Cómo Fauna, Lollapalooza y Fluvial redefinen la industria hacia festivales cada vez más sustentables
Tres entrevistas realizadas a grandes productoras de festivales en Chile dejan un mensaje común: avanzar hacia una industria más consciente, tanto ambiental como socialmente, no solo es posible, sino que ya está pasando. Y muchas veces son los mismos artistas quienes aceleran este cambio y mueven la aguja hacia la sustentabilidad.
Los vasos reutilizables se han transformado en símbolo de una nueva cultura de gestión de residuos en los conciertos y festivales. Sin embargo, reducir las emisiones y el impacto ambiental en la organización de eventos requiere ir mucho más allá de la circularidad. Ante esto, surgen preguntas sobre si es viable profundizar en modelos sostenibles sin afectar la experiencia del público, o si pueden estas medidas coexistir de manera integral en la organización del evento y la música en vivo.
Diferentes productoras coinciden en que sí. Para ellas, cuando se aplican desde la base de la planificación y con coherencia, tanto el público como los artistas, no solo se adaptan, sino que lo valoran y muchas veces son parte activa del cambio.
“Cuando un evento promueve hábitos sostenibles —separar residuos, hidratarse responsablemente, cuidar el entorno, respetar la diversidad— el impacto es inmediato y masivo. Y también es una responsabilidad: si podemos llegar a tantas personas en tan poco tiempo, debemos hacerlo desde el ejemplo", aseguran desde la producción de Lotus.
Fauna Primavera: cuando el artista impulsa el estándar
El caso de Fauna Primavera —el primer gran festival de la temporada— mostró cómo los artistas pueden incidir directamente en las prácticas desde la producción. La presentación del grupo de trip hop Massive Attack no solo se llevó los aplausos por su crítica política y social, sino que también marcó un punto de inflexión en lo ambiental, solicitando, por ejemplo, que no se vendiera carne el día de su show, exigencia que la producción acató.
Gonzalo Toro, director de producción de Fauna, y Edgardo Milla, director de marketing de Fauna Producciones, explican que la banda propone mejoras hacia el festival en cinco ejes: energía, transporte, alimentos y bebidas, gestión de residuos e impacto local. “Se tomaron medidas en todos los ejes, como por ejemplo los buses Turistik gratuitos de acercamiento al Festival, 70% de la energía del festival venía de fuentes de baja emisión o renovables, 100% del packaging era compostable, entre otros”, indican.
En esta línea, ambos aseguran en que el desafío principal está en la logística. “El grueso del impacto ambiental es logístico, tanto de artistas como de público”, señalan, agregando que cada pequeña mejora aporta.
También destacan el rol de las alianzas para sostener estos cambios en el tiempo. “Los festivales de música son una compleja mezcla de tecnología y logística, puestos al servicio del arte, la libre expresión y el disfrute del público. Lograr alianzas en pos de la sustentabilidad y aminorando el impacto, nos ayuda a ser más consistentes con las voces artísticas a las que queremos darle voz y los medios con que lo hacemos”, declaran Toro y Milla.
Sobre Massive Attack, agregan que su ejemplo va más allá del show, sino en cómo trasciende su convicción: “En su ciudad originaria, Bristol, la banda logró cambios en el festival Act 1.5 a través de tecnologías como Hidrógeno Verde, en las que Chile está tomando un rol relevante. Algo así es algo a lo que aspiramos como festival en alianza con la industria privada, explican desde la producción de Fauna".
Lollapalooza Chile: sostenibilidad en el ADN del festival
Lotus, productora de Lollapalooza Chile, ha sido pionera en el país en integrar la sostenibilidad desde su primera edición en 2011, cuando el concepto aún no se instalaba con fuerza. Hoy, esa mirada está presente en todas las fases del festival.
En conversación con Paloma Chicharro, directora de Cultura y Sostenibilidad de Lotus, recuerda el origen del modelo desde Chicago, Estados Unidos, donde ya existían programas como Rock & Recycle y mediciones de huella de carbono. “Luego lo adaptamos a Chile, desarrollando una política propia”, explica.
