Cristóbal Tapia: la nueva aventura del compositor chileno de la TV global

El compositor chileno radicado en Canadá. Foto: Free Run Artists Prod

Conocido por producciones como Utopia y Black Mirror, el músico vuelve a llamar la atención gracias a su trabajo en la elogiada The White Lotus (HBO). En entrevista con Culto detalla por qué utilizó instrumentos ligados al folclor latinoamericano en esa ficción y explica cómo navega en la era del streaming. “Hoy hay muchas películas y series que no tienen un sonido propio”, dice.


“Como todos los cabros chicos en Chile, nosotros escuchábamos a Michael Jackson. Después heavy metal y después en un momento llegó el rock latino, con Soda Stereo y todo eso. No sé cómo será ahora, pero en ese tiempo nosotros estábamos muy interesados en lo internacional y en la música pop”.

Pese a que vive en Canadá desde hace tres décadas y la última vez que visitó su país de origen fue “hace 10 o 12 años”, Cristóbal Tapia de Veer (47) escarba con ánimo en sus recuerdos musicales de cuando era niño y adolescente en los 70 y 80. “La música folclórica estaba muy presente por los tíos y la abuela, pero yo no ponía un casete de folclor chileno, boliviano o peruano. Pero hace muchos años me metí más en la onda folclórica”, señala en castellano, conectado a una videollamada con Culto.

Reconocido por su trabajo en series británicas como Utopia, Black mirror –el capítulo Black museum– y National treasure (que le hizo ganar el premio Bafta), y recientemente por Hunters, el thriller de Amazon Prime Video con Al Pacino, el compositor registra como última experiencia la autoría del score original de The White Lotus, la elogiada comedia negra de HBO sobre la estadía de unos adinerados visitantes en un resort de Hawái.

Una imagen del primer episodio de The White Lotus. Foto: HBO

Aunque la trama de la ficción creada por Mike White (Escuela de Rock) tiene elementos de suspenso y sátira que tal vez podrían remitir a otro imaginario, marcó la primera ocasión en que Tapia usa un charango en un proyecto audiovisual y donde pudo desplegar –siempre bajo una apuesta experimental e inquietante– parte de esos sonidos que lo conectan a su lugar de nacimiento.

El instrumento se lo envió de regalo hace unos años su mamá, con quien se fue de Chile a fines de los 80 y hoy vive en Canadá, pero al otro extremo del país que él. “Lo que yo toqué sonaba un poco como a ukelele, no a algo tradicional andino”, explica, junto con reconocer que “no había una razón especial, solo funcionaba bien, era emotivo, y podría pasar por ukelele”.

Su labor en esa serie –sus seis capítulos en HBO Max– también lo llevó a incluir por primera vez una cuica brasileña, un bombo argentino y flautas de diversos orígenes a las que recurrió para generar “todo tipo de sonidos y efectos, no solamente tocar una melodía. Eso no lo había hecho nunca”. Todo con el fin de redondear una música que por sí sola traslada al oyente a un juguetón y desesperante calvario en medio de la naturaleza (algunos títulos de sus composiciones: Jungle fever, Wtf!, Human remains, Finaly Jesus!).

Luego precisa: “Todo lo que usé y remitía a algo tribal, realmente no tiene nada que ver con el folclor, con Hawái o con América del Sur. La música es para darle el toque a la gente que está de vacaciones en ese lugar. Es más una caricatura de la locura que están viviendo y las cosas que están ocurriendo, que es un caos. Ese es el ángulo de la música”.

.En esta época en que hay cada vez más producciones televisivas, ¿percibe que la música de las series se parece más cada vez más entre sí y cuesta encontrar trabajos originales?

Por el hecho de que hay tantas producciones y muchas no le dan mucho tiempo al compositor para trabajar, me imagino que lo que pasa seguido es que la gente recurre a las cosas fáciles. Si tú tienes un día, le darás a los productores algo que sabes que va a funcionar. En ese sentido, no es nada muy innovador, no es una nueva propuesta. Por eso, a lo mejor, es que hay muchas películas y muchas series que no tienen un sonido particular, una personalidad propia.

“Lo que me pasó con Mike (White) es que como es el creador, escritor, director y productor, en este show yo tenía que hablar solamente con él para ponerme de acuerdo. Yo he hecho algunas producciones donde puede haber 30 productores y todos tienen una opinión que puede ser diferente de la del otro. Se vuelve un caos, es como si hubiera una cocina donde tienes 30 cocineros y no se logran poner de acuerdo en qué es lo que quieren realmente hacer. Esa es la peor situación”.

De Sebastián Silva a Al Pacino

Pese a que las colaboraciones a distancia hoy parecen perfectamente viables (él mismo creó toda la música de The White Lotus en su casa, en Canadá), Tapia dice que aún no concreta un proyecto con directores o productoras de origen chileno. Sí menciona que le gustaría trabajar con cineastas como Sebastián Silva, de quien recuerda Magic magic (2013), el filme de terror grabado en el sur del país con Michael Cera que, curiosamente, contó con Mike White entre sus productores.

Del mismo modo, muestra su resistencia frente a las superproducciones de la industria norteamericana, una estructura gigantesca que aceleradamente se ha ido expandiendo hacia las series y el streaming. “En vez de contratar a la gente más talentosa que pueden encontrar y dejarlos hacer su trabajo, en general van a contratar a esas personas pero les van a empezar a decir qué es lo que tienen que hacer. (Los ejecutivos) no son especialistas. No conocen casi nada de música. Cuando tú realmente no tienes una especialización, tú lo único que tienes es tu gusto personal”.

“Las superproducciones de Hollywood son más que nada un trabajo, (aunque) personalmente no lo veo como un trabajo muy creativo. Yo encuentro cosas más interesantes en las series y en proyectos de cine independiente. Les concierte la calidad más que la rentabilidad”, afirma.

Al Pacino y Logan Lerman en Hunters. Foto: Amazon Prime Video

-En el caso de la serie Hunters, ¿encontró un espacio creativo que lo dejara satisfecho?

(Se ríe) ¿Por qué preguntas por Hunters?

-Porque era un proyecto muy grande.

Ese es un ejemplo de un proyecto que me interesa menos personalmente. Era enorme. Al principio, cuando ellos me llamaron, vi que estaba Al Pacino, con Jordan Peele, un genio. Todo iba a estar bien. Pero había demasiada gente. Era como una ciudad entera haciendo un proyecto. Encontré que era más difícil organizarse, entenderse y hacer algo que me satisficiera. Ese sería el proyecto más difícil que me ha tocado. Es una manera de trabajar que me interesa menos.

Sin embargo, Tapia no cree que sus creaciones varíen demasiado si la ficción que musicaliza se ve en una plataforma de streaming o en una estación de televisión (con BBC colaboró en Dirk Gently’s holistic detective agency, mientras que con Channel 4 en Utopia, Humans y National treasure). “Las diferencias tienen más que ver con cada producción que con el canal”, plantea.

Hoy adelanta que está realizando el score de una película que lo tendrá ocupado hasta el próximo año. “Es un proyecto bastante grande pero interesante. Va a ser algo bastante aterrador”. ¿Más que los momentos más oscuros de The White Lotus? “Este es aterrador de verdad”, asegura.

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