Sustentabilidad

Startup suiza produce diésel a partir de energía solar

Synhelion afirma que usar la energía del sol para producir combustible podría ayudar a descarbonizar el transporte marítimo

Primera planta industrial a gran escala del mundo para la producción de combustibles solares.

Una imagen que parece sacada de otra época, pero que anticipa el futuro: un barco a vapor de 110 años atravesó el lago de Lucerna, en Suiza, propulsado no por carbón ni petróleo, sino por diésel solar. La prueba fue realizada por la startup suiza Synhelion, que busca revolucionar el transporte marítimo y aéreo con combustibles limpios capaces de integrarse sin modificar los motores actuales.

“Para nosotros es una buena demostración, pero en realidad es solo el comienzo”, afirmó Philipp Furler, director ejecutivo de Synhelion, quien explicó que la prueba constituye una validación técnica inicial para avanzar hacia aplicaciones a gran escala.

El proceso detrás del diésel solar

La tecnología desarrollada por Synhelion convierte energía solar concentrada en calor de alta temperatura, que luego se utiliza para transformar dióxido de carbono y metano —obtenidos de residuos agrícolas— en una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono. Esta combinación permite sintetizar hidrocarburos más largos como el diésel. ¿La ventaja clave? Se trata de un combustible drop-in, es decir, puede ser utilizado directamente en motores existentes, sin necesidad de adaptaciones.

Según la empresa, este tipo de diésel solar podría reducir hasta en un 80% las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo del ciclo de vida del combustible.

El momento es ahora

El contexto global está presionando por soluciones como esta. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, el sector transporte representa entre el 20% y 25% de las emisiones globales. La Organización Marítima Internacional (OMI) ya aprobó un marco legalmente vinculante que obliga a las navieras a reducir su huella de carbono, mediante el uso de combustibles verdes o la compra de créditos.

En paralelo, la aviación ha implementado el sistema Corsia, que busca compensar las emisiones de la industria mediante créditos de carbono, mientras el acceso al sustainable aviation fuel (SAF) aún es limitado. No obstante, la legislación en mercados como Europa ya exige a las aerolíneas incorporar combustibles sostenibles, con cuotas crecientes.

Un mercado en expansión

Las proyecciones de Synhelion son ambiciosas: estima que el transporte marítimo requerirá 24 millones de toneladas métricas de combustible líquido sostenible para 2050, y la aviación necesitará al menos 192 millones de toneladas en ese mismo periodo.

El interés de los inversionistas ya se está haciendo notar. Daniel Rüdisüli, miembro del directorio de Synhelion, explicó que su family office, Swiss KMU Partners, invirtió hace cuatro años al identificar una creciente demanda y una tecnología con alto potencial de escalabilidad. “El mercado ya existe, los clientes están ahí. La pregunta es: ¿puedes escalar y crear el valor que el mercado necesita?”, señaló.

Hasta ahora, Synhelion ha recaudado 90 millones de francos suizos (US$ 107 millones) y opera una planta piloto en Jülich, Alemania, donde ya produce sus combustibles solares. La compañía busca ahora establecer una segunda planta a gran escala en zonas con alta radiación solar como España, Marruecos u Omán.

“Ahora se trata de escalar, lo que requiere una inversión intensiva en capital”, enfatizó Furler. “Ese es el desafío actual: necesitamos capital para lograrlo”.

Combustible para el futuro

Con una combinación de innovación tecnológica, urgencia climática y un mercado en transformación, el proyecto de Synhelion no solo representa una solución limpia, sino también una oportunidad concreta para acelerar la transición energética en sectores difíciles de descarbonizar.

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