El peligro de no saber que estás contagiado: 480 mil personas en Chile tendrían Covid-19

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Estudio de la U. de Talca establece que en Chile se detectan 1 de cada 6 infectados. Estrategia correcta, agrega, debiese ser no sólo aumentar camas UCI y ventiladores, también mejorar las tasas de detección, pues salvaría vidas y facilitará reapertura de la economía al reducir grupo de asintomáticos no detectados.


Hace 60 años el terremoto más intenso que se tenga registro a la fecha, ocurrió en Chile, el terremoto de Valdivia. Fue el 22 de mayo de 1960. Pero hubo otro hecho con consecuencias aún más graves derivado de ese evento: grandes derrumbes de tierra se acumularon en el río San Pedro, que lleva el cauce de aguas desde el Lago Riñihue hasta el mar.

Fue tan grande la obstrucción, que era inminente la inundación de toda la ciudad de Valdivia. Pero esa amenaza no ocurrió. Y fue gracias a la denominada “hazaña del Riñihue”, donde centenares de obreros e ingenieros trabajaron sin descanso un mes. El 24 de julio se logró despejar el barro y se evitó la catástrofe que todos anticipaban.

Hoy, a seis décadas de esa hazaña, Chile requiere tener la misma actitud. Así lo indica Carlos Villalobos, doctor en Economía de la Universidad de Göttingen en Alemania, exdocente del programa de máster en Salud Pública de la Universidad de Heidelberg, y actual académico en la Universidad de Talca.

Pero la inundación que hoy se debe contener con urgencia, dice, son los nuevos contagios y víctimas de Covid-19. "Invertir en laboratorios y hacer test tiene que ser prioridad nacional número uno, como cuando se estaba rompiendo la represa en Valdivia y había que evitar que se desbordara el lago”, dice el economista.

El problema de salud pública en esta pandemia es que los tests que se dejan de hacer permiten que infectados asintomáticos distribuyan el virus entre población vulnerable, con un alto costo en vidas. Por eso, "dada la directa relación entre muertes y tasas de detección, urge incrementar dramáticamente los test”, resalta Villalobos.

Tasa de detección

Pero su observación no es solo una reflexión. Villalobos estudió el impacto que las tasas de detección de las infecciones por Sars-CoV-2 tienen sobre el número acumulado de muertes por Covid-19. En su trabajo, SARS-CoV-2 infections in the World: An estimation of the infected population and a measure of how higher detection rates save lives, en revisión en Frontiers in Public Health, determina que la tasa de detección de infecciones por Sars-CoV-2, es un dato estadístico no calculado con precisión, y que calcula para el mundo sería de 5% y muchos países incluido Chile, de 20%.

El investigador buscaba estimar el número de casos infectados en base a una razón de la tasa de letalidad de la infección. “Nosotros no conocemos la tasa de letalidad de una población porque para eso deberíamos tener toda una población infectada y ver qué porcentaje muere”, explica. Lo que usan los epidemiólogos son estimaciones de la tasa de letalitad de los casos. Pero esa cifra depende de la detección. Es decir, si se detectan más casos, baja la tasa de letalidad, pero si se hacen menos test, se detecta menos y sube la tasa de letalidad.

Ante esa limitación, y tomando en cuenta la literatura científica a la fecha, Villalobos consideró dos artículos publicados recientemente en The Lancet Infectious Disease y en Annals of Internal Medicine. En ellos se estima la tasa de letalidad de la infección basada en información de los repatriados de Wuhan, en China. Hubo mucha gente en esa ciudad que cuando empezó la pandemia emigró o volvió a sus países de orígenes, y al volver a todos ellos se les hizo test. “Como fue toda una población que estuvo expuesta al virus, de ellos se supo qué porcentaje estaba infectado y luego qué porcentaje murió, y esos estudios publicaron esa tasa de letalidad”, explica.

El raciocinio es simple. Se trata de indicar la gente que acumuladamente murió hasta hoy, que tuvo que haberse infectado acumuladamente en un periodo en el tiempo atrás, dice, “porque la gente no muere instantáneamente cuando se contagia, entonces si se divide el número de muertes actuales por la tasa de letalidad de la infección, lo que se obtiene es un número, una estimación de un número de infectados".

