Cartas al Director

Cuán poco hemos aprendido

Gonzalo Ruz, Omar Astudillo y el ministro Jaime Gajardo.

SEÑOR DIRECTOR:

Recientemente, el Senado ratificó el nombramiento de dos nuevos integrantes de la Corte Suprema, completando los cupos vacantes tras el cumplimiento de la edad máxima de uno de ellos y la remoción de la ministra Vivanco por la filtración de sus conversaciones con Luis Hermosilla. Estos chats revelaron una trama de corrupción judicial con influencias, acuerdos y acciones ilegales en la administración de justicia.

El escándalo expuso los desafíos del sistema de nombramientos, donde la participación de distintos poderes del Estado busca dar imparcialidad, pero en la práctica suele terminar capturado por negociaciones políticas que afectan la confianza pública.

La memoria puede ser frágil cuando se intenta perpetuar la forma de hacer las cosas, pero la ciudadanía no olvida que bajo este mecanismo se gestaron múltiples actos corruptos amparados en la reserva y en acuerdos a puertas cerradas.

La ratificación de los abogados Astudillo y Ruz no cuestiona sus capacidades, sino que evidencia las tensiones de un sistema que privilegia el secreto y no somete a los candidatos a un real escrutinio. Más que meritocracia, prima la red de contactos.

No se necesitan reformas legales para mejorar los procesos. Basta la voluntad de aprender de los errores y asumir el desafío de hacer las cosas de manera distinta. Una vez más, los hechos vuelven a mostrar lo poco que hemos aprendido.

Michel Figueroa

Director ejecutivo de Chile Transparente

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