"No te preocupes por Santa Claus": John Kennedy responde a una niña que temía por el fin de la Navidad

john f kennedy

En 1961, el mandatario estadounidense se dio el tiempo de responder la carta de una niña que manifestaba su preocupación ante un ensayo nuclear soviético cerca del polo norte.


En lo más álgido de la Guerra Fría, la Unión Soviética estaba por ensayar una poderosa bomba nuclear en el Círculo Ártico. Específicamente, en la base de Nueva Zembia. No era cualquier arma. Se trataba de la la Tsar Bomba, un artefacto de dimensión colosal cuya explosión podía desatar entre 57 y 50 megatones de energía, lo que la hacía 3000 veces más grande que la bomba arrojada sobre Hiroshima, al filo de la segunda guerra mundial.

Pero mientras el mundo contenía el aliento, una niña de 8 años decidió escribir una carta al entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy. Estaba desesperada. Quería que le garantizaran la seguridad del habitante más famoso del Polo Norte.

"Por favor no deje que los rusos bombardeen el Polo Norte", rogó Michelle Rochon, de Marine City, Michigan, según informes noticiosos de la época. "Porque matarán a Santa Claus".

La respuesta breve y reconfortante de Kennedy a la niña es parte de un conjunto de materiales de archivo con temas navideños exhibido en la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy en Boston.

"No te preocupes por Santa Claus", escribió el presidente el 28 de octubre de 1961. "Hablé con él ayer y se encuentra bien. Hará nuevamente su gira en esta Navidad".

El presidente añadió que también él estaba preocupado por el ensayo soviético, "no solo por el Polo Norte, no solo por Santa Claus sino por la gente en todo el mundo".

Años después, Rochon dijo al diario Boston Globe que jamás pensó que la carta tendría semejante repercusión y la convertiría en una especie de figura nacional. "Solo me preocupaba Santa Claus", dijo.

Finalmente, el polo norte surfrió los embates del ensayo nuclear. Dos días después de la carta de Kennedy, lanzaron la bomba cuya onda expansiva llegó a Noruega y Finlandia, donde rompió ventanas.

Kennedy y otros gobernantes denunciaron inmediatamente el ensayo, informa el diario The Washington Post. Pero ninguna de las declaraciones oficiales menciona a Santa Claus.

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