Eduardo Ravani inédito: “Los mejores momentos de mi vida profesional los viví durante la UP y con los militares. Porque yo era un profesional”

Eduardo Ravani

En la memoria colectiva, el fallecido comediante será siempre el abusivo señor Zañartu. Pero el también periodista y director fue uno de los pioneros de la televisión pública. Opositor a la Unidad Popular, contribuyó con algunos de los programas más emblemáticos del período como Música Libre. Política, instinto, revanchas y un viaje a la URSS con el golpe de estado ad portas. Estos son sus recuerdos en una entrevista inédita, sobre la génesis de TVN hasta el 11 de septiembre de 1973.


“El gran problema que existía antes de que llegara Frei Montalva a la presidencia, se dilucidó en un congreso de periodistas democratacristianos, donde se postuló la creación de una red de televisión educativa. Existía la televisión universitaria pero no había una red que comprometiera a la audiencia del país. En el norte se veía mucha televisión peruana y argentina, y los chilenos estaban hablando como argentinos. Había un grupo a fines del gobierno demócrata cristiano que postulaba un sistema nacional de televisión, que tenía como objetivo producir una red que tuviera como misión educar, informar, entretener e integrar, que era lo que no tenían los otros canales. Todo partió como un proyecto dentro del ministerio de educación donde un grupo de ingenieros, técnicos, economistas, se junta y empezamos a crear”.

“Yo estudiaba periodismo en la Universidad de Chile y trabajaba en relaciones públicas en el ministerio, en la subsecretaría de educación, con el doctor Patricio Rojas. Con Fernando Alarcón éramos parte de un equipo que manejaba el periodista Abel Esquivel. Un día llegó Rojas y nos dice, ‘Eduardo, Fernando, ustedes se van en comisión de servicio, a dos cuadras del ministerio’. Quedamos helados”.

“Entramos a un edificio, una vieja construcción en Alameda 1511, y ahí empezó un proyecto que además contaba con la anuencia del parlamento porque la DC había arrasado en las elecciones, cualquier cosa que dijeran era ley. Empieza el proyecto y nosotros nos metemos con Fernando Alarcón en este cuento, mi compadre, socio, camarada, amigo, concuñado, etcétera, la vida nos ha unido más de 70 años… Ocurre que ahí empieza a gestarse junto con el ministerio la configuración de esta nueva televisión. Con Juan Hamilton, un senador respetable de la república, Alberto Jerez, que era uno de los motivadores y promotores más importantes, Enrique Fiora, un ingeniero que estaba a cargo de la administración, un grupo humano de primer nivel. Estoy hablando del año 65, 66″.

“Nos dimos cuenta con Fernando que para hacer esta televisión, era imposible bajo los cánones de la administración pública. Por ejemplo, para un programa histórico, se necesitaban tres postulaciones. Entonces, había una estructura imposible. Con Fernando dijimos ‘hagamos una productora y ofrezcamos lo que hay que hacer’. Partimos con la propuesta al recién designado gerente general de TVN que era Jorge Navarrete, compañero de la universidad también, si teníamos 25 años. Nos dice ‘sí, háganlo como creen que debe ser’. Me acerqué a un maestro que tenía, había trabajado a sus órdenes, Antonio Freire, ilustre comunicador. Dijimos ‘mira, queremos armar una productora’, y lo invitamos. Después llegó otro periodista, que también conocíamos, que llegó a ser embajador de Chile en China, Fernando Reyes Mata. Con Fernando como productores ejecutivos, armamos algo increíble, nos tiramos con todo a la piscina. La idea del nombre fue del Toño Freire que venía llegando de Francia. Le pusimos Telediario”.

“Fuimos a hablar con el mejor periodista de lo que conocíamos en radio, don Sergio Silva, dos pendejos, y lo citamos en el restaurante Lung Fu. Le contamos que había un canal que se estaba gestando, que iba a tener determinado perfil, y no nos creyó. Nosotros queríamos que él fuera el locutor del noticiario y dijo ‘yo tengo un hermano que podría ser, porque yo estoy haciendo esto otro’. Ivan Silva se llamaba, era La Voz de las Américas en Estados Unidos. ‘Si él no puede, conozco a un chileno que ha hecho mucha radio y es joven’. Fuimos a hablar con él, se llamaba Gabriel Muñoz. Buena voz, simpático, buena pinta, y lo citamos para ensayar en el locutorio. Le dijimos, cuánto ganas, ‘mil pesos’. ‘Te pagamos cuatro mil y te vas con nosotros’”.

“Creamos el primer noticiario de Televisión Nacional, que fue el comienzo de un año y medio de puras producciones de Paparazzi producciones. Fue mucho antes de que se promulgara la ley de Televisión Nacional”.

