Peso Pluma: la trastienda de un intento de cancelación que remeció Viña y el primer traspié del “estilo Vidal”

Fue la crisis que remeció al Festival de Viña a poco más de un mes de su realización. Una columna de Alberto Mayol abrió un inesperado debate sobre la presencia del mexicano en la Quinta Vergara. Pero la situación tomó otro vuelo con las palabras del presidente del Directorio de TVN. Quienes estuvieron cerca, coinciden que eso generó incomodidad y gatilló una polémica que incluso fue conocida por el mismo artista. Acá, la historia de la que pudo llegar a ser una inédita bajada del mayor evento musical chileno.


“Ustedes están pidiendo hacer algo que está fuera de las bases”. Esa fue la observación que la alcaldesa Macarena Ripamonti (RD) planteó a los representantes de TVN en la cita de la Comisión Organizadora del Festival de Viña del Mar, la mañana del 17 de enero. Ese día, reunidos en la ciudad jardín, uno de los puntos en tabla era discutir una solicitud planteada el día antes por el directorio del canal público: cancelar la invitación cursada al mexicano Peso Pluma (24) para ser uno de los números estelares del evento.

Esa reunión, cuentan los enterados de la organización de Viña, estaba pactada desde diciembre para tratar varios temas. Pero la sorpresiva declaración del directorio de TVN, los obligó a detenerse en ese punto. Fue el momento en que se debió definir, de una vez, la polémica desatada el 8 de enero tras la publicación en el portal de Biobío Chile de una columna de opinión del sociólogo Alberto Mayol. Esta cuestionaba la participación de Peso Pluma en el evento, por considerarlo “un promotor de la cultura narco”. Más aún, apuntó al canal público por su participación en el contrato del oriundo de Jalisco.

Las palabras de Mayol gatillaron la molestia de la organización por el tenor de la columna.

En privado, quienes conocieron la trastienda del debate que se tomó esta semana, señalan que en un primer momento se optó por no responder para así capear la oleada. Otros agregan que en parte de la comisión organizadora hubo intención de replicar a Mayol. Sin embargo, todo quedó en nada al enterarse de la declaración que definitivamente abrió la opción de cancelar la presentación del artista mexicano, remeciendo al Festival. Se trató del presidente de directorio de TVN, Francisco Vidal, quien asumió hace un mes como cabeza de la señal estatal. El 9 de enero, el también ex ministro señaló a Biobío que tras enterarse del texto del sociólogo había conversado con el director ejecutivo, Alfredo Ramírez, para corroborar los antecedentes de la columna. Y agregó: “En mi opinión, un canal público, si se acredita la denuncia, no debiera tener en su parrilla de un festival a un cantante que promueva las bandas y el narcotráfico, así de simple”.

La intervención de Vidal terminó por elevar el debate a nivel de polémica, enfrentando a quienes forman parte de la organización y logrando que el tema se discutiera incluso en La Moneda. Una polémica que hasta ese momento no había excedido del espacio de las redes sociales y el comidillo del café, rebotó hasta la esfera política.

Entonces vinieron las declaraciones de los ministros Carolina Tohá (Interior) y Luis Cordero (Justicia). Mientras, en matinales y programas de TV se debatía sobre las letras del mexicano y sus referencias a la cultura del narco. La noticia comenzó a distribuirse entre los medios internacionales, amplificando el ruido. Incluso el management y el mismo artista se enteraron de lo que sucedía en Chile. Conocedores de la industria señalan que este se sorprendió y que transmitió a los chilenos que nunca le había sucedido una situación similar en otro país.

El asunto fue materia de la reunión ordinaria que sostuvo el directorio de TVN, pasadas las 14.00 horas del jueves 11. Allí, los directores representantes de la oposición le plantearon a Vidal un punto por haber hablado respecto de la presencia de Peso Pluma. Aunque nadie del directorio estaba en desacuerdo con el fondo de lo que dijo, sí se le representó que había una desavenencia respecto de la decisión de hacerlo. Es decir, en la forma y la táctica: el cuestionamiento al mexicano no se había hablado en el directorio previamente e implicaba atraer toda la atención sobre TVN, siendo que estaban los otros socios, que por cierto, también tenían algo que decir. De hecho, desde uno de estos se planteó a TVN que se decidieran, porque se decía una cosa en la mesa de trabajo y el presidente del Directorio (Vidal), decía otra.

Vidal -quien fue ministro de la Segegob en el gobierno de Ricardo Lagos y vocero de la campaña por el “En contra”- habría reconocido la falta que provocó su primer traspié como presidente de TVN. “Él tiene que entender que forma parte de un órgano colegiado”, dicen al interior de la señal al referirse al reconocido estilo locuaz del militante PPD.

En esa reunión, el directorio zanjó la declaración publicada ese día, la que señaló que el organismo “no tiene injerencia en la elección de las y los artistas que forman parte de la parrilla del evento musical” y que la debía pronunciarse al respecto era la Comisión organizadora, la que integran los representantes de los dos canales y el Municipio. Más tarde, vía Zoom, se reunió la Comisión. La idea era zanjar la crisis y así hubo acuerdo por señalar que la organización “no incurrirá en ningún tipo de censura ni discriminación”. La declaración de Vidal, dicen quienes estuvieron ahí, había generado una situación incómoda que había expuesto al Festival.

