Adele tiene tres discos, 15 Grammys y un Oscar, pero lo que importa es su peso

La cantante británica fue mencionada en diversos medios esta semana por una fotografía con motivo de su cumpleaños. Poco importó que cumpliera 32 años, o los tantos premios acumulados en su carrera musical. Aparentemente, su actual delgadez es más relevante que su trabajo y talento.


“Adele publica foto en la que luce más delgada que nunca”, “La increíble transformación de Adele”, “Por qué el rostro de Adele se ve tan diferente", “El hilo de la impresionante pérdida de peso de Adele".

La cantante británica cumplió 32 años el pasado 5 mayo y decidió celebrarlo publicando una imagen de sí misma en medio de un arco con flores. Los titulares que se referían a su baja de peso como noticia, no tardaron en publicarse. La prensa ya había apuntado a su cambio físico en enero de este año, cuando fue avistada en una playa caribeña.

De pronto, dejó de ser relevante el daño en sus cuerdas vocales que en 2017 la obligó a cancelar una gira, o que a la fecha acumula 15 premios Grammy tras saltar a la fama gracias a una publicación de demos en My Space. No. La noticia es que ahora Adele es delgada.

No es la clásica estrella pop

Desde un comienzo su voz llamó la atención. Era lo único que se podía conocer a partir de los audios que su amigo Linden publicó en My Space en 2004. Dos años después, todo se volvió extraño. A sus 18 años estaba terminando la BRIT School de Artes Escénicas y Tecnología, cuando fue contactada por XL Recordings para grabar su primer disco.

Fanática de las Spice Girls, Britney Spears y Backstreet Boys, jamás imaginó que su álbum debut -19- llegaría al número 1 del ránking británico y se convertiría en doble disco platino en Estados Unidos. Ni siquiera tomó en cuenta el primer email que le envió el sello independiente porque no sabía quiénes eran. Un amigo le dijo: “Oye, ellos trabajan con los White Stripes”, relató Adele en entrevista con Billboard en 2008.

De hecho dijo en aquella conversación: “Si no tengo éxito con este primer álbum, no importa, lo lograré cuando tenga ocho. Tengo tiempo”. A la fecha, Adele tiene tres discos que le han adjudicado 15 Premios Grammy y la oportunidad de trabajar en un tema original para James Bond, lo que le dio un Oscar a Mejor canción.

Se hizo llamar por un solo nombre, como hiciera Madonna y Beyoncé. No necesitaba más que eso y su voz única para abrirse camino. Ya lo había hecho en su natal Reino Unido y más pronto que tarde llegaría el turno de Norteamérica, cuando participó de un episodio de Saturday Night Live en octubre de 2008.

Solo tenía en sus manos el álbum 19 y su emotiva “Chasing Pavements” -aquella tonada sobre la testarudez de perseguir algo que ya no está. ¿Debería rendirme o seguir persiguiendo el pavimento? / Incluso si me lleva a ninguna parte / ¿O es una pérdida de tiempo? Pero tenía todo lo necesario para despegar. No había nadie como ella. Todavía no la hay.

En la edición 2009 de los Grammy, recibió dos galardones: Mejor interpretación pop femenina y Mejor artista nuevo. Serían los primeros de una extensa lista de premios que recibiría en adelante entre AMA’s, BBC Music Awards, Billboards, BRIT Awards, Emmy y Globos de Oro.

Dos años después -en 2011- lanzó al mercado su segundo y acaso más famoso disco que la catapultó a la fama definitiva: 21, producido por Columbia y XL. Hoy en día, difícilmente hay quienes desconozcan las canciones “Rolling in the deep”, “Set fire to the rain” o “Someone like you”. Desgarradoras, de melodías simples, y con una calidad vocal de amplio rango.

El desplante en el escenario no es menos impresionante. Con ojos perfectamente delineados, peinados pulcros y vestidos elegantes, se subía al escenario como quien camina en su casa. El espacio le pertenecía y nadie dudaba de aquello, mucho menos desde que cantaba el primer verso.

Con 21, Adele ganó el Grammy a Álbum del año y Mejor Álbum vocal. Además, Rolling Stone le confirió el sexto lugar en el listado de mejores discos femeninos de la historia. Vendió más de 30 millones de copias en el mundo, fue certificado 16 veces Platino y fue condecorada como miembro de la Excelentísima Orden del Imperio Británico por el Príncipe Carlos.

No fue extraño que la contactaran para trabajar en la banda sonora de James Bond, franquicia cinematográfica británica por excelencia que siempre convoca artistas pop para su tema original. En 2012 se estrenó James Bond: Operación Skyfall, cuya canción tenía la voz de Adele.

El anuncio de la artista de -entonces- 25 años como ganadora del Oscar 2013 a Mejor canción original, no fue una sorpresa. “Muchas gracias, esto es maravilloso”, dijo antes de agradecer a las personas con las que trabajó y romper en llanto por la emoción

Su renombre artístico continuó, aún tras tres años de silencio musical, con el lanzamiento de su tercer disco: 25. “Hello” y “When we were young” rápidamente la posicionaron en los primeros puestos. Lo que combinada con apariciones en televisión e interacciones con el público en sus giras que estaban cargadas de simpatía y risotadas estridentes.

Adele se mostraba real y sincera. Seguía siendo aquella joven que soñaba con dedicarse a la música. El éxito y la fama internacional parecían un accesorio que difícilmente pasaba desapercibido.

Incluso fue reconocida por la revista Time como una de las personas más influyentes de 2012, y VH1 le dio el quinto lugar como una de las cantantes femeninas más importantes de la historia.

Que esta semana Adele sea noticia por su baja de peso, resta importancia a una carrera profesional que pocas personas logran con esfuerzo y talento. Si Adele va ser mencionada, que sea por las razones correctas.

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