Pero es necesario saber a qué día corresponde ese número de infectados. Por eso el investigador, considera en su estudio que eso corresponde a 23 días, donde 5,1 días son el periodo de incubación, y desde que a las personas le aparecen los síntomas hasta que mueren, en los casos en que ello ocurre, pasan 18 días. “Al dividir el número de muertos por la tasa de letalidad de infección lo que se obteniene es la cantidad estimada acumulada de infectados 23 días en el pasado, y ese es un stock que yo diría importante, porque hasta ahora no tenemos esa certeza para más o menos saber el número total de infectados”, detalla Villalobos.

Si se aplica esta metodología en Chile, y a otros países en el mundo, explica, se construye un ranking de detección de Covid-19. Al tener el número estimado de infectados 23 días atrás, es posible comparar con el número de confirmados aquel día, con lo que se obtiene una tasa de detección, “un dato muy estadístico, que en Chile nadie usa, pero que es fundamental”, sostiene.

Según esa metodología se detecta en Chile aproximadamente 1 de cada 6 infectados. “Preocupante es que hoy estamos detectando alrededor de 18%. Las infecciones están creciendo proporcionalmente más rápido que los tests. Lo que es una mala noticia”, dice Villalobos.

La amenaza de los no detectados

En esa misma lógica, señala Villalobos que "los contagiados en Chile al día son 480.000 personas que llevan el virus en su sangre, y muchos de ellos son asintomáticos, lo que parece una locura”.

Otro estudio, realizado por la Universidad del Desarrollo (UDD), concluye algo similar. “Este número es compatible con la proyección realizada por la UDD en la Región Metropolitana del doctor Pablo Vidal, que indica que habría 7.6 veces más casos Covid-19 reportados, 390 mil los infectados”, indica.

Al 15 de mayo, los resultados preliminares de la investigación de la UDD muestra que, para un total de 446 exámenes realizados, la prevalencia de anticuerpos contra el Covid-19 alcanza el 2,9% de la población de las comunas estudiadas. Esto significa que los casos de la enfermedad en la Región Metropolitana podrían ser 7,6 veces más que los reportados hasta ahora.

Villalobos resalta que el punto no es si un estudio dice más o menos contagiados, sino que el número de asintomáticos es muy grande en relación con los reportados. “Eso se puede multiplicar por 5 ,6 o 7, y da igual, lo que nosotros tenemos que saber es que no podemos ver como opinión pública que el problema es el aumento de los casos confirmados, no se puede ver como algo malo, porque eso es desactivar bombas”.

Según esos parámetros, Villalobos, elaboró un ranking con 80 países para determinar su tasa de detección. A todos los países los compara en el mismo día del brote pandémico, 45 días después de que los países reportan 100 casos, “porque la pandemia tiene fases, entonces no se puede comparar cronológicamente el mismo día, sino que se tiene que comparar el mismo día desde que hay cien casos”, aclara.

En ese ranking, por ejemplo, España a los 45 días está en el ranking 46 y detecta un 8,3%. Italia está en el ranking 50 y detecta un 6,7%. En Reino Unido, se detecta un 3,9% y está en el ranking 62. Estados Unidos, está en el ranking 48 y detecta un 7,9%. Argentina detecta un 6,4% y está en el ranking 52. Y en el otro extremo están Australia que detecta un 64,1% y está en el ranking 1, Corea del Sur detecta 40,4% y está en el ranking 4.

Ranking de tasa de detección en 80 países elaborado por Carlos Villalobos para su estudio.

¿Y Chile? Detecta un 19,7% y está en el ranking 22. Nuestro país se ubica mucho más cerca de aquellos que más detectan que de los que detectan poco. “Es por eso que en Chile ha muerto mucho menos gente, porque estábamos protegiéndolos de los asintomáticos en mucha mayor proporción que lo que lo hizo España, Italia, Reino Unido o Estados Unidos, entonces el problema no es no un problema de recursos, sino de detección”.

