Por qué los estados bálticos no son un modelo
La idea de que sufrir es bueno tanto para el alma como para la economía es bastante aceptada. Para los "austerianos", una crisis financiera es una marca de torpeza moral, que debe redimirse sólo a través del sufrimiento. Pero un economista existe en la tierra, no en lo que hay después de la vida. Aquellos que defienden el camino de la austeridad deben mostrar que no es solo moral, sino efectivo. ¿Cómo debe hacerse? Apuntando a ejemplos exitosos. En Europa ese ejemplo es a menudo los países bálticos y, sobre todo, Letonia, un país golpeado por la crisis que fue rescatado y ahora -por lo que nos dicen- está floreciendo. ¿Lo está? Y si lo está, ¿representa una lección para otros? La respuesta a ambas preguntas es: solo hasta cierto punto.
Los tres pequeños estados bálticos -Estonia (con 1,3 millones de habitantes), Letonia (2 millones) y Lituania (3 millones)- disfrutaron de auges liderados por el crédito antes de la crisis financiera. En 2007, el déficit de cuenta corriente de Letonia era de 22% del PIB, el de Estonia era de 16% y el de Lituania era de 14%. Las contrapartes locales de los flujos de capital eran enormes déficit financieros del sector privado: 23% del PIB en Letonia, 19% en Estonia y 13% en Lituania. Como es habitual, los auges elevaron las posiciones fiscales: la deuda neta pública de Estonia fue menos 4% del PIB en 2007, la de Letonia, 5% y la de Lituania, 11%.
Luego vinieron los cuatro caballeros de las crisis financieras: "detenciones repentinas" en los flujos de capital, colapso en los precios de los activos, recesiones y déficit fiscales. En respuesta, los países bálticos decidieron adherirse a indexaciones de divisas y abrazar la austeridad.
Un sustantivo paquete de rescate también fue negociado por Letonia a fines de 2008, con un apoyo generoso de la UE, el FMI, los países nórdicos y otros. Aun así, algunos dudaron de si el programa funcionaría. Olivier Blanchard, el consejero económico del FMI, dijo en junio del año pasado que "muchos, incluyéndome, creyeron que mantener la indexación de la moneda prácticamente sería una receta para el desastre, para un largo y doloroso ajuste en el mejor de los casos, o más probable, el eventual abandono de la indexación cuando el fracaso se volviera obvio". El ha mostrado no estar en lo correcto.
Según el FMI, Letonia redujo su déficit del gobierno ajustado de manera cíclica en 5,3% del PIB potencial entre 2008 y 2012, para alcanzar un pequeño superávit de 0,8% en el último año. Durante el mismo período, Lituania redujo su déficit ajustado de manera cíclica en 3,3% del PIB potencial. El FMI no entrega estos datos para Estonia. Pero el ajuste de Grecia fue 15% del PIB potencial entre 2009 y 2012.
¿Cómo resultó la estrategia? Los defensores de ella apuntan a un rápido crecimiento económico. La economía letona, por ejemplo, creció 16% entre el tercer trimestre de 2009 y el cuarto trimestre de 2012. Pero se contrajo 25% entre el cuarto trimestre de 2007 y su peak. En el cuarto trimestre de 2012, el PIB de Letonia seguía siendo 12% por debajo de su peak pre crisis. Esto es peor que en Irlanda, Italia, Portugal y España. Los otros dos estados bálticos han tenido mejor resultado, aunque también tras caídas enormes.
Estas enormes recesiones importan. Para Letonia, la pérdida acumulada desde 2008 a 2012 suma 77% del PIB pre crisis anual del país. En el mismo período, la pérdida fue de 44% para Lituania y 43% para Estonia. En el cuarto trimestre de 2012, el PIB de Letonia se ubicó 41% por debajo del nivel donde debería haberse ubicado si la tendencia 2000-07 hubiera continuado. El PIB de Estonia y Lituania estaba 34% por debajo de la tendencia. El desempleo ha estado cayendo, pero aun así era de 14% de la fuerza laboral letona en diciembre de 2012, tal como en Irlanda.
En resumen, Letonia, el país báltico más afectado por la crisis, sufrió una de las mayores depresiones en la historia. Se está recuperando. Pero todavía no se ha recuperado completamente. ¿Son estas políticas un modelo para otros? En una palabra, no.
Esos estados tienen cuatro enormes ventajas al perseguir la estrategia de contracción expansiva:
Primero, según Eurostat, los costos laborales de Letonia por hora en 2012 fueron un cuarto de aquellos de la eurozona como un todo, 30% de los de España y la mitad de los de Portugal. Dado el potencial para mayores avances en productividad, el país no necesita una gran depreciación real para hacerse competitivo.
Segundo, son economías muy pequeñas y abiertas. Mientras más abierta es una economía, mayor parte de su producción no dependerá del gasto local afectado por la recesión. Esto hace el ajuste externo una alternativa más potente al estímulo doméstico que en las economías más grandes. Entre 2007 y 2012, el déficit por cuenta corriente de Letonia se contrajo en 21% del PIB. El mismo ajuste sería apenas 0,3% del PIB italiano. Sus socios comerciales difícilmente se dieron cuenta del ajuste de Letonia. Pero ellos notarían uno de Italia. De nuevo, la población de Letonia se contrajo en 7,6% y la de Lituania en 10,1% entre 2007 y 2012. Si España e Italia hubieran perdido la misma proporción, habrían sido 11 millones.
Tercero, los bancos propiedad de extranjeros juegan un rol central en esas economías. Para la eurozona, esta es una alternativa a una unión bancaria: dejar a los bancos con gobiernos anfitriones en una posición fiscalmente fuerte hacerse cargo de los sistemas financieros débiles.
Finalmente, los estados bálticos han abrazado su destino europeo como una alternativa a caer de nuevo en la órbita rusa. Su población tiene razón en preferir los dolorosos ajustes. Otros países golpeados por la crisis también tienen razones para el compromiso hacia Europa, pero a un nivel mucho menor. Esto hace más débil su aceptación de la austeridad.
¿Son los estados bálticos y, en particular, la Letonia golpeada por una crisis un modelo de la contracción expansiva? En el corto plazo, la respuesta era ciertamente que no: la contracción era contractiva. Subsecuentemente, fueron capaces de combinar un enorme ajuste externo con la restauración del crecimiento, aunque, en Letonia, el PIB probablemente sigue muy por debajo de su punto de partida, el desempleo es muy elevado y la emigración fue enorme.
¿Es Letonia un modelo plausible para países mucho más grandes? Por supuesto que no. Lo que es posible para economías muy pequeñas y abiertas está cerca de ser imposible, económicamente -y social y políticamente también- para economías más grandes y relativamente cerradas. La idea de que deberíamos ver a todos los países como si fueran economías pequeñas y abiertas que no interactuaran con otras es una enfermedad intelectual. Por esto es que las autoridades de la eurozona parecen felices de ignorar la demanda. También es la razón por la cual el proceso de ajuste ha sido tan duro. Se puede argumentar que Letonia es un modelo para los pequeños países. Pero es simplemente de locos pensarlo como un modelo para Europa.
El autor es editorialista económico principal de Financial Times.
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