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La Torre de Babel

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Los técnicos de lado y lado podemos contribuir al debate tendiendo puentes para que el debate culmine en un buen acuerdo tributario, o bien podemos contribuir a la confusión y a la incomunicación.

En esta ocasión quisiera referirme a mis colegas Rodrigo Valdés, Andrea Repetto y Ramón López, que han cuestionado que la integración al 100% del sistema tributario genere equidad horizontal.

El argumento sería una "mula", una ilusión, o incluso una barbaridad. Puesto que yo sostengo que ese es el caso, deseo explicar mi punto de vista para ver si puedo zafar de esos apelativos. Partamos por una definición.

Un sistema tributario es equitativo si cada persona paga la misma tasa de impuestos progresiva para el mismo nivel de ingresos o rentas. Mis colegas tienen una especie de definición funcional de los ingresos y las personas.

Las rentas son del trabajo o son de capital. En el caso del trabajador, es su remuneración, y pagan impuestos, luego consumen o ahorran. Para las personas propietarias del capital (empresarios, accionistas), en el sistema integrado ellos solo pagan el impuesto equivalente que pagan los trabajadores por los dividendos o retiros, el 30% de sus rentas, dicen, y por el resto pagan la tasa menor del impuesto que retienen en las empresas, lo que sería el ahorro de los accionistas o dueños del capital.

Es decir, pueden ahorrar a una tasa menor, y solo pagan la mayor cuando en el futuro retiren esos recursos. El impuesto a las empresas es entonces solo una retención, siempre, a la espera del retiro que ocurrirá en el futuro necesariamente. Yo entiendo el sistema capitalista de otro modo.

En mi visión el capital y el trabajo son factores de producción, que se reúnen en una empresa para producir y generar las rentas de las personas que les permiten comprar los bienes y servicios que les dan bienestar. La utilidad retenida no es renta de la persona empresario o accionista, es renta de la empresa para generar más rentas en el futuro.

La ley también lo indica así. De hecho, el valor de una acción es valor presente de los dividendos, no de las utilidades. Aquí es necesario ampliar el doble concepto que representa el empresario. El empresario es accionista que desea consumir y disfrutar la vida como propietario de la empresa y, al mismo tiempo, es un inversionista para invertir y hacer crecer su empresa (parte retenida e invertida) que permite en el futuro más dividendos o retiros, más empleados en su empresa y más ingresos para ambos.

La renta del empresario para disfrutar la vida, comparable a la renta del trabajador no es la utilidad completa, solo la parte que retira. De hecho, la retención de utilidades no es ahorro del empresario, pues especialmente en el caso de las empresas grandes que reinvierten el 70%, se trata de acumulación de capital permanente que nunca será retirado.

Si el capital no se acumulara permanentemente no tendríamos crecimiento económico. Por eso es la tasa de la empresa la que determina la inversión, y esta no puede estar más altas que los competidores externos, si queremos que nuestra rentas sigan creciendo en el futuro.

Coincido con mis colegas que el debate sobre integración no es sobre inversión, pero sí es sobre equidad horizontal.

Una cosa es el debate sobre la equidad horizontal de las personas en el debate tributario, y otra distinta el debate sobre la distribución funcional del ingreso, o sobre la distribución de la riqueza. Es importante consensuar conceptos para contribuir a los acuerdos.

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