Cáncer, vida lejos de Hollywood y carrera como viticultor: la determinación del actor Sam Neill

El actor en la serie Invasion. Foto: Apple TV+

En Did I Ever Tell You This?, su libro de memorias, el intérprete revela que padece cáncer de sangre desde hace un año y desempolva historias de su carrera e intimidad. Debido a que la enfermedad está en remisión, el actor alista un nuevo proyecto junto a Annette Bening. “Estoy muy feliz de volver a trabajar”, afirmó el también dueño de la marca de vinos Two Paddocks.


Volver a interpretar a Alan Grant no era una posibilidad ni remotamente cercana para Sam Neill (Irlanda del Norte, 1947). Luego de que transcurrieran más de dos décadas desde el debut de la tercera entrega de Jurassic Park, y que un nuevo elenco y director tomaran el mando de la saga a través de Jurassic World (2015), no había razones para imaginarse encarnando una vez más al personaje introducido en 1993 en la superproducción de Steven Spielberg.

Un importante encuentro cinematográfico de España acogió una cita clave en su camino a reconsiderar su posición. El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges lo reconoció con el Gran Premio Honorífico de su edición 2019, por lo que en octubre de ese año Neill viajó a Barcelona para compartir con fanáticos y organizadores del evento y recibir la distinción. Allí estaba Colin Trevorrow, el realizador de la primera Jurassic World y de la tercera parte de la franquicia, en ese entonces en preparación.

(from left) Dr. Alan Grant (Sam Neill), Maisie Lockwood (Isabella Sermon) and Owen Grady (Chris Pratt) in Jurassic World Dominion, co-written and directed by Colin Trevorrow.

Mientras se servían generosas porciones de paella, el director le habló sobre su intención de reunirlo en pantalla con Laura Dern y Jeff Goldblum, los otros actores icónicos del filme original. “Es extremadamente persuasivo”, apuntó el intérprete en diálogo con The Hollywood Reporter. “También me aseguró que todos nuestros personajes estarían bien abastecidos. No nos estábamos reuniendo sólo porque sí”.

Esa reunión en Europa pavimentó su participación en Jurassic World: Dominio (2022), la cinta en que las tres estrellas se juntaron por primera vez desde los 90 y unieron fuerzas con los personajes de Chris Pratt y Bryce Dallas Howard.

Aunque las críticas fueron mixtas, el largometraje fue un fenómeno rotundo en cines, ubicándose como la tercera película con mayor recaudación en la pantalla grande durante el último año, sólo por debajo de dos secuelas muy esperadas: Avatar: El camino del agua y Top Gun: Maverick.

En la previa a que la cinta arribara a todas las salas del mundo, y mientras iniciaba la promoción en Los Angeles, Sam Neill tuvo que acudir al médico. Una inflamación de ganglios derivó en una serie de exámenes y en un diagnóstico preocupante: cáncer de sangre en etapa tres, con lo que requería inmediatamente empezar quimioterapia.

Dr. Ellie Sattler (Laura Dern) and Dr. Alan Grant (Sam Neill) in Jurassic World Dominion, co-written and directed by Colin Trevorrow.

Neill revela esa dura experiencia por primera vez en Did I ever tell you this?, un libro de memorias que se lanza en inglés este martes 21. Son 405 páginas en que adentra al lector en su infancia en Irlanda del Norte y Nueva Zelanda, su enamoramiento por la actuación, su trabajo junto a grandes figuras y cineastas como Spielberg, Jane Campion y Gillian Armstrong, y su enfermedad. Una afección que, según ha aclarado, se encuentra en remisión hace ocho meses, aunque lo obligará a someterse a tratamiento una vez por mes durante el resto de su vida.

Su debut como escritor se cocinó mientras, hace un año, recibía los cuidados necesarios en su departamento en Sidney. En un contexto en que estaba aislado, y sin poder trabajar, la creación del libro “fue un salvavidas, porque no podría haber pasado por eso sin nada que hacer”, según explicó a The Guardian.

No tengo miedo de morir, pero me fastidiaría. Porque realmente me gustaría (vivir) otra década o dos”, planteó al periódico británico. Al revisar esa entrevista se podría concluir apresuradamente que sus motivos están más ligados a su familia (tiene cuatro hijos y ocho nietos) y a su hogar y negocios en Nueva Zelanda que a prolongar su carrera en la actuación.

Sin embargo, a través de un video y texto en Instagram, en que se presentó a sí mismo como “una especie de actor, viticultor y autor por accidente”, transmitió su entusiasmo por regresar al set esta semana.

“Estoy vivito y coleando y voy a trabajar. Estoy muy feliz de volver a trabajar. Empezamos a filmar en siete días. Estoy haciendo algo llamado Apples never fall junto a Annette Bening y un elenco realmente maravilloso”, expresó en la publicación, dedicada a contener las alarmas en torno a su estado de salud.

Nunca pensé que tendría una carrera como actor, y mucho menos como actor en la pantalla. Pero eso sucedió y estoy lleno de gratitud al mirar atrás en esta vida, y de eso trata el libro”, indicó.

Dueño de la marca de vinos Two Paddocks, que produce desde los 90 en sus tierras en Nueva Zelanda, Neill mantiene plenamente activa una pasión y un negocio que seguramente podrían sostener sus finanzas si algún día decide optar por el retiro.

“Creo que no hay nada mejor que buena comida, buena conversación y buena compañía, con vino. Y no abogo por ningún vino, (pero) creo que en realidad es mejor gastar más y beber menos”, indicó a la revista GQ el año pasado.

Pero, a la luz de sus última declaraciones, todavía le quedan combustible y apetito para seguir agregando créditos a su trayectoria. Puede ser un personaje tan imponente como el Chester Campbell de las dos primeras temporadas de Peaky Blinders, o algo más anecdótico, como su cameo en Thor: Amor y trueno (2022), de Taika Waititi, con quien trabajó en Hunt for the wilderpeople (2016). O tal vez seguir arremetiendo en la era del streaming, como ejercitó con la serie de ciencia ficción Invasion (Apple TV+).

Foto: Apple TV+

Lo que no está dispuesto a transar es su privacidad, un aspecto siempre en tensión cuando los actores tiene éxito y se mudan a Estados Unidos. Él, que jamás estuvo de acuerdo con ese costo asociado a convertirse en celebridad, apunta a seguir gozando de la apacibilidad que le otorga residir en Oceanía.

Según dijo a The Guardian, “puedo caminar por la calle en Surry Hills (Nueva Zelanda) y tomarme mi café, y nadie me molesta. Y no hay paparazzi. Mi vida es mía”.

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