Revista Que Pasa

Un director en terapia

<p>Rodrigo García, el hijo del autor de Cien años de soledad, acaba de estrenar la película Mother and Child, protagonizada por Naomi Watts, en el Festival de Sundance. Pero además, este cineasta ha hecho carrera dirigiendo capítulos de series como Los Soprano y Six Feet Under. Todas bajo el sello HBO. Incluso fue uno de los cerebros tras In Treatment, proyecto que lo dejó agotado. Casi, y al igual que los personajes de su serie, al borde del psicoanalista.</p>

Imaginemos que esto es una terapia. Acostado, en el diván, hay un hombre de 50 años. Frente a él, su psicoanalista lo escucha. Toma nota. El paciente, Rodrigo García, habla sobre In Treatment. La serie que lo tuvo ocupado los dos últimos años como productor, director y guionista. Esa que -capítulo tras capítulo- mostraba las historias que el Dr. Paul Weston (Gabriel Byrne) oye de sus pacientes. Que le valió excelentes críticas y una audiencia más que considerable, además de premios Emmy y Globos de Oro. Pero que, también, lo dejó agotado. Tanto que todavía no sabe cuán involucrado estará en la esperada tercera temporada de la serie.

Una eventual terapia con este director, por cierto, no se agota ahí. Hay otro tema a ser tratado. Uno que se repite en la vida de Rodrigo: el peso de ser el hijo de Gabriel García Márquez. Cada vez que lo entrevistan, por lo menos una pregunta está referida a su padre. Y pese a que Rodrigo lleva casi una década contestando, sigue sintiéndose incómodo. Cuando llega ese momento durante esta entrevista, por ejemplo, el diálogo se entrecortará. Rodrigo hará una pausa y frenará el entusiasmo con que venía hablando.

Un entusiasmo que mantuvo pese al evidente cansancio con que Rodrigo García, desde Los Ángeles, respondió a este llamado. Y un cansancio que, vale la pena aclarar, tiene su origen en los días en que cambió el sol californiano por el frío de Park City, Utah. Porque ahí, en el estado norteamericano donde se realiza el Festival de Sundance, presentó hace unos días Mother and Child, su última película, que le ha servido de terapia luego de In Treatment. Así, durante la semana que pasó en Utah cenó con productores, le pasaron guiones y estuvo en conferencias de prensa con Naomi Watts y Samuel L. Jackson, los dos rostros de su nuevo trabajo. Y, claro, le preguntaron (muchas veces) sobre su padre.

Pantalla chica

Rodrigo García en rodaje.

Dentro de ese micromundo habitado por los escritores para series de TV, hay varios nombres que han salido del anonimato de los créditos finales y se han posicionado como una firma respetada. Ahí están David Simon (The Wire), Alan Ball (True Blood) y Mathew Winner (Mad Men). Firmas que producen, escriben y dirigen historias que, semana tras semana, son seguidas por millones de espectadores. Algo de eso sabe Rodrigo García, quien lleva un tiempo vinculado a la cadena HBO. Primero dirigió un capítulo de Los Soprano -en el 2004- y luego tuvo a cargo varios de Six Feet Under. Asimismo estuvo tras Carnivale. Hasta que en el 2008 fue uno de los cerebros tras In Treatment. "Soy fanático de Dexter (la tercera temporada me encantó) y disfruté mucho Big love, que incluso tuve la suerte de dirigir el piloto. Y bueno, lo pasé bien cuando me invitaron a participar en Los Soprano y Six Feet Under. Y lo que pasó en In Treatment, aunque fue agotador, también fue una experiencia que agradezco."

-¿Qué fue lo que te cansó de In Treatment?

-De todas las series en que he trabajado o colaborado, ésta dependía en muchos aspectos de mí. Fui productor, guionista de varios capítulos y director. Y sentí en un momento que necesitaba trabajar con algo más intimista, con una película como Mother and Child, donde podía tocar temas personales sin tener tanta presión detrás.

"Los Soprano es una serie que le gustó mucho a mi padre (García Márquez) y que disfrutó bastante en su momento. También, por razones obvias, vio In Treatment. Y sí, le gustó. De hecho, me felicitó".

-Se habla mucho de la fórmula HBO. ¿Es difícil trabajar bajo esa mecánica?

-Lo que pasa es que en ningún momento se espera que uno llegue y reinvente una serie. Especialmente cuando uno es invitado. Hay mucho que está establecido. Cosas como el tono, el comportamiento de los personajes y los nudos dramáticos.

-¿Y qué te parece esta idea de que la mejor narrativa actualmente se está produciendo en la TV y no en la literatura?

-En parte, estoy de acuerdo. Pero no creo que la competencia sea con la literatura específicamente. Más bien, está enfocada hacia el cine, que hoy está demasiado comercializado. El mejor lugar para poder tener temáticas más adultas y que les lleguen a audiencias más grandes son las series.

-¿Por qué crees que pasa eso?

-Lo que sucede con el cine es que se ha enfocado tanto en el público de 16 ó 19 años, que todos los temas son de jóvenes. Superhéroes, cómics y muchas, demasiadas, aventuras, efectos especiales y explosiones. Entonces cuesta poner temáticas más adultas o reflexivas dentro de una producción grande. Por eso me muevo en un circuito no tan masivo. Y por eso In Treatment, Los Soprano y Six Feet Under son fenómenos que sólo se pueden dar en un formato como el de la TV, pero sin verse contaminados por el aspecto comercial del cine actual.

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