El punto de fuga más famoso de la Cool Britannia: cómo se hizo la portada de (What’s the story) Morning Glory?

Publicado en octubre de 1995, el álbum de Oasis tiene un diseño fácilmente reconocible: una fotografía en un barrio londinense para melómanos y dos hombres que se encuentran de frente. Una imagen simple que logra transmitir la esencia del disco. Sin embargo, en aquella composición perfecta se ocultan detalles, como una de las tantas peleas entre los Gallagher, un par de zapatillas y horas en un bar.


(What’s the story) Morning Glory? tiene varias historias. Allí, entre los versos de “Wonderwall”, yace un tributo a George Harrison, mientras que en los primeros acordes de “Don’t Look back in anger”, se recuerda el “Imagine” de John Lennon.

Así mismo, la creación del disco es un testimonio de algunos de los tantos enfrentamientos entre Noel y Liam Gallagher. Quizás la más conocida es aquella que comenzó con la negativa por parte de Noel para que Liam sea la voz de ambas canciones, y la posterior venganza del menor de los Gallagher llevando a decenas de personas ebrias al estudio de grabación.

Pero no solo de conflictos nacen los discos de Oasis. Entre melodías y voces melancólicas, se oculta un encuentro casual que dio origen a una de las portadas más icónicas del britpop -si es que no de la música-.

“La memoria es un poco vaga”, dijo el fotógrafo y diseñador gráfico Brian Cannon en conversación con la revista The Big Issue en 2014. “Hay que tener en cuenta que fue hace 20 años. Y fue a mediados de los noventa…”, añadió antes de comenzar a escarbar en sus recuerdos.

Brian Cannon (56) es un diseñador gráfico, fotógrafo, director de arte y director de videos musicales británico, reconocido por su trabajo con bandas britpop como Oasis, The Verve, Suede, y Ash, entre otras. Pero a mediados de los 90, no gozaba de tal renombre. Aún.

Un colega de Cannon -a quien conocía de su natal Wigan, Inglaterra- tenía una relación cercana por el trabajo que su agencia de diseño, Microdot, hizo en los primeros años de Oasis: desde carátulas y logotipos, a otros diseños. Cannon no tenía cómo imaginar que el dúo de “Supersonic”, lo elegiría como director de arte.

“Durante un par de años, cuando estaba comenzando a trabajar, apenas conseguía empleo. Pero después de un encuentro casual con Richard Ashcroft en una fiesta en Wigan, me puse a trabajar con The Verve”, relató el fotógrafo a The Big Issue.

“Así que ese fue mi primer respiro, y como tenía algunos diseños bajo del cinturón y un poco más de dinero, decidí llevar a mi madre a conocer el Vaticano, porque ella es católica y amo mucho a mi madre y sabía que le encantaría”, añadió a la historia que, aunque no lo crean, tiene directa relación con el fortuito encuentro con los Gallagher, o al menos, uno de ellos.

“Cuando estaba en Roma, compré un par de zapatillas Adidas que no se podían conseguir en Gran Bretaña. Aquí haré un ‘corte’ a la siguiente escena: estoy parado en un ascensor en Manchester, probablemente unos 18 meses después. Este tipo entra, yo no tenía idea quién era, porque nunca lo había visto en mi vida. Lo primero que me dijo fue: ‘¿Dónde diablos conseguiste esas zapatillas?’ Y así conocí a Noel Gallagher”, reveló el fotógrafo.

“Entonces él dijo: ‘Bien, ¿A qué te dedicas?’ Y le dije: ‘Diseño carátulas de discos’ y él respondió: ‘¿De veras?, ¿Y qué has hecho?’ Contesté ‘The Verve’, y él dijo: ‘No puede ser, me gustan, los he visto’. Y agregó: ‘Cuando firmemos [para el próximo disco] vas a diseñar mis portadas’. Luego salió del ascensor y eso fue todo”, añadió sobre la improbable oferta de trabajo.

“Podríamos haber vuelto al pub”

El concepto de arte para (What’s The Story) Morning Glory? comenzó con una conversación aleatoria entre el compositor y guitarrista, y Brian: “Noel me habló sobre un dicho que era: ‘Nunca hay respuestas, solo hay más preguntas. Todo lo que hace una respuesta es provocar más preguntas’. Así que eso me intrigó. Esa es una forma de ver las cosas con un giro radical”.

