Residencias de larga estadía para Personas Mayores y Covid-19: aún estamos a tiempo de parar la masacre

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El Covid-19 llegó a los establecimientos de larga estadía de adultos mayores (Eleam). Hace poco más de dos semanas -específicamente el 25 de marzo- se conocía el primer caso de fallecimiento por coronavirus en Eleam del país. A raíz de esta situación, 20 funcionarios y 29 residentes del Hogar de Adulto Mayor Santa Verónica de Concepción habrían sido contagiados, por lo cual estarían cumpliendo cuarentena. Sin embargo, no es primera vez que esta residencia se encuentra en la palestra. Hace 5 años, se le realizó un sumario sanitario de parte de la Seremi del Bio-Bio.

Dos días más tarde, se confirmaba el contagio de tres residentes del Eleam de Puente Alto en Santiago. Un funcionario también estaría infectado y se confirmó que habría 25 residentes con cuidados especiales y otros 60 que serían trasladados a otros Eleam.

Quince días después, se da a conocer un nuevo contagio masivo de coronavirus en Eleam. Esta vez un hogar privado que cuenta con subvención estatal está en el ojo del huracán: el Hogar Italiano de Ñuñoa, Santiago. 2 casos de fallecimiento por Covid-19, otros 18 residentes con resultados positivos para el virus, de los cuales cinco están hospitalizados en el Hospital Salvador con orden de no reanimar. Además, habría 8 funcionarios contagiados. Luego de la visita de la Seremi, se ha iniciado un sumario sanitario en contra de este Eleam, por dos causas. Se detectó que el personal es insuficiente en relación con la cantidad de residentes, y por incumplimiento de los protocolos del Minsal respecto al manejo de pacientes sospechosos y positivos de Covid-19 en Eleam.

A pesar de estos datos alarmantes, aún se está a tiempo de controlar más contagios masivos en las residencias de personas mayores y contener lo que podría convertirse perfectamente en una masacre silenciosa. O se redoblan las medidas preventivas para la contención de la infección, o bien, los resultados finales podrían ser igual o peor que los observados en España, una de las zonas más afectadas por el Covid-19. No hace mucho se informó que militares españoles que prestaban ayuda en labores de sanitización en un Eleam, encontraron cuerpos abandonados de residentes de diferentes centros españoles. Presumiblemente habrían muerto por el Covidd-19 y no habrían recibido atención médica oportuna.

Luego de este episodio macabro, se han sabido de miles de personas fallecidas en los diferentes ELEAMs. Recientemente, se han liberado las cifras de las 17 Comunidades Autónomas españolas. Al menos 9834 personas han fallecido, con un resultado positivo en test o con un cuadro clínico compatible con coronavirus. Lamentablemente, Madrid cuenta con la cifra más alta de muertes: cerca de 4262 personas.

Y es que la pregunta que surge es si los datos oficiales señalan que existen 23.700 personas viviendo en ELEAMs en Chile, y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. ha señalado como factor de riesgo habitar en residencias de larga estadía, entonces ¿por qué los tomadores de decisiones chilenos no previeron que el virus iba a propagarse sí o sí en los ELEAMs? ¿Se tomaron medidas agresivas para frenar los posibles contagios?

Se sabe que las residencias de personas mayores son un medio extremadamente vulnerable por múltiples causas. Primero, son lugares cerrados donde existe un contacto frecuente entre las personas. Segundo, la limitación de los recursos -especialmente humanos. Por último, la población que habita estos espacios tiene edades avanzadas y pueden presentar varias enfermedades al mismo tiempo.

En este contexto en donde tenemos tres focos de contagios masivos en ELEAMs es que el llamado es a crear un plan estratégico que reúna medidas que permitan responder a esta contingencia de forma estratégica y coordinada entre los diversos actores relevantes.

Para empezar, poner los esfuerzos en la distribución de tests generalizados a los residentes de cada una de los ELEAMs de Chile con el objetivo de monitorizar las posibles personas infectadas. La identificación de casos potencialmente transmisores de Sars-CoV-2 no es viable basándose solo en la presencia de síntomas, pues existen casos que son asintomáticos y presintomáticos, lo cual juega un rol clave en la transmisión del virus. Por esta razón, de un estudio reciente recomienda activar las medidas preventivas más severas al detectar la existencia de UN caso de coronavirus en residencia, con el fin de evitar la propagación del virus. Una vez esté confirmado este caso positivo, se sugiere aislamiento obligatorio para los demás residentes, además de la utilización de equipos de protección de manera inmediata para el equipo de salud y técnicos.

En segundo lugar, que desde el gobierno central, se proporcione un asesoramiento individualizado a cada ELEAM junto a un aumento de personal cualificado para cubrir las necesidades que se susciten, apoyo psicosocial para personal y familiares, sanitización de espacios, fiscalización de las garantías mínimas de ELEAMs exigidas por parte de los organismos competentes, y de la protección de los DDHH de las personas mayores, en conjunto con las Municipalidades. El trabajo intersectorial permitirá efectivamente reducir las inequidades en salud a las que están expuestas diariamente estas personas mayores. El éxito de las propuestas dependerá de la convergencia y articulación de estas estructuras, y sobretodo de la interdisciplinariedad.

Porque, lo queramos o no, descuidar los ELEAMs no solo es una decisión antiética, si no poco estratégica que solo generará más sobrecarga de los servicios de salud y, por consiguiente, una limitación de los recursos disponibles. Es urgente hacer el esfuerzo, dejar a un lado las discrepancias y atender las necesidades inaplazables de este grupo, el más vulnerabilizado. Porque frente a esta emergencia sanitaria, ha quedado clara -una vez más- la desprotección completa en la que viven las personas mayores en Chile. Ya es hora de no seguir dejando atrás a los mismo de siempre.

* Psicogerontóloga Universidad de Barcelona. PhD(c) Medicina e Investigación Traslacional Universidad de Barcelona. Presidenta Fundación GeroActivismo.

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