Bajo esos parámetros se pueden realizar algunos ejercicios, como estimar cómo le hubiera ido a Chile si a 60 días del brote pandémico hubiese detectado como Alemania. “A 60 días del brote pandémico Chile tenía 358 muertos, y se estaba detectando al 19,7%, si se hubiera detectado al 25,1%, es decir 6 puntos porcentuales más. Como Alemania habríamos reportado 285 muertos, en vez de 358, es decir, 73 personas, y da un poco lo mismo el número, pero lo que estamos diciendo es que es una cantidad significativa de vidas que se podrían haber salvado”, indica.

Y desde otra perspectiva, si al mismo periodo hubiese detectado cómo Argentina que detectaba 6,4%, habría tenido 620 muertos. Es decir, “por detectar más que Argentina hemos salvado 260 vidas, y eso es lo relevante, la relación que existe entre el testeo y salvar vidas”.

Pero mejorar la tasa de detección cuesta mucho. Significa que los test tienen que crecer mucho más rápido que el número de infectados. “Entonces cuando un país tiene millones de infectados, para mantener su tasa de detección tiene que hacer crecer los test en esa misma cantidad por día, mi mensaje es que hay que hacer una cruzada nacional para aumentar la tasa de detección”, indica el investigador.

En esa misma línea, indicar que el aumento de la detección no es positivo, sería contraproducente. Su evidencia, Villalobos resalta, muestra todo lo contrario: "si se testea menos un mayor porcentaje de los asintomáticos van a estar en contacto con gente de riesgo y más gente va a morir, por lo tanto, lo que hay que hacer es todo lo contrario, tener trabajando los laboratorios 24/7 y aumentar el número de laboratorios, y eso es muy barato”.

Salvar vidas es relativamente barato. Hacer muchos test puede costar lo que equivale un respirador mecánico, dice Villalobos. “El problema es que cada día que pasa mejorar la tasa cuesta más, porque el número de infectados es mayor. Si se hubiera empezado a hacer test masivos e incrementar la capacidad de test hace 20 días, estaríamos como Australia. Pero eso ahora no es posible. Lo que vamos a tener que hacer al ampliar los laboratorios es mantener la tasa de detección porque las infecciones crecen mucho”, advierte.

Si en el proceso de aumentar los test hay falsos positivos, es lo de menos, dice el investigador. Un resultado así afecta la vida de alguien por dos semanas, pero no muere. “El problema es cuando tenemos el positivo no detectado y contagia a una persona vulnerable que luego muere”.

El estudio de Villalobos ha tenido mucha repercusión. En Research Gate donde está publicado desde el 26 de mayo, se aproxima a las 800 visitas. Investigadoras de Boston Children’s Hospital de Harvard, hicieron un estudio similar al de Villalobos y establecen la misma conclusión: los test PCR masivos son necesarios.

“Aunque mi trabajo pueda tener errores, porque está en proceso de revisión, el mensaje es coherente y ya tiene evidencia en datos y no solo mía, sino en el trabajo de la Universidad del Desarrollo, en el mundo también hay evidencias de que los infectados son muchos más que los confirmados”, indica.

Si el gobierno el día de mañana dice que hay que aumentar los test, Villalobos, señala que mostraría con números que eso salva vidas. “Podemos discutir que son más o menos días de rezago o discutir si la tasa de letalidad es más alta o menor, pero más testeo va a detectar más asintomáticos no detectados y por lo tanto va a evitar el contacto con la población susceptible”, subraya.

Un estudio que, asegura, ha buscado llegue a manos de quienes toman decisiones. “El problema es que esto lo mandé al Colegio Médico, lo mandé a la encargada de epidemiología del Minsal, lo mandé al Hospital de Talca. Pero siempre hay oídos sordos parece para los investigadores de regiones o tal vez para alguien que no es del área de medicina, pero da pena que a veces ningún aviso de recibo”, reconoce Villalobos.

La estrategia correcta debiese ser prevenir en vez de curar. “Si se hace un esfuerzo grande en aumentar las camas UCI y el número de ventiladores disponibles, debiese hacerse al menos un esfuerzo similar o mayor en mejorar las tasas de detección. Es económicamente eficiente, salva vidas y facilitará la reapertura de la economía al reducir el grupo de asintomáticos no detectado”, indica. Pero cada día que pasa si aumenta en un porcentaje los casos, los test tienen que aumentar mucho más para mejorar la tasa de detección, advierte, “entonces esta es una carrera contra el tiempo”.

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