Por qué casi la mitad de los asesinatos en Estados Unidos quedan sin resolver
Aunque los asesinatos en Estados Unidos han caído significativamente desde la década de 1990, la tasa de homicidios sigue siendo considerablemente más alta que la de otros países ricos. Especialistas detallan posibles causas y formas de enfrentar esta situación.
Casi la mitad de los casos de asesinato en Estados Unidos queda sin resolver. Los últimos datos compartidos por el FBI, correspondientes al 2023, sostienen que la tasa de resolución fue de un 58% ese año.
Sin embargo, según especialistas consultados por el New York Times, la cifra es en realidad menor, ya que esta incluye asesinatos de años anteriores que se resolvieron en ese periodo.
De acuerdo a los datos del FBI, las tasas de resolución para otros delitos son aún menores. Por ejemplo, solo el 8% de los robos de vehículos terminan en un arresto.
El escenario ha despertado preocupación en Estados Unidos. Si se comparan sus tasas de resolución de asesinatos con las de otros países ricos, se pueden ver diferencias significativas.
Por ejemplo, en Reino Unido, Alemania y Australia, estas rondan entre los 70, 80 e incluso 90 puntos porcentuales.
Aunque la situación de cada país es distinta y es el resultado de múltiples factores tanto internos como externos, la tasa de resolución de casos de asesinato en Estados Unidos se ha posicionado como una inquietud significativa para las autoridades, los investigadores y la ciudadanía.
Por qué casi la mitad de los asesinatos en EEUU quedan sin resolver
El investigador de justicia penal en la Universidad de Duke, Philip Cook, aseguró al Times que se trata de “un problema grave”, el cual se ha agudizado por una serie de otros factores.
Entre estos últimos se encuentra la falta de recursos, la gran cantidad de casos y la desconfianza en la policía.
Según Cook, la falta de responsabilidad legal en gran parte de los casos contribuye al aumento de delitos.
El criminólogo de la American University, Brian Forst, dijo estar de acuerdo con ese punto. En sus palabras, se trata de “un círculo vicioso”.
“Cuando los delincuentes ven que la policía no está ahí para disuadir el crimen y atrapar a los criminales, se quedan en las calles para seguir cometiendo delitos. Y el resto de la comunidad se ve menos disuadido de delinquir. Piensan: ‘¿Por qué no? No me van a atrapar’”, explicó el especialista al citado periódico.
Los expertos afirman que, aunque son múltiples los factores que pueden llevar a que alguien cometa un asesinato, uno de los elementos que influye es si los criminales serán capturados o no tras cometer el delito.
Esto se debe principalmente a dos puntos. El primero está relacionado con lo que los criminólogos llaman efecto de incapacitación. En otras palabras, un asesino que ya está tras las rejas y bajo estrictos controles de seguridad no puede asesinar a más personas.
La segunda arista tiene que ver con que el acto de atrapar a un asesino aumenta la disuasión a los posibles asesinos.
El criminólogo italiano Cesare Beccaria elaboró, en el siglo XVIII, lo que se conoce en este contexto como la teoría de la disuasión. Esta enumera tres principios fundamentales para la disuasión, en los que se han basado desde entonces los sistemas de justicia penal alrededor del globo.
Los principios son: la severidad del castigo, la rapidez con la que se captura a una persona y la certeza de que será encontrada.
Si se llevan estos elementos a la situación de Estados Unidos, se puede afirmar que el país norteamericano se ha centrado principalmente en la severidad, por sobre la rapidez y la certeza, según los expertos consultados por el Times.
No obstante, algunos especialistas argumentan que estos dos últimos factores podrían ser incluso más importantes para disuadir a potenciales criminales.
El Instituto Nacional de Justicia estadounidense afirmó en un análisis de 2016 que “la certeza de ser atrapado es un factor disuasorio mucho más poderoso que el castigo”.
Sostienen que si los individuos creen que no serán atrapados, la severidad del castigo no será un factor mayormente relevante en cuanto a la disuasión.
Asimismo, según algunos investigadores, las personas sienten que pueden actuar con impunidad cuando ven improbable que puedan ser atrapadas por las autoridades policiales.
Los expertos consultados por el citado periódico dijeron que la falta de atención y recursos es uno de los factores que influye en que la tasa de resolución de casos de asesinato en Estados Unidos sea menor que la esperada.
De hecho, según distintos estudios, los departamentos de policía tienden a resolver más casos de asesinato y tiroteos cuando les dedican más tiempo y dinero.
