La idea era organizar un crucero por las distintas ciudades donde se jugaría el Mundial de Brasil, pero terminó generando pérdidas para los inversionistas y con una demanda contra el impulsor de la idea.

El lunes, los inversionistas del llamado Crucero Mundial presentaron una demanda contra algunos miembros de la familia Musiet, dueña de la aerolínea PAL y gestora del proyecto.

¿La razón?

Un grupo de 34 aportantes, entre los que destacan Aníbal Mosa y las familias Chacra y Albagli, invirtieron US$7 millones en un fondo de inversión administrado por la firma Vantrust para un negocio gestado por la familia Musiet, que consistía en paquetes de viaje con estadía y tickets para los encuentros del Mundial de Fútbol. Pero el negocio no funcionó como se esperaba y hoy los inversionistas buscan recuperar el dinero.

Al inicio de la semana, el abogado Cristián Gandarillas, socio de Aninat Schwencke & Cía., presentó una demanda contra Carlos Musiet Harenque, Carlos Musiet Talguía, Rolando Musiet Talguía y Fernando Musiet Talguía, en la cual se solicita que se haga valer una garantía de US$4.200.000 que ellos tendrían comprometida en el negocio.

“Adeudan en forma solidaria a Fondo de Inversión Privado Crucero Mundial la suma de US$4.200.000, cifra que para los efectos del artículo 116 inciso segundo del Código Orgánico de Tribunales y el artículo 22 de la ley 18.010, al día 5 de septiembre de 2014 asciende a la suma de $2.511.600.000, que corresponde al 60% de la deuda morosa garantizada por los demandados, más los intereses moratorios devengados hasta la fecha del pago efectivo”, indica el documento.

Según precisa uno de los aportantes del negocio, en un inicio los actualmente demandados prometían una rentabilidad de 30% en ochos meses y estimaban que el crucero alcanzaría ventas de 2.500 paquetes con un precio promedio de US$10 mil, es decir, se alcanzarían los US$25 millones en ventas. Adicionalmente, el plan propuesto por los dueños de PAL, aerolínea que llevaría a las personas a Brasil, incluía ingresos por US$6 millones que vendrían de la venta de publicidad en el crucero.

Sin embargo, la publicidad no pudo ser vendida porque la FIFA se los habría prohibido. De este modo, según explican, los ingresos por este último concepto no existieron y los que se concretarían por la venta de paquetes alcanzaron sólo los US$11 millones.

“De la plata que se obtuvo de la venta de las entradas pagaron el crucero, a la FIFA y una parte a PAL, no todo porque cuando vimos cómo venía la cosa armamos un comité de vigilancia con los aportantes. Además, compraron entradas de más porque pensaron que iban a vender más y por ende se perdió como un US$1 millón en eso”, afirma otro inversionista que prefiere mantener su nombre en reserva.

En el documento presentado a la justicia se solicita que se le embarque a los demandados cuatro vehículos pertenecientes para que queden en calidad de depositario provisional.

A esta demanda se sumaría otra complicación para la familia Musiet. Durante el proceso de formación del Crucero Mundial, y para continuar con este negocio, el clan liderado por el empresario Fernando Musiet buscó financiamiento en otro fondo de inversión y, de acuerdo con conocedores de esas tratativas, en ese momento el empresario solicitó dineros para hacer frente, por un lado, a la crisis que vivía la aerolínea PAL y para potenciar el negocio mundialero. A cambio, habría vendido acciones de Ruby Tuesday, uno de los negocios más exitosos del grupo, que hoy estarían interesados en recuperar.