Mario Marcel: “El gobierno no está enamorado de su proyecto de pensiones”

Ministro de Hacienda, Mario Marcel.

El ministro de Hacienda cerró este viernes su paso por Washington DC, en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, donde tuvo la oportunidad de juntarse con inversionistas a conversar sobre la evolución económica del país. Según el secretario de Estado, se está consolidando “una visión más favorable de Chile” y se repetía la idea de que “Chile está de vuelta”. En el plano de las reformas, sobre el royalty Marcel se mostró abierto a conversar el guarismo de la carga tributaria máxima, y también a hacer modificaciones a la reforma previsional. “Pero, como se dice habitualmente, se necesitan dos para el tango”, advirtió Marcel.


Una agenda copada de reuniones con autoridades e inversionistas tuvo esta semana el ministro de Hacienda, Mario Marcel, en Washington DC, donde participó de las Reuniones de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial.

El secretario de Estado, en su último día en la capital estadounidense, conversó con Pulso sobre su viaje y el feedback que recibió de los inversionistas, a pocos días de que el gobierno anuncie su política nacional del litio. Además, respondió a las críticas del sector privado por la fórmula propuesta para el royalty, con una carga tributaria final de hasta 50%, y también sobre lo que viene en la reforma previsional.

¿Cómo le fue con los inversionistas? ¿Qué saca en limpio de este viaje?

-En este tipo de reuniones, por un lado, uno se conecta con lo que está pasando en la economía mundial, se obtiene información más de primera mano, y por otro lado, también uno se encuentra con inversionistas, analistas que están siguiendo la economía chilena. En lo que respecta al primer tema, creo que se han ido tranquilizando un poco las aguas después de estos episodios de los bancos regionales de EE.UU. y del Credit Suisse, pero permanece una alerta frente a riesgos de esta naturaleza.

¿Y sobre Chile?

-En lo que respecta a la economía chilena, creo que ahora se nota un cambio de actitud. Si en reuniones anteriores habíamos visto un mayor interés frente a lo que estaba ocurriendo internamente, ahora podemos ver que se va consolidando una visión bastante más favorable de Chile. No solamente en términos de nuestro propio desarrollo, sino que comparado a los desarrollos que se han ido dando en otros países. Vemos interés en invertir en inversiones de portafolio, compra de activos generados en Chile, por el sector público y el sector privado, etcétera, y también mucho interés en oportunidades de inversiones extranjeras, sobre todo en estas áreas que son más dinámicas ligadas a la economía verde, como el caso del litio, el hidrógeno verde. La frase que más se repetía era que “Chile está de vuelta”.

¿Qué preocupaciones le plantearon los inversionistas sobre el país?

-Diría que donde hubo más preguntas fue respecto a la evolución de las reformas que ha propuesto el gobierno. Hay preocupación ante el rechazo del proyecto de reforma tributaria, por la demora en resolver el tema tributario, porque la reforma es vista como una muestra de responsabilidad en el manejo fiscal ante gastos que son necesarios y urgentes.

El FMI también insistió que se necesita una reforma tributaria, ¿qué le parece?

-Lo que ocurre es que, mirado desde afuera, se entiende con bastante más claridad que en el tráfago de la discusión local, que en la medida que Chile se va desarrollando y va madurando, también va requiriendo acción del Estado en áreas que antes no eran parte de la agenda pública, pero hoy día sí lo son. Por ejemplo, hace 30 años no existía la preocupación que existe hoy por el medioambiente. Por otro lado, también van surgiendo emergencias de temas que se venían quedando atrás en recursos, como la seguridad ciudadana.

¿El gasto extra en seguridad de US$1.500 millones, depende de la reforma tributaria? Y si no es así, ¿se puede financiar?

-Lo que hemos dicho es que esperamos que se pueda financiar con la reforma tributaria. Si no hubiera reforma tributaria, hay que cortar gastos de alguna otra parte. Estos órdenes de magnitud, US$1.500 millones anuales, no es una cantidad pequeña. En Chile hay una excesiva sensibilidad a estas cosas cuando son temas de sentido común. Cualquier persona en sus finanzas personales, de su familia, una pequeña empresa, entiende que si está asumiendo un gasto adicional va a tener que encontrar los ingresos adicionales para financiarlo; entonces, en el caso de seguridad ciudadana, también es de sentido común que los gastos que se requieren no son gastos por una vez, porque estamos hablando de la dotación y formación de policías, del Ministerio Público, los tribunales de justicia. Todos esos son gastos de carácter permanente. Entonces, nosotros en Chile hemos insistido mucho que cuando el gasto es permanente se requiere financiamiento permanente. Bueno, eso es lo que tenemos que lograr.