Una estrella a Viña

El de Peso Pluma fue un ascenso en acelerada, propio de la era del streaming. Nacido en Zapopán como Hassan Emilio Kabande, es uno de los artistas más populares del momento, de hecho en 2023 estuvo en el Top 10 de los más escuchados a nivel mundial en la plataforma Spotify. Su alias artístico deriva de su apariencia menuda, asimilable a la mentada categoría del boxeo. En algunas de sus canciones, como Soy grupero, ha hecho referencia a personajes como el narcotraficante Joaquín “el chapo” Guzmán. Sin embargo, en entrevistas ha señalado que no busca rendir homenaje a los capos, aunque admitió que “son corridos de encargo”. De hecho ha sido amenazado de muerte por otros carteles y por esa razón debió cancelar un concierto agendado en octubre en Tijuana.

En menos de un año, pasó de ser un músico local a figura internacional. Gracias al éxito de singles como el hit Ella baila sola (que trepó hasta el puesto 4 del Billboard Hot 100), logró posicionarse como uno de los referentes del corrido tumbado, estilo que propone una lectura moderna al regional mexicano con guiños a la situación social. Acaba de ser confirmado como uno de los headliners de Coachella, uno de los festivales más reputados del mundo, además de presentarse en espacios televisivos como el late de Jimmy Fallon.

De allí que su nombre surgiera de manera natural para ser considerado como un número para el Festival de Viña. Quienes conocen el funcionamiento de la industria, detallan que el proceso habitual es que desde el Comité Ejecutivo (integrado por 3 representantes de cada canal, más el productor general del evento), encargado de tratar ese punto (a diferencia de la Comisión Organizadora que es más amplia e incluye a los representantes del Municipio) se trabaja una lista preliminar de 100 nombres. Estos se definen por diversos criterios; nominaciones a los Grammy, posiciones en los charts, métricas de reproducciones en plataformas, entre otras. En cuanto a los costos, productores de la industria dicen a este medio que un número principal de Viña cobra entre US$250.000-US$350.000.

Esta lista preliminar, que ya incluía a Peso Pluma, se envió al Municipio y los canales el pasado 21 de agosto. Según establecen las bases de la concesión, desde ese momento corre un mes para realizar cualquier observación. “Y ahí nadie dijo nada”, dice una fuente que pidió reserva.

Solo meses después, en diciembre, Peso Pluma debutó en Chile con un show sold out en el Movistar Arena. Ante una audiencia con mucha presencia de adolescentes e incluso niños, el mexicano concretó su primer contacto con el público chileno. Eso sí, quienes conocen la trastienda, señalan que esta no fue parte de la negociación para venir a Viña. Más bien, fue el deseo del artista y su management por tocar en Sudamérica y conocer el terreno. Esa noche, además, en el recinto del Parque O’Higgins estuvieron presentes ejecutivos de los canales que transmiten el Festival, los que se llevaron una buena impresión. Todo parecía ir bien.

El final

Pese a la intención de zanjar la polémica, todo tomó otro rumbo el 16 de enero. En una reunión extraordinaria citada especialmente por la polémica, el directorio de TVN decidió emitir un segundo comunicado. Derechamente se manifestó “nuestro desacuerdo como Directorio con esta contratación y -por lo tanto- nuestra solicitud de cancelar la invitación formulada a dicho artista”.

Quienes conocieron esa discusión, señalan que esa jugada pasó por el interés de dejar en claro su posición, considerando su rol como televisión pública y que hay lineamientos que se deben respetar. De allí a que en la declaración se mencione que el canal “no puede compartir, transmitir, ni fomentar, repertorios alusivos a la violencia, el narcotráfico y otros elementos relacionados con la llamada ‘narcocultura’”. Un miembro del directorio sostiene que muy pocos de sus miembros sabían a cabalidad quién es Peso Pluma, puesto que no es la instancia que define a los artistas del Festival.

En ese escenario se llegó a la reunión de la Comisión organizadora en Viña del Mar, agendada el 17 de enero. Los abogados y asesores técnicos hicieron ver que esa mesa no tenía la potestad para revisar la inclusión de un artista, y que aunque uno de los concesionarios pidiera hacerlo, las bases de la concesión son claras al respecto. De allí las palabras de la alcaldesa Ripamonti haciendo ver que la situación no correspondía.

También se calibraron los eventuales daños que traería la cancelación de Peso Pluma. No solo sería incumplimiento de contrato (con boleta de garantía de por medio), sino que una decisión de ese calado traería un grave perjuicio a la marca y a la reputación del Festival, afectando la posibilidad de amarrar buenos números para futuras ediciones. Asimismo, hubo quienes plantearon que entre los otros artistas de la parrilla, una bajada del cartel no hubiese sido bien tomada y se arriesgaba a que otro pudiera declinar su invitación en solidaridad con el mexicano.

No es primera vez que desde los ejecutivos de los canales se manifestaba algún reparo a la presentación de un artista en Viña, pero nunca se había llegado a una solicitud explícita para bajarlo. Está en el recuerdo la presencia del puertorriqueño Bad Bunny en el año 2019, cuando aún no explotaba a nivel mundial. En privado, quienes conocen la trastienda de Viña señalan que no se llegó a pedir su bajada, sino que algún ejecutivo manifestó aprensión por sus letras, de contenido explícito, además de calificar al boricua como “música basura”.

También se ha señalado que la presencia de la chilena Mon Laferte en el año 2020, es decir, a muy pocos meses de ocurrido el estallido social, habría generado un resquemor entre algunos ejecutivos. Pero las fuentes matizan; unos dicen que esa temporada no había una aprensión sobre algún artista en particular, sino por el tono de sus declaraciones. Otro señala que no hubo reparos y que en realidad ese año, por la situación del país, se buscó tomar las precauciones para que los shows se pudieran desarrollar sin inconvenientes.

En el directorio de TVN puntualizan ahora una cosa: que mientras esté la actual composición, solicitarán la información respecto de cada una de las contrataciones para los futuros festivales.

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