Vinos para la media estación
Pese a que todavía disfrutamos de tardes cálidas, el tiempo ya va evidenciando algunos cambios que nos recuerdan que el otoño llegó. Y así como comenzamos a cambiar ciertos hábitos o la ropa, igualmente lo hacemos con la comida y los vinos con que la acompañamos. Gastronómicamente también podemos hablar de una “media estación”.
Particularmente, los “vinos de media estación” deben ser versátiles y capaces de enfrentar el mix de días calurosos y fríos que caracteriza a esta temporada. Y como las comidas van adquiriendo “peso”, los más apropiados son los vinos de cierto cuerpo. Esto significa que tengan mayor estructura, es decir, algo más de taninos y volumen en boca.
En este sentido, el carménère es una cepa emblema, destacando su nariz con especias, hierbas y frutas negras, así como su textura aterciopelada; un gran vino que aguanta desde la parrilla hasta quesos y guisos más contundentes. Lo mismo corre para otra variedad que en Chile está dando excelentes resultados: el syrah, con algunos vinos de excelente cuerpo, balance y fruta Aromas cárnicos y a especias son bastante comunes para esta variedad, la cual da vinos de cuerpo intenso y frutas en boca, ideal para acompañar quesos y embutidos.
En esta línea también destaca el malbec, con el que nuestro país tiene buenos ejemplos en el Valle del Maipo, en Colchagua e, incluso, Casablanca. Sin embargo, para mí los mejores provienen de viejas parras ubicadas en el secano del Maule. Lo más atractivo de los buenos malbec es la voluptuosidad de su fruta, respaldada de buena acidez, volviéndolos muy bebibles.
Los blancos no se escapan de ser recomendados, y los que mejor cumplen con los requisitos que definimos son el sauvignon gris y el viognier. Del primero rescato que, a pesar de no ser tan aromático como el sauvignon blanc, tiene un mayor peso en boca y bastante acidez, características que lo hacen apropiado para comidas del mar o preparaciones con salsas. En tanto, el viognier, de nariz perfumada a flores blancas, cítricos y damascos, tiene mayor peso en boca y, generalmente, mayor alcohol, siendo interesante para preparaciones con carnes blancas, como aves e incluso cortes de cerdo magro.
Con todo, siempre es recomendable tener un buen Chardonnay a mano, variedad extremadamente gastronómica y versátil que combina con todo, a excepción de las carnes rojas. Su balance entre fruta y acidez, así como buen volumen en boca, hacen de este vino un imprescindible para el otoño. Ideal preferir los de climas costeros y, en especial, del valle del Limarí, por su elegancia. No se van a arrepentir. Salud.P
*Gerente Viña De Martino Wine MBA Bordeaux Management School
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