Entonces, para que quede claro, ¿si por algún motivo no llega a haber reforma tributaria, ¿esos recursos de todas formas estarán garantizados?

-Pero no es solamente una cuestión del gobierno, es una cuestión de todo el sistema político. Todo el sistema político tendría que hacerse responsable de que para poder financiar el mayor gasto en seguridad ciudadana, habría que cortar recursos en inversión pública o en beneficios sociales, porque esos son los grandes ítems de gasto. US$1.500 millones no se financian bajándole el sueldo a un ministro, aunque desgraciadamente hay mucha gente que maneja ese tipo de argumento.

Los órdenes de magnitud son muy distintos…

-Los órdenes de magnitud son muy distintos. Además, se citan cosas que ni siquiera existen. Por ejemplo, hubo un tuit de un dirigente gremial que circuló la semana pasada, que decía “están exigiendo reforma tributaria para financiar el gasto en seguridad ciudadana, pero al mismo tiempo aumentan en 60.000 personas la contratación de empleados públicos”. En el Congreso nosotros explicamos esta semana las limitaciones que tiene la información proveniente de encuestas para medir la evolución del empleo público y demostramos que en lugar de crecer en 60 mil personas, en realidad había decrecido el empleo público. Entonces, para mirar las cosas ayuda bastante tener un poco más de distancia, a veces en Chile estamos demasiado absorbidos por una suerte de guerrilla de mensajes, cuando hay cosas sustantivas que tenemos que hacer y tenemos que hacerlas juntos.

¿Qué les planteó a los inversionistas respecto del litio? ¿Les planteó que iba a estar el sector privado?

-Yo les dije que la estrategia nacional del litio contempla la colaboración y la asociación entre el sector público y sector privado. Y que por lo tanto hay espacio para actores diversos en la industria del litio. Obviamente, el desarrollo de esa industria tiene que ser en armonía con el medioambiente, con las comunidades locales, etcétera. Pero va a haber espacio para que Chile no solamente siga produciendo, siga haciendo un producto importante del litio, sino que aumente su producción, aumenten los actores del sector, y aumenten los lugares desde donde se está extrayendo el litio.

¿Cómo toma las críticas a la definición del proyecto de royalty, que incluye una carga tributaría máxima de 50%? ¿Hay espacio para flexibilizar ese guarismo?

-Primero, veo que se reconoce el perfeccionamiento de esta iniciativa durante su tramitación en la Comisión de Minería, que implicó cambios de la estructura del impuesto, incluyó a los gobiernos locales como beneficiarios de los recursos provenientes del royalty minero. En segundo lugar, se ha recibido positivamente lo que hemos preparado posteriormente al despacho del proyecto desde la Comisión de Minería, como es el establecer un límite a la carga tributaria consolidada. Además, también han surgido otros temas posibles como la invariabilidad tributaria, que combinados con el límite de la carga tributaria, significan dos dimensiones de seguridad o de menor incertidumbre para los inversionistas. Y respecto al guarismo, lo que debemos tener claro es que el gobierno presentó una propuesta en la Comisión con un límite de 50%, que está en línea con el nivel de recaudación y carga tributaria que se despachó de la Comisión de Minería. Entonces, mover ese límite significa menor recaudación. Al establecer ese límite, desde ya se despejan todas esas dudas y todas esas discusiones que hubo, sobre si había una carga tributaria de 70%, de 80%, un economista que calculó 130%. Todo eso queda descartado.

¿No hay una carga expropiatoria?

-La verdad es que nunca este proyecto contempló cargas tributarias de esa naturaleza, pero, al poner este límite, estamos entregando una seguridad adicional. El gobierno tiene disposición a conversar el guarismo, pero, como se dice habitualmente, se necesitan dos para el tango. Necesitamos también tener claro cuáles son las propuestas alternativas en cuanto a las dimensiones y lo que implican en términos de carga tributaria y de recaudación.

