Muere William Friedkin, director de El Exorcista

El ganador del Oscar por Contacto en Francia (1971) falleció a los 87 años. Vehemente y deslenguado, el realizador alcanzó la gloria en los 70 y 80. Para las próximas semanas se planificaba el estreno de su primer filme en ocho años, el drama legal The Caine Mutiny Court-Martial.


Uno de los cineastas estadounidenses más renombrados ha fallecido. Según reportan los medios de ese país, William Friedkin murió a los 87 años este lunes en Los Angeles. La noticia fue confirmada por Stephen Galloway, amigo de su esposa, Sherry Lansing.

Nacido en Chicago el 29 de agosto de 1935, el realizador se curtió en la televisión antes de lograr su primera oportunidad como director de cine. Un documental le hizo ganar visibilidad cuando aún era un veinteañero: The People vs. Paul Crump (1962), sobre un hombre condenado a muerte que él creía inocente.

En el set de El exorcista (1973). Foto: Warner Brothers/Getty Images

Tras hacerse cargo de un episodio de The Alfred Hitchcock Hour, debutó en la ficción con Good times (1967), una historia paródica en que Sonny Bono y Cher se interpretaban a sí mismos. Esa película lo catapultó a realizar dos adaptaciones teatrales, The birthday party (1968) y Los chicos de la banda (1970).

Aunque ninguno de esos filmes fueron éxitos rotundos, lo prepararon para el momento en que alcanzaría la madurez como artista. Ese instante llegó con su quinto largometraje, Contacto en Francia (1971), el formidable thriller con Gene Hackman y Roy Scheider. Con toda justicia, ganó cinco Oscar, incluyendo Mejor película, Mejor director y Mejor actor.

Su siguiente cinta, El exorcista (1973), se convirtió en su obra más célebre. La adaptación de la novela de William Peter Blatt arrasó en las salas del mundo y se convirtió en un clásico del género, Tras 50 años de existencia –los cumplirá en diciembre–, sigue horrorizando y despertando fascinación.

Friedkin volvió a ese territorio en años recientes. Realizó The Devil and Father Amorth (2017), documental financiado por él mismo y centrado en el padre Gabriele Amorth, el principal exorcista del Vaticano.

Foto: REUTERS/Carlos Barria/File Photo

“No hago filmes ni me muevo por la vida como un escéptico. No me interesa el escepticismo, eso es algo con lo que se nace o se adquiere a medida que se vive… Tú no sabes nada, y yo tampoco. Nadie sabe si existe el más allá, el cielo o el infierno. ¿Cuál es nuestro propósito aquí? ¡Nadie sabe! ¡No tenemos idea!”, indicó a The Guardian en 2018, asegurando que “la forma en que pienso en mis películas siempre es muy personal”.

Su mayor éxito de los 80 fue Vivir y morir en Los Angeles (1985), y en los 90 desconcertó cuando lanzó el drama deportivo Blue Chips (1994), donde dirigió a las leyendas de la NBA Larry Bird y Shaquille O’Neal. Y si se trata de grandes nombres, trabajó con Al Pacino en Crusing (1980), con Tommy Lee Jones y Samuel L. Jackson en Reglas de combate (2000), con Ashley Judd en Peligro en la intimidad (2006) y con Matthew McConaughey en Killer Joe (2011).

A Friedkin aún le quedaban energías. A fines de julio, el Festival de Venecia confirmó que en las próximas semanas acogería el estreno mundial de The Caine Mutiny Court-Martial, un drama legal protagonizado por Kiefer Sutherland, Jason Clarke y Jake Lacy. Sería su primer largometraje de ficción en ocho años. Ahora también será su película póstuma.

“Lamento mucho enterarme del fallecimiento de William Friedkin, un cineasta profundamente talentoso. El exorcista es genial, pero para mí el verdadero clásico fue Sorcerer”, planteó Stephen King, en alusión a la cinta de 1977 que en Latinoamérica llegó con el título El salario del miedo.

Guillermo del Toro también le dedicó sentidas palabras. “El mundo ha perdido a uno de los dioses del cine. El cine ha perdido a un verdadero académico y yo he perdido a un querido, leal y verdadero amigo”, expresó.

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