Definitely Maybe de Oasis: esta noche soy una estrella de rock

oasis 1994

Los sueños de gloria amenizados con cigarrillos y alcohol, además del gusto por bandas como los Beatles, definieron el ideario que Noel Gallagher plasmó en las canciones que compuso para el álbum debut de Oasis. Una oda a una generación de jóvenes que no tenían mucho que perder. La banda anunció una reedición especial en vinilo por el cuarto de siglo que cumple.


Mientras uno quería morir, el otro quería sentarse en los hombros de los gigantes. Si en 1993, el desdichado Kurt Cobain afirmaba en una canción que se odiaba y quería extinguirse, al otro lado del charco, un desconocido Noel Gallagher escribía que deseaba vivir para siempre. “Tal vez solo quiero volar, quiero vivir, no quiero morir”. Esa comparación, en gran medida, es la que explica el tono excitante y arrollador que Oasis, la banda de la que el inglés era el compositor, plasmó en su álbum debut.

En Definitely Maybe, lanzado el 30 de agosto de 1994, había grandilocuencia no impostada. Había rock de pub con vocación de estadio. Había, sobre todo, una sensación de novedad. "Lo que hizo muy bien Noel Gallagher es crear una sensación de recorrido", explica a Culto el crítico musical y conductor radial, Alfredo Lewin.

"Se acabó The Smiths, se acabó la melancolía, la poesía, que eran lo que definían a ese tipo de planteamiento y ahora entramos a otro en que soy una estrella de rock and roll -agrega el hombre de radio Sonar-. Estamos hablando de una declaración, hasta política, que es mucho más directa y una actitud más individualista que lo que se había visto antes. Fue como un despertar para una nueva generación en Gran Bretaña".

Esta novedad se condensaba en canciones. De alguna manera, Noel, hasta entonces un muchacho de la clase trabajadora que se había apuntado como roadie de los Inspiral Carpets, tradujo a música sus propias aspiraciones. "Gallagher estaba convencido de que Definitely Maybe sería el lanzamiento más importante de su era y señaló pistas como 'Rock'n'Roll Star' para definir el estado de ánimo -detalla Lucien Randall en su biografía del músico-. Era todo lo que quería de su vida. Como escritor, fue capaz de pensar en ser un niño y recibir revelaciones al encontrarse con los Beatles y los Stones".

“Tú y yo viviremos por siempre”

Es casi la hora del té. Oasis está por comenzar uno de sus ensayos en estudio Bootle, cuando Noel afirma que va a revelar algo que ha mantenido en secreto. Los demás se miran. Enchufa la guitarra y comienza a tocar el acorde de sol mayor. “Era una pieza brillante y simple. Su mejor propuesta hasta la fecha, en mi opinión”, cuenta en su autobiografía Oasis the Truth: My Life as Oasis’s Drummer (John Blake, 2010), el entonces baterista Tony McCarroll.

"Liam tenía una expresión de orgullo en sus ojos y seguía mirándonos a cada uno con una amplia sonrisa en su rostro. Era su cara de 'Te lo dije'. Y lo hizo. Había demostrado fe en su hermano. Este era un estilo de canción completamente diferente al que Noel había inventado en el pasado".

“Live Forever”, se llamaba. Esa composición, inspirada en “Shine a light” de los Rolling Stones, de alguna manera definió momentos clave de Oasis. Fue de las primeras que Noel mostró al grupo para convencerles de que debía ser el compositor principal. Es la que estaban tocando en un oscuro bar en Glasgow, cuando los descubrió Alan McGee, el dueño de Creation Records -el sello que reunía a la escudería indie del momento como Primal Scream, Ride, Slowdive, My Bloody Valentine, y otros-, quien como Brian Epstein con los Beatles en la Caverna, se entusiasmó con ellos y les fichó en el acto. Era, junto a “Rock and roll star”, las que resumían la propuesta de Definitely Maybe.