Al igual que en Fauna, la participación de artistas ha sido determinante. Chicharro destaca que “Massive Attack ha demostrado que es posible realizar conciertos con huellas históricamente bajas, como ocurrió en Bristol”. Pero no son los únicos. Según cuenta, “Morrissey exige estrictamente la prohibición de carne en sus presentaciones”, o Billie Eilish quien “solicita eliminar el plástico de un solo uso”. Jack Johnson pide que “la energía de sus conciertos provenga de fuentes renovables o baterías, evitando generadores tradicionales”.
Jack Johnson, además, impulsa la educación ambiental a través de la fundación creada junto con su esposa Kim Johnson, Kōkua Hawaiʻi Foundation, para fomentar la acción ambiental en las comunidades de la isla, además de mantener un profundo vínculo con la protección del océano, incluso en Chile, con la visita a la “capital del surf”, Pichilemu.
En cuanto a la organización del evento, la edición 2025 mostró ser más ambiciosa que las anteriores, pasando en el uso de energía limpia de 19.960 kWh a 25.000 kWh, con más de 50 puntos de reciclaje distribuidos estratégicamente, la reducción de emisiones ligadas a residuos: de 73,78 ton CO₂eq en 2024 a 60 ton CO₂eq en 2025, y un consumo hídrico controlado en 1.400 m³ pese al aumento de asistentes, según cuenta Chicharro.
En esa línea, desde Lotus asegura que la mejora constante es posible cuando existe data, planificación y alianzas. “En nuestro caso, la edición 2025 ya muestra condiciones para que ese tipo de requerimientos sean viables. Es decir: sí, es replicable, y cada año estamos más preparados para responder a esos estándares”.
Fluvial: cuando el territorio define la sostenibilidad
Desde Valdivia, en pleno corazón de los humedales, ríos y bosques del sur, el Festival Fluvial demuestra que la sostenibilidad no es solo tendencia, sino también identidad. A menor escala que Fauna o Lollapalooza, el evento, que reúne mucho más que música en vivo, ha servido como laboratorio para modelos que luego pueden escalarse al resto del país.
Su director, Oliver Knuts, explica que procesos como las mediciones de HuellaChile o el enfoque regenerativo “son totalmente escalables. Lo que cambia no es la metodología, sino el nivel de planificación”. En este sentido, explica que la audiencia de este tipo de eventos ya sabe a lo que va. “El público ya está preparado para esto. Cuando las medidas facilitan la experiencia —menos plásticos, puntos de hidratación, información clara— la recepción es positiva y, en muchos casos, valorada como parte de la identidad del festival“.
Fluvial también es un espacio con rol educativo: “Cada año instalamos estas temáticas en paneles, talleres y conversaciones con la industria. Ese rol de formación es tan importante como las acciones concretas”, dice Knuts, quien además es director de Chilemúsica.
Uno de los hitos más relevantes en la reducción de emisiones fue el “Tren al Sur”, una iniciativa de movilidad baja en carbono que surgió por consecuencia del cierre del aeropuerto de Valdivia y terminó mostrando un camino posible para quienes fueron parte del evento. Según su reporte 2025, transportar 150 pasajeros en tren redujo en 86% las emisiones respecto del avión y en 68% respecto del bus. “Demostró que los festivales pueden activar soluciones reales”, afirma Knuts. Para escalarlo, propone anticipación, coordinación con EFE, trenes especiales para festivales, marcas que cofinancien y una experiencia integrada al viaje. “Es más cómodo, más económico y con mucha menos huella”.
Fluvial espera repetirlo en 2026, cuando cumplan 10 años. “Sería una forma simbólica y concreta de celebrar esa relación entre cultura, territorio y sostenibilidad”, explica su director.
Pero no todo es positivo. El reporte anual revela que el 69% de los residuos del festival aún es irrecuperable. Para Knuts, esto refleja un problema país. “Se requiere avanzar hacia bases de proveedores más exigentes, infraestructura para vajilla reutilizable con lavado en sitio, señalética clara de segregación y coordinación con recicladores locales”, comenta.
Sobre medidas más radicales, como el día sin carne solicitado por Massive Attack, dice: “Pueden ser efectivas si son parte de una estrategia integral. La alimentación es una fuente importante de emisiones en cualquier festival, y una reducción temporal del consumo de carne disminuye la huella de manera significativa. Lo importante es comunicarlo de forma coherente y alineada con el resto del enfoque ambiental del evento”, termina diciendo.
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