Otro factor de relevancia es que Estados Unidos es el país con más armas de fuego en manos de civiles en el mundo. Los expertos afirman que aquello facilita que se puedan cometer asesinatos, mientras que a su vez, el uso de este tipo de armamento puede dejar menos pistas en relación a si se usa, por ejemplo, un cuchillo u otra arma blanca que requiera contacto directo entre el agresor y la víctima.
Según el investigador de Duke, este último tipo de ataque es “un acto bastante íntimo, que probablemente genere más y diferentes tipos de pruebas”.
A esto se le suma que, en relación a otros países ricos, Estados Unidos registra más delitos de pandillas, lo que contribuye a que los casos sean más difíciles de resolver.
Los expertos afirmaron que, a nivel general en este tipo de delitos, es menos probable que los agresores tengan un vínculo íntimo con las víctimas. Cuando existe esto último, es más probable que los familiares o cercanos puedan reconocer al potencial agresor y entregar más datos sobre su relación con la víctima.
Por ejemplo, si un delincuente asesina a un desconocido para robarle su auto, es probable que los agentes policiales tengan menos información con la que trabajar.
De la misma manera, los miembros de las pandillas tienden a colaborar entre sí para evitar ser capturados, mientras que los potenciales testigos suelen presentar temores a declarar en su contra, debido a la posibilidad de sufrir represalias.
Tales aristas dificultan aún más que los casos puedan ser resueltos, dijeron los especialistas.
Junto con ello, la proporción entre el número de efectivos policiales y la cantidad de casos complejiza que los agentes estadounidenses puedan dedicarle más tiempo y dedicación a estos.
La subjefa de policía de Louisville, Emily McKinley, quien anteriormente trabajó como detective de homicidios, dijo al Times: “Nos hemos visto abrumados a lo largo de los años”.
Por su parte, la portavoz de dicho departamento, Jennifer Keeney, declaró que son conscientes de estos problemas y de la necesidad de abordarlos. Sin embargo, precisó, actualmente tienen 300 oficiales menos que la dotación completa.
Según rescata el citado periódico, la policía de Louisville no arresta a nadie en alrededor de la mitad de los casos de asesinato. Se trata de una muestra representativa de un fenómeno que se presenta a nivel nacional en Estados Unidos.
Keeney envió un mensaje a los familiares de víctimas de asesinato: “Entendemos que están de duelo, frustrados y sufriendo. Queremos que sepan que también es frustrante para nosotros y que nos importa”.
No obstante, el aumento de la desconfianza en la policía durante los últimos años también es una dificultad, especialmente cuando los detectives dependen de testigos para resolver crímenes.
En palabras del criminólogo de la American University, “los ciudadanos comunes no van a querer cooperar con la policía cuando la ven como tropas de asalto” desconocidas.
Asimismo, dijo, es menos probable que los testigos cooperen si creen que la policía no puede protegerlos de las potenciales represalias con las que pueda amenazar el sospechoso de un crimen.
Qué medidas puede tomar EEUU para aumentar la tasa de resolución de los casos de asesinato, según especialistas
Aunque los asesinatos en Estados Unidos han caído significativamente desde la década de 1990, la tasa de homicidios sigue siendo considerablemente más alta en el país norteamericano que en otros países ricos, según los datos revisados por el Times.
Los investigadores dijeron que a pesar de que hay puntos en los que es más difícil que los legisladores y juristas estadounidenses puedan llegar a acuerdos —por ejemplo, la disponibilidad de armas, tema que ha sido ampliamente debatido durante décadas— , existen otros en los que es más probable que haya consenso y que podrían ayudar a aumentar la tasa de resolución de casos de asesinato.
En este sentido, los expertos propusieron dos ideas.
La primera es que los parlamentarios y las autoridades policiales destinen más recursos a resolver este tipo de crímenes. Sin embargo, aquello a su vez podría significar que se utilicen menos fondos para enfrentar otras problemáticas que también son de relevancia.
La segunda es que la policía adopte sistemas de tecnología moderna de manera más amplia, tales como programas de reconocimiento facial más avanzados y cámaras que permitan identificar disparos, además de movimientos y matrículas sospechosas.
No obstante, el uso generalizado de este tipo de cámaras también genera debate. Los críticos sostienen que aquello podría facilitar que las autoridades abusen de esta tecnología para espiar o acosar.
La vicepresidenta ejecutiva de justicia penal en el grupo filantrópico de políticas públicas Arnold Ventures, Jennifer Doleac, enfatizó al Times: “Tenemos que conversar sobre cómo usar la tecnología de forma responsable. Pero estas herramientas pueden ayudarnos”.
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