Cartas al Director

Un paso más hacia el statu quo

SEÑOR DIRECTOR:

Desde el Acuerdo de París en 2015, las Cumbres Climáticas (COP) han creado una arquitectura climática global con normas, mercados de carbono y un fondo de pérdidas y daños ante desastres climáticos extremos, pero su efectividad real sigue siendo limitada para asegurar la meta de limitar el calentamiento global a 1,5°C.

La COP30 ratificó este patrón de ambición declarada versus implementación insuficiente tras el balance global. Entre los logros, se cuenta el acuerdo político para triplicar la ayuda para la adaptación y el lanzamiento del Fondo de Nueva Generación para la Protección de Bosques. El financiamiento sigue siendo una promesa con desembolso incierto. La cifra de US$125.000 millones para el fondo forestal es una meta a largo plazo, no una garantía inmediata.

El punto más débil y crítico para la mitigación es el manejo de los combustibles fósiles. La COP30 evitó establecer un mandato vinculante, sectorial y con una agenda definida para la eliminación progresiva de petróleo, gas y carbón. La resistencia de los grandes emisores impidió detener la expansión de nuevos proyectos fósiles, un imperativo científico. Así, la COP30 solo aborda soluciones paliativas para la adaptación y deforestación.

La ciencia es clara: sin una reducción drástica e inmediata de las emisiones de GEI provenientes de la quema de fósiles, la trayectoria hacia un calentamiento peligroso se mantiene. La COP30 fue un paso lateral en la emergencia climática.

Ahora, el peso recae en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) revisadas que los países presentarán, demostrando si esta cumbre fue el preludio de una acción real o simplemente un hito más en la inercia del statu quo.

Lorenzo Reyes Bozo

Decano Fac.de Ingeniería y Negocios, U. de Las Américas

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