Trump y el cobre

SEÑOR DIRECTOR:
El anuncio de un arancel de 50% al cobre importado por Estados Unidos ha generado comprensible inquietud en Chile. Sin embargo, es importante recordar que esta política no solo afecta a nuestro país, sino a todos los exportadores. Además, EE. UU. produce apenas un poco más de la mitad del cobre refinado que consume cada año, por lo que no tiene capacidad para sustituir rápidamente el suministro externo.
El resultado previsible será un alza de precios internos que impactará a su industria, la construcción y la transición energética, encareciendo productos y generando presiones sobre la inflación que el propio Trump afirma querer combatir. Aunque EE. UU. representa solo el 10,9% de las exportaciones mineras chilenas, buena parte de nuestro cobre se destina a China, donde se transforma en productos intermedios que luego se venden a Estados Unidos. Por ello, la medida puede alterar las cadenas de valor globales y tensionar la relación comercial Chile-China dada el alza en el precio del mineral, más allá del comercio directo con EE.UU. Aun así, Chile y otros proveedores podrían redirigir parte de su cobre a otros mercados, limitando los efectos negativos sobre nuestras exportaciones totales.
Este es un ejemplo clásico de política comercial sin sentido económico: una medida lose-lose que perjudica a quienes pretende proteger y que probablemente termine revocada. Una nueva muestra de la improvisación con la que Trump aborda decisiones estratégicas de largo plazo que afectan no solo a su país, sino al equilibrio de la economía global.
Alejandro Berezin, Gabriel Carvallo y Carolina Molinare
Académicos FAE UDP
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