“Era una de las más escuchadas en mi personal estéreo de la época. Retrocedía el cassette con un lápiz bic una y otra vez para volver a ponerla”, recuerda el músico Alejandro Gómez Sepúlveda (Solar, The Versions). “La coda del tema me pone los pelos de punta. Aún hoy en día cuando la escucho, y si me pilla sensible, me hace caer un par de lágrimas de emoción. Inspirada canción aquella”.

Para el músico nacional y exvocalista de Primavera de Praga, Leo Saavedra, esta es su canción favorita de la agrupación. "Me llaman la atención las melodías, los acordes, el ritmo y el sonido. Para mí Noel es un tremendo compositor".

Según su autor el tema era, precisamente, su respuesta a las letras más autoflagelantes de Kurt Cobain, en plena era del grunge. "Los niños no necesitan escuchar esas tonterías. Aquí había un tipo que tenía todo y era miserable al respecto -cuenta Gallagher en el texto de Randall-. Nosotros teníamos todo, y al levantarme por la mañana pensaba que era el mejor rey de todos los tiempos".

Otros, antes que él, demostraban su confianza en sí mismos con complejos arreglos musicales o uno que otro escándalo -a los que Oasis no serían ajenos-. Pero en este caso, simplemente se hizo parte de su obra. "Estos podrían ser los mejores días de nuestras vidas. Pero no creo que hayamos vivido de forma muy sabia", dice la letra de otro tema del disco, "Digsy's Dinner". Mientras la vida de Kurt Cobain se iba por el cañón de una escopeta, los de Manchester se vanagloriaban de lo que eran: unos miserables jóvenes desempleados del norte, cuya mayor perspectiva era tener un empleo apenas suficiente para costear un hogar y el pack de cervezas para ver al Manchester City. "Todas las canciones trataban de dejar Manchester y terminar bajo el sol, tomar drogas y beber por el resto de su vida", detalló Noel a Q Magazine.

“Todo lo que necesito son cigarrillos y alcohol”

Solo bastaron algunas palabras cruzadas para que el vocalista Liam Gallagher y el bajista Paul “Guigsy” McGuigan se ensarzaran en un pelea a puñetazos con un grupo de hinchas del West Ham United, en el bar del ferry que los llevaba hasta Amsterdam. En esa ocasión Oasis las iba a oficiar de telonero para The Verve. La policía no se complicó y los detuvo a todos...menos a Noel quien dormía en su habitación y de pronto se encontró solo en el transporte.

Aún no lanzaban su debut y el quinteto ya salía en la prensa por historias como esta. No era casual. "Vivo mi vida para las estrellas brillantes. La gente dice que es una pérdida de tiempo", se lee en parte de la letra de "Rock'n'Roll Star", la canción que abre el disco como una declaración. Más que sexo, drogas y alcohol, hablaba de sueños. De la realización personal planteada en términos absolutos: nada más que el éxito. Algo que los Gallagher buscaban más que nada en el mundo. Pronto dejaron en claro que para ellos las cosas eran a fondo, nada a medias.

Es que para los de Manchester lo suyo era un remix de añosas glorias inglesas. Una fórmula que tomaba sin asco ganchos que tan bien habían funcionado en épocas anteriores. El pack incluía comportarse como rockeros polémicos y peligrosos. Mientras Guns N' Roses se disfrazaban de tipos malos y sexualmente salvajes, Oasis demostraba que lo suyo era la experiencia de una vida miserable llevada a claves musicales. Era rock de perdedores con olor a fish and chips y pintas de cerveza. "Yo estaba buscando algo de acción. Pero todo lo que encontré fue cigarrillos y alcohol", se escucha en otra de las composiciones del LP.

Por eso en su música suenan muchos links. Noel, fanático de los Beatles y Burt Bacharach, fue a su primer concierto a los 12 años para ver a The Damned. De allí a que el punk de primera era, el glam, y la britsh invation sean parte esencial de su lenguaje. "La progresión de acordes de 'Rock and Roll Star' es reminiscente de 'Ticket to Ride' de los Beatles (uno de los primeros que aprendí a tocar), por eso me gustó al tiro", detalla Alejandro Gómez, quien conoció el álbum ese mismo año 94' gracias a que un amigo le regaló el cassette por su cumpleaños.

