Que paguen los súper ricos

El tema ha vuelto a la palestra a consecuencia del proyecto de modernización tributaria. La reforma tributaria de 2014 estableció la convivencia de dos sistemas paralelos.
El así denominado sistema atribuido, incluye a un mayor número de empresas de menor tamaño, es integrado en el sentido de que el impuesto de la empresa se acredita totalmente en contra del impuesto personal del propietario, pero éste último debe tributar aún cuando no reciba distribuciones.
Por su parte, el así sistema llamado semi integrado combina la ventaja de tributación sobre distribuciones con una acreditación parcial del impuesto de la empresa, lo que se traduce en una sobre tasa de impuesto del propietario de 9,45 puntos a todos los niveles de rentas.
El proyecto propone un sistema único que se caracteriza por ser integrado y de tributación sobre las distribuciones de utilidades. Me parece una buena idea porque logra los propósitos de simplificar el sistema al contemplar un régimen único, de neutralidad tributaria al establecer una integración total y de posponer la tributación de todos los propietarios con el consiguiente efecto en el ahorro empresarial. Se ha criticado la iniciativa señalando que el nuevo sistema beneficiaría a las empresas más grandes de Chile que están en el sistema semi integrado.
La verdad no es fácil entender la lógica del argumento. ¿En qué sentido se benefician las empresas más grandes si están ya pagando un 27%? Entonces habría que reformular el argumento y decir que la iniciativa está hecha para los súper ricos.
Pero tampoco es claro el planteamiento. En primer lugar, el cambio hace desaparecer los 9,45 puntos de impuesto personal que pagan todos los empresarios del sistema semi integrado, grandes y chicos por igual. Esta sobre tasa sí que es regresiva, y basta un ejemplo elemental para demostrarlo.
A un empresario que está en la tasa de impuesto personal de 5% el efecto del régimen semi integrado aumenta su carga a 14,45%, vale decir casi tres veces, en tanto que un empresario que ya está en el 35% la ve aumentar a 44,45%, valer decir, menos de la mitad.
Concluyo entonces que el cambio del sistema favorece a los pequeños y medianos empresarios que están en el régimen semi integrado, así como a los pequeños y medianos empresarios que están en el sistema atribuido cuyos propietarios tributarán ahora solamente cuando reciban distribuciones.
¿Y qué pasa con los súper ricos?
La primera dificultad es definir qué es un súper rico ya que en una encuesta habrían tantas respuestas como encuestados. Ensayemos una definición entendiendo por tales a los integrantes de los grandes grupos económicos con participación determinante en las mil empresas más importantes de Chile.
Entonces, ¿cómo se establece sobre qué base pagan, con qué tasa y cuándo?, o basta con volver a un 40% las tasa del impuesto Global Complementario lo que afectará a muchos más que a los súper ricos?
Debo confesar que la propuesta me parece algo ingenua respecto de su efecto recaudatorio. Se podría contra argumentar a favor de volver a todos al régimen atribuido y se acaba el problema. Y ahí sí que volvemos a fojas cero. Al proyecto original de la reforma de 2014 que hubo de ser cambiado en medio de su tramitación en el Congreso porque todos, Gobierno y Parlamento, se dieron cuenta que no funcionaba.
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