The 1975: esto es es el synthpop (con cigarros y alcohol)

The 1975. Foto: Pedro Rodríguez / LT.

En un show donde repasaron sus hits y canciones de su flamante y aplaudido último disco, Being funny in a foreign language, la banda inglesa desplegó un show contundente en Cerrillos. Con el carisma de su vocalista, Matt Healy, desanudaron su proyecto que mezcla la sonoridad ochentera con el indie.


Con los últimos rayos de la tarde cayendo sobre Cerrillos, a las 19.30 horas, en el Costanera Center Stage, se inició el show de The 1975, uno de los nombres importantes del cartel del Lollapalooza. El conjunto marcó su tercera vez en el certamen, puesto que también estuvieron en las versiones del 2017 y 2019.

La banda de Cheshire vino a Chile con nuevo material bajo el brazo, su flamante y aplaudido disco Being funny in a foreign language, en el que de alguna manera conectaron con las influencias ochenteras más obvias de su sonido. Aparte que es más directo que su caótico predecesor Notes on a conditional form (2020).

Con el fervor del público, abrieron con la pistera If you’re too shy (Let me know), el tema con fuerte vocación 80′s y synth pop, y con el vocalista Matt Healy conquistando de inmediato a la audiencia a base de una calculada sensualidad y vistiendo camiseta y jeans negros, como un Michael Hutchence del siglo XXI. Recordemos que esto es el pop y la visualidad sí importa.

Siguieron otras canciones de mismo calaje synthpop, como TooTimeTooTimeTooTime, Chocolate (de su alabado primer álbum y que tiene cierto aire funky) o la optimista I’m in love with you, uno de sus hits.

The 1975. Fotos: Pedro Rodríguez.

Un momento que causó emoción en el público fue About You, del último álbum, donde se aprovechan de lucir los arreglos de saxofón que le dan un aire algo íntimo a la canción. Sin duda, era una de las canciones más esperadas por la fanaticada. Es el mayor hit de la banda en Spotify, con sobre 100 millones de escuchas

The 1975 desplegó una escenografía con 3 guitarristas, bajo, batería, y sintetizadores, preocupados de que las canciones tengan textura, más allá de lo meramente rítmico. Ese es el punto en que las influencias ochenteras de grupo se cruzan con el indie y dan como resultado una sonoridad particular.

Healy, mostrando su carisma, también aprovechó de jugar un poco con el multitudinario público que tenía, pidiendo que dieran pasos a su costado, pero era difícil de realizar debido a lo apretujada que estaba la gente. Igual, con cierta sonrisa agradeció los esfuerzos. Además, de vez en cuando, Healy le daba piteadas a un cigarrillo, despreocupado, como también tomaba de una botella de vino y una petaca, como asumiendo el imaginario de estrella algo sensible, pero atormentada.

The 1975. Foto: Pedro Rodríguez.

Siguieron otras como It’s Not Living (If It’s Not With You), que tiene un innegable aire a The Church y lo más oscuro de los 80, sin ser oscura; también Robbers, de su primer álbum; Somebody else, uno de sus hits muy coreado por el público, Sex, Give yourself a try y el cierre con The Sound.

Con un show sólido, The 1975 desplegó el pop algo meloso con que se ha ganado al público, amén de su sonido propio, que mezcla el pasado con el indie y que logra conjugar un estilo propio. No hay banda que se les parezca y el público lo entiende. Uno de los buenos números que se vieron en Lollapalooza 2023.

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