En el tema de pensiones, desde el Congreso han anunciado que no habría mayoría para cuentas nocionales ni para que el 6% completo vaya a solidaridad. ¿Tiene futuro ese proyecto tal como está?

-Nosotros hemos sido muy enfáticos desde un comienzo que el gobierno no tiene líneas rojas respecto de la reforma previsional. Lo que tiene son argumentos, tiene datos, tiene una propuesta que la considera consistente, pero eso no significa que esté cerrado a discutir alternativas. Lo que estamos viendo es justamente la discusión de alternativas y el hecho de que el gobierno muestre disposición a esa discusión, muestra que efectivamente el gobierno está dispuesto a flexibilizar su proyecto. El gobierno no está enamorado de su proyecto de pensiones, su propósito no es aprobar una reforma exactamente igual a la que se presentó. Ahora lo que sí se necesita para este diálogo es que los distintos actores estén dispuestos a entrar a una conversación para buscar acuerdos, porque la reforma previsional no es un concurso de belleza, no es la elección entre dos alternativas. La votación de una reforma previsional no va a ser “tantos votos para la alternativa A del gobierno, y tantos votos para la alternativa B de la oposición”. Lo que se requiere es que la oposición y el gobierno conversen, y encuentren las mejores soluciones para lo que necesita la gente.

Todos tienen que ceder…

-Esa disposición la tenemos. El gobierno está dispuesto a flexibilizar y buscar alternativas, y lo está demostrando a diario en el trabajo de la Comisión Técnica.

El FMI mejoró su visión para este año sobre el PIB de Chile. Dice que cae, pero de -1,5% pasó a -1%. También el Banco Central subió su proyección en el IPoM, aunque pasó algo del ajuste del 2023 al 2024. ¿Cómo se compatibiliza eso con su visión de que lo peor está quedando atrás?

-Hay que destacar que en la proyección del FMI para Chile no alcanzó a incorporar la información de las cuentas nacionales trimestrales, que se publicó hace unas semanas. Probablemente si incorporara esa información tendría una cifra aún menos negativa. Segundo, está claro que el Banco Central hizo una corrección importante, desde un rango que estaba centrado en -1,25% a uno centrado en cero. Ahora, qué es lo que ocurra de aquí para adelante depende mucho de cómo evolucione la política monetaria, y la política monetaria a su vez va a depender de cómo se vayan viendo las perspectivas para la inflación.

La presidenta del Banco Central dijo hace un par de días que podríamos ver posiblemente nuevas caídas en el PIB desestacionalizado trimestre contra trimestre anterior. ¿Está siendo usted muy optimista al respecto?

-Mirando los datos trimestrales del 2022, tuvimos tres trimestres seguidos de caídas, trimestre contra trimestre y en el tercer trimestre la caída fue mucho mayor, de -1,1%. Entonces, caídas de esas magnitudes no vamos a tener, no tuvimos caída en el cuarto trimestre del 2022. Con los datos de enero y febrero parece bastante probable que no tendremos caída en el primer trimestre de 2023, de hecho, probablemente tengamos un crecimiento mayor que el que tuvimos en el cuarto trimestre del 2022. Y de ahí para adelante ya estamos dependiendo un poco de cómo se vaya produciendo el ajuste en la economía chilena.

Entonces, ¿no descarta una nueva caída en esta medición?

-Es difícil de descartar. Lo que vemos es que caídas como las que se produjeron en el tercer trimestre del año pasado o caídas consecutivas, como también se produjo el año pasado, no vamos a volver a tener.

Con las proyecciones del FMI del martes, tomando todo el periodo del actual gobierno, se promedia un crecimiento anual de 1,4% para 2022-2025. ¿Será el crecimiento una de las mayores deudas del gobierno?

-Voy a decir aquí lo mismo que dije al comienzo de 2023. En ese entonces dije que el 2023no estaba escrito en piedra. Luego, hubo muchos analistas que proyectaron recesiones de grandes magnitudes que no se produjeron. En este momento ya estamos discutiendo sobre si la cifra de 2023 va a ser positiva. Entonces, ahora digo respecto al crecimiento 2024-2025 que tampoco está escrito en piedra. Por lo tanto, es bien temprano para emitir juicios sobre la base de una posible trayectoria de actividad.

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