"El referente obvio son los Fab Four -afirma Gómez-. Sin embargo, es clara la influencia de Nevermind the bollocks de los Sex Pistols, The Stone Roses, Slade y una banda menos conocida de la que se comenta que Noel aprendió mucho en sus inicios... The Real People". "Yo creo que ellos tienen harto de los Beatles, The La's, Stone Roses, la calle, la convicción y por supuesto la cabezota y el corazonzote de Gallagher", complementa Saavedra. "Después todos copiaron, Solar, Canal Magdalena, Juana la loca, Los Bunkers... Primavera de Praga".

Este último punto es clave. No en vano, cuando salió a la venta, una de las cosas que se le criticó al álbum fueron los "préstamos" creativos que Noel se permitió usar. Como el riff de "Cigarrettes & Alcohol", el cuarto sencillo del álbum y su parecido con la clásica "Get it on", de T-Rex (en alguna presentación en vivo, el mismo líder se rió de eso). Y a ello se sumó la demanda de plagio que obligó a la banda a pagar una millonaria multa debido a que la melodía de "Shakermaker" era muy similar a "I'd Like to Teach the World to Sing", usada en un spot de Coca Cola.

Apenas firmaron con Creation, Noel se lanzó a componer material. Ya tenía escritas algunas piezas, pero motivado por tener contrato discográfico, el músico creó tantos temas que le sobraron para discos posteriores. Por ejemplo, “All around the world”, grabada para Be Here Now (1997), se creó en esos días. Durante un tiempo, Gallagher aseguró que esa era su mejor canción. Otras como “Fade Away” y “Listen Up” aparecieron en caras B, compilados como The Masterplan, y en algún capítulo de Daria.

La grabación de Definitely Maybe fue muy compleja porque el grupo, en especial su líder, no quedaron conformes con el sonido. Debieron hacerlo completo tres veces. "Cuando finalmente escuchamos el álbum mezclado, todos estábamos un poco desinflados -cuenta en su libro el baterista Tony McCarroll-. Aunque era bueno, había algo que no estaba del todo bien. Una vez más, ese 'empuje' faltaba. Cuando tocamos en vivo, volamos a la gente. Hubo un rugido distintivo que parecía imposible de recuperar en un estudio de grabación".

El ingeniero Owen Morris consiguió lo que quería el grupo: un sonido de guitarras atronador. Para ello fue clave grabarlos juntos, como si estuvieran actuando en un sudoroso pub perdido en Manchester. Ello le dio carácter a ciertas composiciones como "Bring it on down" -"suena como los Sex Pistols, como Liar... Rock 'n' Roll en estado puro", comenta Alejandro Gómez-, o la más densa y psicodélica "Columbia". Y por cierto, hubo espacio para canciones con una intención distinta, como "Married with Children" -inspirada en una relación de Noel que llegó a su fin- y "Digsy's Dinner" -sobre un amigo que le pidió té a Gallagher y a cambio le prometió cocina italiana-.

A final de cuentas, se trataba ante todo de un disco sobre la amistad, los sueños y los placeres de la vida, musicalizados con guitarras a todo volumen. Esa idea se llevó a la foto de portada, tomada por Michael Spencer Jones, en la casa del guitarrista Paul “Bonehead” Arthurs, en que salen todos pasando la tarde, mirando la televisión, con unos cuantos vasos de vino. Hay fotos de ídolos musicales -Burt Bacharach- y futbolísticos -Rodney Marsh, una leyenda del Manchester City, el equipo de los Gallagher-. No necesitaban nada más.

Todo ello se podía oír en un cancionero simple y directo. “Me gusta la voz, el rugido de las guitarras, la simpleza y prestancia de las canciones. Era el grupo inglés que le contestaba a Nevermind -opina Alejandro Gómez-. No creo que sea su mejor disco, ese es (What’s the story) Morning Glory? porque suena mejor, pero no sería nada sin Definitely Maybe. Pienso que van de la mano”.

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