Reservas del Banco Central representan el 14,6% del PIB y analistas señalan que no es el momento de intervenir el dólar

Mercado vuelve a subir sus proyecciones de inflación y eleva el techo para la tasa de interés

A mayo, el ente rector tiene reservas internacionales por US$ 46.434 millones. La última vez que el BC intervino el mercado vendiendo dólares fue en noviembre de 2019 en medio del incremento de la moneda estadounidense debido al estallido social. En ese entonces, las reservas internacionales totalizaban US$ 37.709 millones equivalentes a 14% del PIB de la época.


La discusión está instalada. Debe o no intervenir el Banco Central (BC) ante la escalada alcista del dólar. Si bien este martes la divisa bajó $5,41 en comparación al viernes llegando a cotizarse en $912 tras el anuncio de venta de hasta US$5 mil millones por parte del gobierno, la visiones entre los economistas sobre si el BC debe o no inyectar dólares al mercado en estos momentos no es unánime.

Desde el Banco Central, su vicepresidente Pablo García, comentó la semana pasada que no estaban las condiciones para intervenir porque el dólar se estaba moviendo dentro de sus fundamentos, lo que fue apoyado por algunos economistas como el expresidente del ente rector, Vittorio Corbo, quien dijo que cualquier acción no tendría efectos y que era mejor guardar las “municiones” para más adelante.

Una de esas municiones son las reservas internacionales que posee el BC para implementar cualquier medida de emergencia. A mayo, el ente rector tiene reservas internacionales netas por US$ 46.434 millones lo que equivale a 14,6% del Producto Interno Bruto (PIB). La última vez que el BC intervino el mercado vendiendo dólares fue en noviembre de 2019 en medio del incremento de la moneda estadounidense debido al estallido social. En ese entonces, las reservas internacionales totalizaban US$ 37.709 millones equivalentes a 14% del PIB.

Para recuperar la posición de las reservas, en enero de 2021, el instituto emisor lanzó un programa de reposición y ampliación de reservas internacionales que consistió en un esquema gradual de compra de divisas por US$ 12.000 millones. De estos, US$ 2.550 millones corresponden a la reposición de las reservas utilizadas en el plan de intervención que se ejecutó entre diciembre de 2019 y enero de 2020, y el saldo restante al monto necesario para elevar su tamaño a alrededor de 18% del PIB.

Ese plan finalizó antes de lo previsto. Octubre 2021 se acordó suspender ese programa en virtud de la evolución reciente del mercado financiero y el nivel de reservas internacionales ya alcanzado. En total, el BC compró US$ 7.440 millones entre el 18 de enero y el 13 de octubre de 2021, lo que equivale al 62% de lo programado inicialmente. En ese mes, las reservas internacionales eran equivalentes al 17,4% del PIB.

Para los economistas, el actual nivel de reservas no es un problema para el Banco Central, sino que el sentido de la oportunidad para hacer y si tendrá los efectos deseados, no obstante, no hay una visión común.

Alejandro Fernández, economista de Gemines consultores, sostuvo que “el BC no necesita vender dólares necesariamente para intervenir. Puede hacerlo con papeles denominados en dólares, como lo ha hecho en otras ocasiones”, no obstante, dice que “tiene reservas suficientes como para usarlas en esta coyuntura y recomprarlas más adelante cuando el precio haya bajado”.

Para Fernández, “lo mínimo que debió hacer le BC era decir que le preocupa el nivel del tipo de cambio y recordar que, aunque es normal que suba cuando el cobre baja, está $150 o $200 por sobre su nivel de equilibrio. Además, debería anunciar una intervención contundente para los próximos 60 días”.

Sergio Lehmann, economista jefe de Bci aseveró que “tras la intervención de fines de 2019 por los efectos del estallido social, recuperó reservas internacionales a través de un proceso de compra de dólares llevado a cabo en 2021. Si bien lo suspendió algo antes de la fecha estipulada para su conclusión, dejó las reservas en una posición cómoda dado el marco de políticas de nuestro país, que contempla la intervención cambiaria solo en casos extraordinarios”.

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Para Lehmann, “buena parte del alza reciente en el tipo de cambio se debe a factores externos, por lo que cualquier intervención tendrá efectos más bien acotados”. Pese a ello advierte que hay “un desvío de $70 cerca de 8%, respecto al nivel de tipo de cambio acorde con fundamentos de corto plazo. Si bien este desalineamiento es importante, aún está por debajo de lo que se advertía en la última intervención”. Así, para el economista, “todavía habría un espacio, aunque cada vez más estrecho, para permitir el ajuste en el valor de nuestra moneda, acorde con los patrones de intervención observados en lo más reciente”, pero plantea que “sería importante una intervención verbal de parte del Banco Central”.

Por su parte, Cristóbal Gamboni, economista senior de OCEC-UDP, sostiene que “el nivel de reservas a la fecha, como porcentaje del PIB, se encuentra sobre el promedio histórico, y da espacio suficiente en caso de que se quisiera realizar una intervención. Las razones para intervenir estarían determinadas por otras consideraciones”.

Sobre si es oportuno intervenir, el excoordinar Macroeconómico de Hacienda afirma que “aún hay paño que cortar antes de que sea necesaria una intervención por parte del BC. El alza en el tipo de cambio en los últimos días ha estado determinada por factores globales, pero que a la vez muestran cierta volatilidad, por ejemplo, el precio del cobre”.

Mientras que Tomás Flores, investigador de Libertad y Desarrollo, indica que otros países con flotación cambiaria como la chilena son México (19,5% del PIB en reservas) y Polonia (23,9%). No obstante, “nuestro régimen cambiario autoriza la intervención ante burbujas especulativas, la que no parece estar presente en a la actualidad, ya que el alza del tipo de cambio corresponde al cambio de los fundamentos externos e internos”.

Para Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados, afirma que “las reservas internacionales no son un impedimento para que el BC pueda salir a intervenir, sino que más bien se debe a que la apreciación del dólar se debe a sus fundamentales”, por ello, sostiene que “parte importante de la depreciación del peso tiene explicación externa, pero la probabilidad de que el peso tenga una depreciación adicional en los próximos meses es bastante alta”, complementa Rojas. Este último punto debido al factor político interno.

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