgos, con una administración tributaria justa, abierta y receptiva, y una mayor transparencia por parte de los contribuyentes”. Por ello, dice que le “parece bien este nuevo foco para tener una relación más cercana y directa con estos grupos”. Mientras, Andrés Martínez, socio líder de consultoría tributaria de KPMG, acota que “desde hace tiempo que el SII ha ido adoptando un modelo de fiscalización buscando un foco más segmentado respecto a las características de los contribuyentes, y aplicando un modelo de fiscalización basado en el riesgo tributario de los diversos grupos y tipos de empresa. Esta medida es un paso y una profundización en la misma línea de trabajo que ya se venía dando”.

Luis Felipe Ocampo, socio de Recabarren & Asociados, indica que “el desafío mayor está en la calidad de la fiscalización que despliegue, los criterios en la aplicación de las normas, que se adecuen a la realidad de los contribuyentes, el conocimiento de las industrias y de los modelos de negocios”.

Por tanto, “sí hay una fiscalización intensa, pero de muy alta calidad, con criterios claros y manera objetiva, levantando objeciones ante situaciones claras, y prescindiendo de prejuicios y parcialidades, no veo que deba existir temor por parte de los contribuyentes”, concluye.

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