“Esto fue creciendo, empezamos a hacer musicales, reportajes. Había un pendejo de la universidad, hinchapelotas, le dijimos ‘queremos que entres’… Carcuro… él estudiaba leyes, periodista fue después, estaba en segundo, tercer año, y lo conocíamos de la Fech, pero a él le gustaba harto la tele, éramos amigos, conocíamos a su familia, éramos muy yuntas, ‘ven pa’ acá hueón’… y creamos un grupo con tres o cuatro camarógrafos, con seis periodistas, teníamos editor, dos directores de TV y los productores ejecutivos que éramos Fernando y yo. Fuimos la segunda productora de TV que se creaba en este país, después de Protab, que fue la que trajo los equipos para transmitir el mundial del 62″.

“Esto fue creciendo, hablamos de los años 68, 69 y empieza a gestarse un hecho que cambia todo. Diariamente me llamaba un senador, diputados, una autoridad. ‘Mire Eduardo, por qué no lleva esto’. Me doy cuenta de que estoy en una camisa de once varas y digo ‘esta cuestión es complicada porque yo no quiero meterme a definir lo que va a pasar en este país’. Fui a conversar con Jorge Navarrete y le digo que no quiero seguir, empresa privada haciendo un noticiario de la televisión pública. Decidimos venderle todo el material, las cámaras y que se llevarán hasta a la gente, hasta a Carcuro lo mandamos para allá. Gonzalo Bertran, Bernardo de la Maza y el ‘Negro’ Mendoza fueron los que se llevaron todo”.

***

“Cuando llega Allende, Augusto Olivares toma la dirección ejecutiva del canal y la primera cosa que hace el gobierno, es cortar el cordón umbilical con todas las empresas privadas. ‘Nosotros no queremos más empresas privadas, el estado lo va a hacer todo’. Yo me quedé sin trabajo, eché más de 100 personas. Estuve a punto de tirarme al río con el flaco, porque no teníamos ninguna oportunidad de trabajo, estábamos recién casados, Fernando tenía un hijo, desesperados”.

“Sabiendo que venía el gobierno de Allende, Jorge Navarrete y compañía, pasaron a la planta, y la planta significaba que eran parte de la estructura orgánica y editores, productores, periodistas, qué sé yo. Era lo que Allende encontró, que el ‘Perro’ Olivares encontró. Pero nosotros nada, estábamos fuera, éramos parte de lo que había que cortar, la empresa privada”.

“Gracias a Enrique Bravo Menadier, gran hombre de radio y televisión, director además, Fernando consiguió trabajo. Me atreví, dentro de estas circunstancias, a pedir audiencia con el ‘Perro’ Olivares. Ya estaba la estructura, ya estaba él a cargo, tenía gerente comunista, socialista, toda la estructura política que había que tener para manejar Televisión Nacional. Estaba Helvio Soto, papá de Ricarte, incluso el ‘Perro’ era secretario privado de Allende y director ejecutivo del canal”.

“Le dije que no quería irme de mi país, que quería seguir trabajando en mi país, que yo era un comunicador y quería seguir aportando, quería trabajar, que había creado Televisión Nacional… El gallo me escuchó y me dice ‘espérame un segundo’. Se fue por una puerta que daba a la gerencia de producción y ahí estaba Helvio Soto, en una reunión con Patricio Ross, democratacristiano de planta y que estaba a cargo de adquisiciones. Vuelve y me dice ‘déjame tus datos, te voy a llamar, es interesante esto’. Camino por el pasillo tradicional de Bellavista 0990 cuando alguien me toca la espalda. Era Ross y me dice ‘yo estaba adentro conversando con Soto, escuché lo que hablaron. No te hagas ninguna ilusión, porque lo que él dijo fue que estaba Eduardo Ravani de Paparazzi, no le tengo confianza’”.

“Me quedo llorando en el pasillo, y me encuentro con el ‘Gato’ Guzmán, que era del gobierno anterior, de planta. Estaba haciendo un programa que empezaba en una semana. Le cuento todo y dijo ‘te ofrezco que te quedes como asistente de producción, 3.800 escudos’. Yo ganaba cien mil. Estaba en bancarrota. Tuve que despedir a todas las personas, pagar cotizaciones, impuestos… en la ruina, y me quedé como asistente de producción. Él se fue y llegó Fernando Leighton para ese programa juvenil, y también se fue. Me quedé yo como asistente de producción, un asistente de dirección, un asistente visual y el equipo que estaba haciendo algo. Yo dije ‘este programa lo van a matar’, y me encuentro con Francisco Soto, un asistente de dirección. Me dijo ‘tú te quedas aquí como director, sigamos no más’”. “Empieza a hacerse este proyecto, le hago algunos cambios, yo tenía experiencia, sabía cómo hacerlo, iba buscando talentos. Hablé con Pepe Gallinato, que tenía puros mariconcitos como bailarines… ‘Eso no es pa’ los cabros’, dije yo. Tenía un amigo que trabajaba en Canal 13 haciendo el tiempo y sirve. Yo hablo con él…. Porque nosotros hacíamos un programa de radio con él y Lamadrid, en la radio Carrera, ‘este huevón sirve’. César Antonio Santis. Y toma él la conducción, los cabros chicos se van a bailar delante, despedidos todos los bailarines del municipal, y empieza con un éxito este programa, Música Libre. Y yo paso al tapete nuevamente, de lo que había sido, porque no había ninguna razón por la que yo no estuviera haciendo cosas grandes, si yo quería hacer cosas”.

