Steve Jordan: el baterista que tocó con Los Tres ahora va al rescate de los Rolling Stones

Luego que la productora del grupo asegurara que la gira de los británicos sigue en pie para septiembre, el experimentado músico y productor de 64 años tendrá la difícil misión de llenar el vacío del fallecido Charlie Watts. Jordan, eso sí, no es un aparecido en el universo "stoniano": tocó en algunas canciones de Dirty work (1986) y ha sido fiel colaborador en la carrera paralela de Keith Richards, además de haber participado en discos de artistas tan variados como Neil Young, Aretha Franklin, Andrés Calamaro y en Hágalo usted mismo (2006) del grupo penquista.


Lo que en un inicio sería un importante reemplazo para Steve Jordan, ahora será un trabajo a tiempo completo. La única duda es hasta cuándo.

Tras ser oficializado como sustituto de Charlie Watts en la batería de los Rollling Stones para la próxima gira por Estados Unidos del grupo, luego que el músico debiera someterse a una intervención a la que inicialmente sus compañeros le bajaron el perfil, ahora Jordan cargará con un peso y una responsabilidad mayor sobre sus hombros y baquetas, luego que esta semana se confirmara la sorpresiva muerte de Watts a los 80 años y por razones que aún no han sido detalladas.

De esta forma, el baterista y productor de 64 años no sólo será el encargado de llevar el ritmo de los Stones a contar del próximo 26 de septiembre, durante la primera de doce fechas de Mick Jagger y compañía por Estados Unidos, en el regreso a las pistas de los británicos a los escenarios tras el corte por la pandemia. Un tour que según sentenció en las últimas horas la productora del conjunto “avanza según lo planeado”.

Además, y quizás más importante, Jordan deberá llenar el vacío de uno de los integrantes históricos y más queridos de la legendaria agrupación, de uno de los instrumentistas más icónicos del rock del último medio siglo y uno de los tres fundadores de la banda que seguía activo tras haber dicho presente en todos los discos de los ingleses desde 1963.

Foto: Reuters

Incluso antes de que se supiera de la muerte de Watts, el 5 de agosto pasado, Jordan dio cuenta de la importancia de su labor de reemplazo, expresó que era un “honor y un privilegio” sustituir al baterista y dijo que esperaba ansioso ensayar con Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood. Además, aseguró en un comunicado oficial que nadie iba a estar “más feliz” que él al devolver el asiento al baterista original de los Stones cuando él le dijera que estaba bien para tocar.

Ahora que lo anterior será imposible, Jordan aparece como la esperanza para sacar a los británicos del pantano emocional pero también de los posibles cuestionamientos que puedan enfrentar por seguir adelante con sus conciertos, sólo un mes después de perder a uno de sus miembros históricos.

El baterista, en todo caso, está lejos de ser un novato o un aparecido en el universo “stoniano”. Dentro de su brillante y extenso currículum como intérprete, compositor, productor y sesionista, Jordan anota varias colaboraciones previas con los autores de Wild horses. De hecho, participó en parte de las grabaciones del disco Dirty work (1986) cuando Watts debió ausentarse temporalmente por sus problemas de adicciones; ha tocado en vivo antes con los británicos y ha sido parte desde el comienzo del grupo que Keith Richards mantiene en paralelo, The X-Pensive Winos.

El célebre guitarrista de los Rolling Stones es de alguna forma el principal aval e impulsor de la llegada a su banda madre del nuevo baterista, quien también ha trabajado junto a él -como sesionista, coautor y productor- de buena parte de su discografía en solitario.

Trabajo sucio

Nacido en Nueva York en 1957, Steve Jordan destacó desde joven en la batería y siendo adolescente fue parte de las bandas de acompañamiento de artistas como Stevie Wonder y Joe Cocker.

Para el público estadounidense, el músico se volvió una figura reconocible a partir de la década del 70, cuando siendo un veinteañero se convirtió en el baterista de la banda estable del programa de televisión Saturday night live. Un rol que repetiría años después para el popular late show de David Letterman.

Entre las impresionantes credenciales del instrumentista aparecen también sus colaboraciones para decenas de artistas de diversos géneros, como Eric Clapton, Neil Young, Aretha Franklin, Bob Dylan, Billy Joel, B.B. King, Stevie Nicks y John Mayer. Incluso, grabó las baterías para Alta suciedad (1997), una de las obras cumbres del argentino Andrés Calamaro.

Su primer acercamiento a los Rolling Stones fue precisamente durante los días en que estos grababan el mencionado disco Dirty work, cuando la participación de Charlie Watts estaba en duda en las sesiones. Terminó tocando en algunas canciones del disco, aunque su nombre apenas figura en los créditos. Luego de esto, Keith Richards lo fichó para tocar en el cover que sacó Aretha Franklin del clásico stoniano Jumpin’ Jack Flash para la banda sonora de la comedia del mismo nombre, protagonizada por Whoopi Goldberg y dirigida por Penny Marshall.

Entre sus múltiples facetas y encargos, hay uno que lo unió a la música chilena: en 2006 participó en las sesiones de grabación de Hágalo usted mismo, el sexto álbum del grupo Los Tres, registrado en los estudios Bearsville de Woodstock, Nueva York.

Allí, bajo la batuta del productor Joe Blaney, del mexicano Emmanuel Del Real y del propio Álvaro Henríquez, Jordan se encargó de la batería de canciones como Camino, uno de los sencillos que incluyó el primer álbum de los penquistas sin la presencia de Francisco Molina en las baquetas. Tal como ahora, el músico se encargó entonces de llenar el vacío de un histórico, aunque en esa ocasión compartió el rol con otros bateristas invitados, como Manuel Basualto.

Ahora, tal como en el título del disco de los Rolling Stones del que participó 1986, Jordan deberá hacerse cargo del “trabajo sucio” al interior de la legendaria banda. Un rol algo ingrato y que le significará tener todos los ojos del mundo encima, pero que de alguna forma podría determinar el futuro de uno de los grupos más longevos e imprescindibles de la música popular del último siglo.

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