China es un país continente, donde gran parte de su desarrollo se concentra en las áreas de la costa suroriental. Aquí se ubican los principales motores económicos, aquellos que se encuentran en la base de su sorprendente crecimiento. Pero más allá de estos límites, se encuentra un vasto territorio que comienza recién a surgir. Es indudable que entre los especialistas ronda cierto escepticismo en torno a la fortaleza de la recuperación económica de China. Efectivamente, las cifras del primer trimestre no fueron del todo alentadoras. Sin embargo, es precisamente la disparidad regional del país asiático la que permite pensar que sus tasas de crecimiento no debieran alejarse demasiado del 7% u 8%. Una reciente investigación del banco Standard Chartered clasificó a las ciudades chinas en tres niveles, según su PIB. Las de primer nivel, como Beijing, Shanghai, Tianjin, Shenzhen y Guangzhou, con un PIB anual per cápita de casi 80 mil yuanes (alrededor de US$13 mil). Las de segundo nivel, como Chengdu, Dalian y Qingdao, con un PIB anual per cápita de 50 mil yuanes o más. Y las de tercer nivel, como Lanzhou y Linfen, donde el PIB anual per cápita no sobrepasa los 30 mil yuanes. Los analistas juzgan que si las ciudades de segundo nivel alcanzan a las del primer nivel, en términos de PIB anual per cápita, la economía china debiera mantenerse en una tasa de crecimiento anual de al menos 7% el próximo lustro. Asunto que debiera replicarse cuando las ciudades de tercer nivel hagan la correspondiente transición hacia el segundo y primer nivel. Desde hace un tiempo, numerosas autoridades chinas y chilenas han abogado por seguir una estrategia de negocios que tenga a las regiones chilenas y a las provincias chinas emergentes como ejes prioritarios de relación. Gracias a una invitación de Chicit, una delegación del Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional, encabezada por su vicepresidente, Wang Jinzhen, visitó Chile para formular una recomendación de estas características. Es ahí donde se abre un cúmulo de nuevas ventajas y oportunidades.

(*) El autor es presidente Cámara Chileno-China Comercio (Chicit).