César Antonio Santis y Horacio Saavedra (1973)

“El programa se convierte en un gol que dura años en la pantalla de Televisión Nacional, lo animó mucha gente, pasaron muchos, una estelaridad de la juventud en ese tiempo, hasta que estoy haciendo el programa y un día me llaman de la dirección, Augusto Olivares… ‘Me pillaron… Yo entré por la ventana, él no quería que yo entrara’. Me acuerdo estaba la Teruca Cordero, que era la secretaria, que era demócrata cristiana y la secretaria de Soto era DC también, si se apernaron todos los que quedaron ahí, y Olivares me dice ‘mira Eduardo, lo primero que tengo que decirte es que me perdones, yo por mi tozudez política, fanatismo, convicción, no te escuché. Y he visto tu trabajo y lo haces muy bien, así que quiero pedirte perdón’. Al final nos convertimos en amigos. Me dijo ‘quiero pedirte un favor, yo acabo de contratar a mi señora (n. de la r.: Mirella Latorre), y se viene para acá, y quiero que tú le hagas un programa y que seas tú el productor del programa. Pero quiero que la cubras, que la protejas de todo lo que somos nosotros en Televisión Nacional, que somos la voz política del gobierno de Salvador Allende. No quiero que la ensucies, que la manches, y yo sé que tú lo vas a hacer. Y cree un programa que se llamaba Buenas Tardes Mirella y traje a la Isabel Allende, que estaba en la Paula, y traje a la (cocinera) Mónica, la Maria Romero, que era directora de la revista Ecran, un montón de gente, y cree un programa que era grito y plata”.

“Fuimos a México con la Mirella y conseguimos Muchacha italiana viene a casarse, una teleserie espectacular con la Angélica María, que mató. Entonces entre la 1 y las 4 la pantalla era nuestra, hacíamos un programa que se llamaba Almorzando con Mirella, que yo se lo copié, lo digo con toda franqueza, a Mirtha Legrand, que había empezado hacía dos años. Entonces todos los viernes, lo mejor que tengamos de la semana, iba el ministro del interior, Yves Montand, Renato Salvatori, Jorge Inostroza, las mejores estrellas que habían. Matamos”.

***

“Hasta que un día a las 8 de la mañana despierto con el bando número uno. Llego a Televisión Nacional, está todo en el suelo, todo desordenado, 20, 30 personas y llegó a mi oficina y veo en el taco, Pancho Soto ‘10 de la mañana, grupo 10 Fach’. El Pancho Soto estaba haciendo un programa con la Fach. Después supe que se había metido a la embajada de México y después llegó a Francia con su señora. No lo vi durante muchos años”.

“Me di cuenta que no había nadie de mis amigos, de mis compañeros, y está la Teruca Cordero, hablando por teléfono. Habíamos unos cinco, seis en el pasillo, ella pone el altavoz, y era la voz de Olivares que dice ‘monita, dile a todos que se vayan para su casa, tienen que cuidar a sus familias. Yo me tengo que quedar aquí por mis convicciones, por mi idealismo. Dígales que se vayan, que se cuiden’. Esa fue la última vez que escuché a Augusto. Se convirtió en un amigo, amigo de la gente que estaba con él”.

“Yo había llegado diez días antes a Chile, de la Unión Soviética. A mi me tiraron del avión, de Aeroflot nos tiraron con esos toboganes, porque nadie se acercó a la línea soviética. Yo venía de Rusia, había estado en Berlín en el Festival Mundial de la juventud, invitado por Volodia Teiteiboin y Gladys Marín, y yo demócrata cristiano. Llegué y empieza una odisea porque estuve dos años con depresión, escuchaba que venían a buscarme. Afortunadamente los soviéticos, porque yo pasé de la Alemania Oriental por Polonia, nos quitaron los pasaportes y nos dieron una tarjeta. No quedé timbrado de haber estado en Moscú”.

“Los mejores momentos de mi vida profesional los viví durante la UP y con los militares. Porque yo era un profesional”.

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