Crítica de discos de Marcelo Contreras: Elvis Presley en su majestad y el retorno excepcional de Regina Spektor

Carátulas de Elvis (Original Motion Picture Soundtrack) y Home, Before and After de Regina Spektor
Carátulas de Elvis (Original Motion Picture Soundtrack) y Home, Before and After de Regina Spektor

La biopic de Elvis y esta banda sonora representan la operación más seria y ambiciosa en décadas para proyectar la obra del rey del rock, mientras que Spektor regresa con un un álbum recomendable de comienzo a fin.


Elvis (Original motion picture soundtrack) - Varios artistas

La biopic de Elvis y esta banda sonora representan la operación más seria y ambiciosa en décadas para proyectar la obra del rey del rock, sumida en un lento y progresivo abandono a pesar de constantes lanzamientos sin mayor curatoría, a distancia astronómica del tratamiento de The Beatles, como un eco de sus días finales cuando rondaba la parodia de sí mismo y cuestionaba su legado. El documental The Searcher (2018) movió algo las aguas de la memoria, subrayando su temprana curiosidad musical sin distinciones raciales.

Baz Luhrmann (Moulin Rouge!), el director del film que se estrena en Chile el próximo 14 de julio, es también productor de este soundtrack armado con la lógica de un ataque en masa. Con la excepción del country, al cual Elvis Presley se consagró en sus últimas etapas, están todos los restantes estilos que exploró, contando rock & roll, pop, soul, góspel y R&B, barajados en un collage intenso, un carrusel donde gira su voz en duetos electrizantes con herederos como Jack White en Power of my love, y Tame Impala en Edge of reality.

En 36 canciones que abarcan casi dos horas de música, se impone un nivel que actualiza un material con más de medio siglo. La clave es explotar la sensualidad y el sentimiento característicos de Elvis, intercalados por distintas clases de tributos. Doja Cat en Vegas y Eminem (acompañado de CeeLo Green) en The King and I, se inspiran con excelentes resultados. Austin Butler, el actor y cantante que encarna a Presley, es francamente sorprendente, con encendidas versiones de clásicos del rey. El medley del ‘68 Comeback Special es dinamita pura, como los ensayos en Las Vegas, con las instrucciones de Elvis a la banda incluyendo las fanfarrias, son espectaculares. El cierre con Unchained Melody en vivo, sublime. El rey en su majestad.

Regina Spektor - Home, before and after

Este regreso de Regina Spektor a seis años de Remember us to life (42), podría ser la compañía de una gran película de vidas urbanas en emotiva trama, o sus canciones los engranajes de un musical de cierta melancolía. La cantante de origen ruso avecindada desde la infancia en Nueva York, cuando su familia aprovechó la posibilidad de emigrar de la Unión Soviética gracias a la Perestroika, dedica el álbum a la ciudad que terminó moldeando su instrucción clásica al piano, sin encarnar una obra sobre la Gran Manzana sino su efecto inspirador, para convertirla en una de las heroínas del indie de este siglo, a la que solo se puede reprochar su intermitencia discográfica en la última década.

Desde el arranque con Becoming all alone, un relato donde el mismísimo Dios llama a Regina para ir por una cerveza, la voz, el piano, las orquestaciones -el buen gusto y la elegancia- son inconfundibles. La nerviosa Up the mountain es una clase de arreglos y temperamentos engarzados a una letra como mantra. One man’s prayer contiene la frescura y coquetería de una veinteañera ansiosa por ser amada. El piano y la voz pivotan la primorosa Raindrops, con rápida cita al clásico pop Raindrops keep fallin’ on my head, de Burt Bacharach y Hal David. La sugerente SugarMan recurre al soul en una historia de amor azucarada y perversa. Las contrapartes descritas en What might have seen -”el amor y el abandono van juntos, la mentira y la creencia van juntas”- encajan mientras la música cae en espiral con melancolía.

Spacetime fairytale es la composición más cinematográfica del disco, ambiciosa y magnificente por casi nueve minutos, sinfonía y jazz en extraordinaria alternancia, en tanto el space rock envuelve a Coin de épica. Loveology y Through a door, concluyen a la perfección un álbum recomendable de comienzo a fin.

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