Siete maneras de limpiar a los bancos

El escándalo Libor ha abierto una herida en la reputación de los bancos. Tras una enorme crisis fiscal y una larga lista de escándalos, los bancos son vistos como unos incompetentes especuladores manejados por vividores. Tal disgusto sobre lo que el subgobernador del Banco de Inglaterra, Paul Tucker, ha llamado un “pozo negro” es bastante natural. Pero sólo el disgusto no debería dar forma al cambio. Acá están mis siete sugerencias sobre cómo responder.
En primer lugar, aceptar que las malas conductas van a ocurrir, particularmente cuando hay tanto dinero en juego. Es bueno que el público reaccione de manera fuerte, dado que esto va a desincentivar la despreocupación gerencial. Pero seamos realistas: los banqueros están en esto por el dinero y, nos guste o no, siempre será así.
Segundo, hay maneras de reducir el riesgo de que se repitan tales escándalos: fuertes multas son una forma, más transparencia es otra. Se deberían usar las cifras de las transacciones efectivas. La transparencia no es la panacea para los males de la banca. Pero ayudaría.
En tercer lugar, los bancos necesitan mucho más capital. Esto también es relevante en el escándalo Libor. Los reguladores habrían estado mucho menos preocupados acerca de las tasas relativamente altas reportadas en octubre de 2008 si la gente no hubiera creído que los bancos estaban peligrosamente cerca de un colapso.
Cuarto, más capital no puede significar 100% capital. Laurence Kotlikoff sugiere no lo que él llama “bancos de propósito limitado”, sino el fin de la banca. Yo acepto que ese apalancamiento de 33 a 1, como se propone de manera oficial, es pavorosamente elevado. Pero no puedo ver por qué la respuesta correcta debería ser nada de apalancamiento. Un intermediario que nunca puede fallar seguramente también es demasiado seguro.
En quinto lugar, al establecer estos requisitos de capital, es esencial reconocer que los llamados activos “ponderados por riesgos” pueden y serán utilizados tanto por bancos como por reguladores. Como Per Kurowski, ex director ejecutivo del Banco Mundial, me recuerda de manera regular, las crisis ocurren cuando lo que se pensaba que era bajo riesgo resulta que era riesgo muy alto. Por esta razón, el apalancamiento sin ponderar importa. Debe ser mucho menor.
Sexto, el argumento a favor de implementar las recomendaciones de la Comisión Independiente de la Banca del Reino Unido es incluso ahora más fuerte. En particular, sigue siendo vital que los bancos puedan resolverse fácilmente en caso de accidente: la separación de la banca retail, donde la continuidad del servicio es esencial, debería facilitarlo. También es vital asegurar que las subsidiarias y el grupo como un todo tengan cantidades suficientes de capital para ser creíblemente solventes bajo casi cualquier circunstancia, y puedan absorber las pérdidas suficientes, en caso de que se acerquen al margen de insolvencia. En resumen, los bancos necesitan un mayor margen de seguridad, siempre.
La separación de la banca retail también debería reducir su contaminación por parte de la cultura del trading de corto plazo de la banca de inversión. Esta es una razón por la cual el gobierno debería reconsiderar su decisión de dejar a la banca retail entregar “simples” derivados. Pero no seamos ingenuos al respecto: la banca retail también puede portarse mal o fracasar. De hecho, una pregunta que Reino Unido debe enfrentar ahora es si el sólido modelo de la banca retail existe, dadas las bajas tasas de interés. Yo argumentaría que la dolorosa historia de escándalos en la banca retail, incluyendo el trato brutal de sobregiros sin autorización y la venta de los “seguros de protección de pagos”, reflejan la ausencia de un sólido sistema de cobro de los costos de proveer los servicios bancarios. Finalmente, no veo un argumento más convincente para la separación total de la banca retail de la banca de inversión que antes del escándalo, dado que el financiamiento de esta última está separado de la base de depósitos de la primera. Los bancos retail también deben retener el capital adecuado. Recordemos que la banca retail también es riesgosa. Los grupos diversificados son capaces de ayudar a sus subsidiarias en crisis. La separación propuesta entregaría exactamente lo que la separación puede hacer, pero mantendría el beneficio de la diversificación en un grupo mayor.
Por supuesto, con mayores requisitos de capital y la pérdida tanto de los depósitos cautivos y el subsidio implícito de los gobiernos, el costo de financiar a la banca de inversión subiría. Pero eso seguramente sería saludable. Es entendible que los recientes escándalos han enojado a la gente. Pero la ira siempre es una base peligrosa para las políticas. Los días en que el gerente del banco local era casi tan respetado como el médico han quedado atrás. Nunca vamos a transformar a los banqueros en santos. Pero podemos cambiar los incentivos que enfrentan los banqueros, la estructura de la banca y el foco de la regulación. Donde yo iría más allá es hacia un apalancamiento sustancialmente menor y una transparencia significativamente mayor. Yo haría todo lo posible para eliminar la idea de que el Estado está detrás de la banca de inversión. Esa es una idea demente. Esta es una de las razones por la cual la división de la banca es vital. No podemos esperar milagros. Pero podemos hacer a los banqueros más útiles y menos peligrosos. Concentrémonos en esto.
*El autor es editorialista económico principal de Financial Times.
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