“Muy reduccionista y un poco racista”: Alejandro González Iñárritu contesta a la crítica tras el estreno de su nuevo filme

Iñárritu junto a su esposa, María Eladia Hagerman, en el Festival de Venecia. Foto: REUTERS/Guglielmo Mangiapane

El director acaba de presentar Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, una película basada en sus propias experiencias como cineasta mexicano que migró a EE.UU. Los especialistas la tildaron como “autocomplaciente” y “caricaturescamente indulgente”, un punto que ha sido refutado por el realizador de El Renacido.


Es un filme asombrosamente autoindulgente y autocomplaciente, en algún punto intermedio entre Fellini y Malick”, opinó Peter Bradshaw, de The Guardian.

David Ehrlich, de IndieWire, señaló que “con Bardo, Iñárritu ofrece un filme caricaturescamente indulgente sobre el hecho de que él hace filmes caricaturescos e indulgentes”.

Foto: Netflix via AP

Ambas críticas son parte de la reacción negativa a Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades, el más reciente largometraje del mexicano Alejandro González Iñárritu y hasta ahora el más resistido entre los especialistas.

Protagonizada por Daniel Giménez Cacho, la cinta gira en torno a un periodista y documentalista que regresa a México tras haber recibido un codiciado galardón internacional, iniciando un viaje por sus propios recuerdos y la historia del país.

Su inspiración no es otra que la propia biografía del premiado director de Amores perros y El renacido, quien vive desde los 37 años en Estados Unidos y aquí filma en su tierra natal por primera vez en 22 años.

“Te puede gustar o no, esa no es la discusión. Pero para mí, hay una especie de trasfondo racista en el que, como soy mexicano, soy pretencioso”, disparó en conversación con Los Angeles Times, tras la proyección de la película en los festivales de Venecia y Telluride.

“Si no entienden algo, no necesitan culpar a nadie. Chicos, tómense un poco de tiempo y vean todas las capas. Todo artista tiene derecho a expresarse de la manera que quiera sin ser acusado de ser autoindulgente. Espero que alguien pueda rechazar esa narrativa, que es muy reduccionista y un poco racista, debo decir”, agregó.

El director en el Festival de Venecia. Foto: REUTERS/Yara Nardi

El cineasta de Birdman fue más allá y aseguró: “Si yo tal vez fuera de Dinamarca o si fuera sueco, sería un filósofo. Pero como la hice de una manera visualmente poderosa, soy pretencioso porque soy mexicano”.

Junto plantear que su última producción es “una carta de amor a mi país”, indicó: “Tengo el privilegio de poder usar mi voz para hablar de verdad no sólo por los mexicanos sino por cualquiera que se siente desplazado”.

En tanto, en entrevista con Vanity Fair, afirmó que por el momento no considera trabajar en otro largometraje. “Tiene que ser algo que realmente tenga sentido. Y no sé cuándo sucederá eso”, dijo.

Tras su paso por festivales, Bardo se estrenará en Netflix el próximo 16 de diciembre.

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