Pulso

Reflexiones sobre el petróleo

La baja sustancial del precio del crudo ha sorprendido de sobremanera al mercado, readecuando las expectativas al nuevo escenario. En este sentido, pasar de un precio máximo en 12 meses de US$106 el barril WTI, a un precio actual de US$45, no es menor, y suscita elementos que corresponde analizar ampliamente.

En función a lo anterior, cabe recordar la aparición que hizo la nueva tecnología de fracking (fractura hidráulica), que permitió la obtención a bajo costo de gas y petróleo. De aquí, que nuevas empresas vieron una oportunidad en esto, para hacer frente al  oligopolio que sostenía el principal cartel petrolero del mundo (OPEP), llevando a un aumento de la oferta del crudo que gatilló una sobreoferta del mismo. Esto nos llevó a que el oro negro llegara a los actuales niveles, considerando además que el cartel no redujo su cuota de producción de manera sustancial para conseguir un precio atractivo.

Cabe preguntar: ¿qué razones existen para que la OPEP no haya decidido reducir su cuota de producción para generar una menor cantidad ofertada del bien?

Pues una explicación, la podemos encontrar dentro de la teoría microeconómica, la cual hace relación a la guerra de precios. En este sentido, muchas empresas nuevas y pequeñas, apostaron a vender un crudo con un precio en torno a los US$100 el barril, creyendo de cierta manera que el cartel reduciría su cuota de producción. Pese a esto, parece ser que la OPEP optó por seguir otro camino, y que sería el de mantener una cuota de producción suficiente con tal que el precio del barril se quede por un tiempo rondando los US$45 /barril, de modo tal que la nueva competencia no tenga las espaldas suficientes para soportar un precio de venta tan bajo. A su vez, debemos considerar que muchas de esas nuevas empresas adquirieron obligaciones con diversos acreedores, las cuales deben ir cumpliendo en un determinado tiempo, pero con un valor de venta tan bajo, no tienen otra opción que seguir aumentando la producción para hacer frente a sus pasivos, sino, deberían naturalmente declararse en quiebra. En simple, dichas empresas estarían aumentando el Q y no el P para aumentar sus ingresos totales.

¿Qué podríamos esperar a futuro?

En el corto plazo deberíamos seguir observando un precio en torno a US$45 el barril, mientras que en un largo plazo, como algunos agentes vaticinan, el crudo debería normalizarse, pero esta vez en torno a los US$70 y US$80 el barril, toda vez pasado el boom del fracking y el intento por generar una mayor competencia dentro de este mercado.

*El autor es gerente general de Zurich AGF.

Más sobre:Portada

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

¿Vas a seguir leyendo a medias?

NUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mesTodo el contenido, sin restricciones SUSCRÍBETE