¿Qué es un glioblastoma, el tumor que terminó con la vida del baterista de Rush?

FILE PHOTO - Rush drummer Neil Peart performs during a sold-out show at the MGM Grand Garden Arena in Las Vegas

Desconocidas hasta un tiempo, hoy se sabe que las células gliales son más que simples acompañantes de las neuronas, las que incluso pueden generar cáncer.


El día viernes la prensa comunicó la muerte de Neil Peart, el icónico baterista de la banda canadiense Rush. Peart, de 67, padecía desde hace tres años de cáncer cerebral, uno llamado glioblastoma.

El glioblastoma es un tumor que afecta a un tipo de células en el cerebro denominadas células gliales. Históricamente, estas células fueron consideradas, por décadas, simples acompañantes de las neuronas que las ayudaban a  mantener funcionando un órgano tan importante como el cerebro, el que con tan solo 1,5 kilos de peso en un adulto utiliza el 20% del oxígeno que respiramos para su funcionamiento.

Actualmente sabemos que las glías -como también se les suele llamar en la jerga de las neurociencias- son esenciales para controlar la función principal de las neuronas, esto es establecer sinapsis y permitir la comunicación entre células, que es la base funcional donde se alojan todas la funciones asociadas al cerebro.

Rush realizó su último concierto en agosto de 2015, para la desazón de muchos de sus fans en todo el mundo. La razón para justificar el final de la banda fue que Peart padecía de lesiones crónicas en sus hombros, lo que no le permitían seguir tocando la batería con los altísimos estándares que mantuvo durante toda su carrera.

Eximió baterista

Para muchos aficionados, músicos y críticos, Peart fue el mejor baterista del mundo. No solo eso, su importancia dentro de Rush se relacionaba con la riqueza lírica de sus textos, que hizo de las canciones de Rush verdaderas historias. Es posible que mucha gente haya comenzado a leer a Tolkien después de escuchar Rivendel. O que haya mostrado un mayor interés por la mitología tras Hemispheres o la ciencia ficción tras 2112.

La preocupación por el impacto de la ciencia y la tecnología sobre la vida de los humanos fue una constante en los álbumes de Rush, y así como nos entregó mensajes de desazón sobre el pasado y futuro en canciones como Manhattan Project, Distant early warning o Red Sector A; también reivindicó la naturaleza humana más pura en Mission, o quizás la autopoiesis en Natural Science. Ciencia y arte son dos dimensiones de la creatividad humana.

[caption id="attachment_971779" align="alignnone" width="900"]

Alex Lifeson (izquierda), Neil Peart and Geddy Lee (derecha) de Rush en 2013. FOTO: REUTERS[/caption]

El buscar expandir la frontera del conocimiento y el buscar expandir la frontera de los sentidos y sensaciones parecen ser dos variaciones de un mismo plan. No tengo certeza si Rush era una banda de culto entre los científicos, aunque intuyo que sí.

La vida de Neil Peart término por una devastadora y agresiva enfermedad que nos recuerda una vez más la fragilidad de los seres humanos. Y nos conmina, a seguir investigando para encontrar respuestas no solo por curiosidad científica, sino para contribuir a que las vidas de todos aquellos que quedamos en el planeta pueda ser mejor.

* Científico del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO)

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.