Fue ese efecto -el de supuestas respuestas que generan más preguntas- el que quisieron plasmar en la portada del segundo disco de Oasis. El trabajo de los de Manchester a debutar en octubre de 1995.

“La idea era que estos dos tipos pasaran por la calle. No tenías ni idea de quiénes eran, adónde iban, qué se decían el uno al otro. Y en la contraportada, ves a uno de los chicos desapareciendo, y uno dice: ‘¿Qué carajo? ¿Qué diablos se dijeron? ¿De qué carajo fue esa interacción?’”, describió Cannon en la entrevista de 2014.

El lugar elegido fue Berwick Street, una calle del barrio Soho en Londres que se caracteriza por la gran cantidad de disquerías entre sus tiendas -así como la alta afluencia de transeúntes a distintas horas-.

Se suponía que los dos “desconocidos” de la portada serían Liam y Noel -según detalló el fotógrafo y director de arte-, pero una de sus peleas recurrentes los llevó a dar un paso al costado de su propia portada. “Se retiraron, creo que porque estaban enojados desde la noche anterior”, desclasificó Cannon.

A eso de las 5 AM -según los vagos recuerdos de Brian Cannon, quien asegura que en realidad se quedaron despiertos toda la noche bebiendo en un bar-, el equipo de fotografía se reunió en Berwick Street y decidieron -prácticamente en el momento- quiénes protagonizarían la portada.

Cannon fue uno de ellos -el hombre de chaqueta beige a la derecha, quien da la espalda-, el DJ Sean Rowley -el sujeto de camisa celeste a la izquierda-, y Owen Morris -productor del álbum que se ve al fondo a la izquierda, sosteniendo las cintas maestras del disco-.

“Fue una locura haber elegido Berwick Street, porque es una calle muy transitada, en medio de Soho. Incluso a las 5 AM en punto de un domingo por la mañana, cuando se fotografió eso, esperas que la calle esté llena de tráfico. Estaba bastante preparado para tener que eliminar vehículos digitalmente si fuera necesario. Pero extrañamente, así fue como apareció esa mañana: no había nada ni nadie en la calle”, afirmó el artista.

Según dijo Brian, perfectamente podrían haber regresado al bar y seguir bebiendo después de la primera fotografía, porque fue en la primera captura que lograron la imagen que se convertiría en portada de (What’s The Story) Morning Glory?

“Todo se filmó en película, no se hizo digitalmente, no tenía idea de lo que había obtenido hasta el día siguiente. La portada era bonita en el primer disparo que obtuvimos. Luego, procedimos a marchar por las calles durante las siguientes dos horas tomando más fotos, ciegos al hecho de que la primera que sacamos era la definitiva”.

Cannon y su equipo diseñaron y produjeron el concepto artístico del segundo álbum de Oasis con un presupuesto de £25,000 -algo así como $25 millones chilenos-. Una cantidad importante destinada únicamente a la portada, considerando el alto costo de producir, grabar y vender discos a mediados de los 90. (Hoy en día, cualquier persona con acceso a internet puede viralizar un single).

“La razón por la que la mayoría de las bandas tienen obras de arte de mierda en esos días, es porque no tenían dinero”, dijo Cannon para The Big Issue. “Lo solía hacer un compañero que tenía una cámara y buena voluntad. Ahora, con el mayor respeto del mundo por los compañeros que tienen cámaras, no son fotógrafos profesionales e inevitablemente les resulta más fácil hacer un buen trabajo”.

Pero dejando de lado el detalle presupuestario o el trabajo de otros contemporáneos, Cannon recuerda con cariño su obra junto a los Gallagher y la considera gravitante en su carrera artística.

“Estoy espectacularmente orgulloso del trabajo que hice con esa banda, porque sé lo que significó para mucha gente. Hasta el día de hoy, tengo personas de todo el mundo que me dicen ‘Por esa portada me convertí en diseñador gráfico’ o ‘Me convertí en fotógrafo’”, concluyó el diseñador.

Hoy en día, Berwick Street luce diferente. Mientras algunas disquerías cambiaron de nombre y/o cambiaron su ubicación, otras simplemente dejaron de existir, y en su lugar se encuentran maniquíes con vestuarios de lujo y restaurantes gourmet.

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