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Sine qua non: camino y voluntad

El argumento más utilizado la semana anterior para el repentino ajuste bursátil a nivel mundial vino de la mano de la reelección del presidente Barack Obama en Estados Unidos. No obstante, no debemos perder de vista que los principales índices bursátiles se vienen ajustando ya desde mediados de septiembre gradual y sigilosamente. Desde aquellas fechas el ajuste bursátil estadounidense, que promedia -6,5%, ha sido liderado por un escenario macroeconómico mundial más sombrío, empresas locales reportando niveles de venta inferiores a las esperadas y un ambiente político internacional más tenso. Frente a ello, sólo en octubre la venta neta de fondos mutuos accionarios estadounidenses alcanzó a US$21 mil millones, llevando al total del año por encima de los US$100 mil millones, poniéndonos de esa manera en camino a registrar el nivel de ventas más importante en renta variable desde el año 2008.

Lamentablemente, como analizaremos a continuación, parecería que seguimos lidiando por ahora con los mismos tres factores de riesgo que han primado en toda esta post crisis y que tras sólo meses de un frágil apaciguamiento vuelven una y otra vez en gloria y majestad. Estos tres factores son: una falta de liquidez financiera, un proceso de desaceleración económica en los países desarrollados y, finalmente, un ambiente político contencioso.

Es difícil determinar cuál de estos elementos es causa y cuál es efecto; sin embargo, por ahora parecería que los tres elementos se encuentran entrelazados, siendo hoy por hoy el principal factor de incertidumbre la falta de consenso político para resolver los problemas fiscales de fondo en EEUU, Japón y Europa.

Partamos brevemente analizando el frente de liquidez a nivel mundial, ya que a pesar de haberse inyectado trillones de dólares a la economía mundial en los últimos cuatro años, pareciera que este problema sigue siendo recurrente. Partamos por EEUU, ya que a mediados de septiembre la Reserva Federal (Fed) anunció la compra ilimitada de instrumentos inmobiliarios del orden de US$40 mil millones mensuales. Ello en dos años sumará aproximadamente otro US$1 billón (millón de millones) en liquidez adicional y, por ahora, no se descarta un cuarto programa de liquidez entrando el año 2013. En Japón, hace sólo un par de semanas, el Banco Central anunció un programa ilimitado de liquidez para sus instituciones financieras, el que en primera instancia sumaría otros US$190 mil millones sumados a US$1 billón (millón de millones) que ya ha inyectado en la post crisis. El Banco Central de China, ya por varios meses consecutivos, ha estado inyectando US$45 mil millones en créditos de corto plazo a su sistema financiero, mientras que en Europa habrá un desembolso masivo de liquidez por parte del Banco Central Europeo (BCE) una vez que España opte por recurrir a un rescate macroeconómico en algún futuro cercano.

Por el lado macroeconómico, China parecería que hoy es el único destello de luz, ya que de los datos macroeconómicos publicados recientemente se deduce que dicha economía se está reacelerando, liderada sin duda alguna por los US$158 mil millones en gasto fiscal anunciados a mediados de año. La economía estadounidense sigue creciendo de forma aletargada (2%) y su tasa de desempleo se mantiene estructuralmente alta, cercana al 8%. Por el lado japonés, su economía se contrajo del orden de 3,9% en términos anualizados durante el tercer trimestre del año, mientras que Europa seguramente habrá entrando en una fase recesiva durante el segundo semestre del año en curso. Sin duda alguna que todas las medidas de liquidez enumeradas anteriormente van en pos de restablecer un dinamismo económico más saludable y son necesarias para evitar una contracción en el otorgamiento de crédito, elemento fundamental para un crecimiento económico razonable.

Pero he aquí el problema de fondo, que es el que emana del ámbito político. En EEUU el estamento gubernamental está nuevamente enfrascado en una negociación acerca del déficit fiscal en la cual el camino está delineado por acuerdos suscritos hace un año atrás, pero sin que haya una clara voluntad política para resolver los problemas de forma bipartita. Hace más de un año que las posturas para resolver el precipicio fiscal están demarcadas, pero ninguna de las partes quiere ceder.

Por otra parte, en Europa, que es claramente la otra fuente de incertidumbre, hay bastante voluntad política, pero el camino es aún desconocido. Por ejemplo, España se rehúsa a pedir ayuda de sus pares, mientras que Grecia se encuentra sin fondos para hacer frente a sus deudas soberanas en sólo un par de días más. Las reuniones, una tras otra, por parte de los distintos mandatarios y ministros de Finanzas muestran un clara voluntad, pero un camino con opciones complicadas y diversas.

En conclusión, la principal fuente de incertidumbre reinante en las plazas bursátiles en las últimas semanas nace del disfuncional ámbito político, cuyo sine qua non debe venir de un camino trazado y una voluntad esperanzada de que dichas diferencias pueden ser zanjadas.

*El autor es gerente general de SinopsisBursatil.com y responsable de estrategia de inversión en Aqoras Trading  en Nueva York.

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