Megadeth en Chile: la sinfonía del ángel caído

Megadeth en Chile: la sinfonía del ángel caído FOTO PEDRO RODRIGUEZ

Dave Mustaine se abrió la camisa y caminó solo cubriendo el escenario de extremo a extremo, recibiendo el aplauso de un público que lo ha visto numerosas veces desde la década del 90. Es una audiencia que combina huestes veteranas y jóvenes feligreses, que comulgan con el imaginario convulso de Megadeth donde la guerra, la política y los tormentos mentales, son recurrentes. Nada menos que nuestro pasado, presente y futuro.


Los tiempos, vaya que han cambiado. Un chico pelilargo, de aspecto rudo con la polera negra correspondiente a la cita de la noche del martes 9 en el Movistar Arena, consulta con amabilidad a una guardia si el agua de los baños es potable; quiere apagar la sed sin riesgos. Hace 30 años el fan regular de uno de los emblemas del thrash metal como Megadeth, habría deambulado en las inmediaciones bebiendo lo que fuera sin importar su procedencia, en busca del liberador efecto embriagante en comunión con una masa igualmente ebria.

Lo anterior no quita que anoche unos cuantos asistentes hicieron la previa en los alrededores del parque O’higgins, con las costumbres de la vieja escuela. Unos pocos estaban completamente borrachos y lograron ingresar de todas formas gritando el nombre de Megadeth, con trasnochado escándalo. También alguien se las ingenió para ingresar una bengala que fue peligrosamente encendida hacia el remate del show -un concierto en un espacio cerrado-, en tanto la prensa fue controlada con inusitado celo como al ingreso de un vuelo internacional, incluyendo revisión a fondo de mochilas y equipos, luego el paso por un arco detector de metales, y finalmente un cacheo, todo bajo el pretexto de la seguridad, para una masa de profesionales que debe enviar previamente sus datos, como parte del filtro de la acreditación. En un país constantemente asustado como este, el celo guarda un lamentable sentido. Según conversaciones de pasillo, es la consecuencia de los crecientes shows de música urbana, y su audiencia con ínfulas pandilleras.

10 DE ABRIL 2024 MEGADETH EN MOVISTAR ARENA FOTO PEDRO RODRIGUEZ

Megadeth recibió con austeridad al público que colmó el Movistar Arena. Un simple telón con la imagen del personaje cadavérico creado por el líder Dave Mustaine -Vic Rattlehead- coronado por el nombre de la banda, es el motivo central de todo el escenario para esta gira bautizada Crush the world en su segunda fecha, tras abrir fuegos en Lima el sábado pasado. Nada de pantallas gigantes ni la pirotecnia que se suele utilizar en la música en vivo. No hay presupuesto para llamaradas ni explosiones. Con Megadeth el espectáculo se concentra en la musicalidad del cuarteto, en la destreza técnica de un número que siempre se distinguió de sus pares, por la pulcritud combinada con brutal potencia.

En los primeros cortes de la noche incluyendo The sick, the dying… and the dead!, la canción que da título a su último álbum de 2022, seguida de Skin o’ my teeth y Dystopia, el volumen parecía algo moderado y a la vez consonante con una práctica que viene sucediendo desde hace un tiempo en la música en directo de oferta internacional, incluyendo festivales como Lollapalooza y Fauna Primavera: decibeles controlados, nada de trauma acústico post show. Fue una falsa alarma. Antes de la media hora, Megadeth escupía metal atronador sin perder el dominio de la ejecución.

10 DE ABRIL 2024 MEGADETH EN MOVISTAR ARENA FOTO PEDRO RODRIGUEZ

Dave Mustaine fue de menos a más. Los primeros solos a su cargo evidenciaron algún yerro menor, mientras la voz parecía sepultada por la masa sónica. Después de más de 40 años de uso y abuso de las cuerdas vocales, más la arremetida de un cáncer a la garganta la década pasada, junto a un pasado alcohólico y drogadicto, la estrella del metal es un sobreviviente genuino. Que siga al mando de Megadeth brindando espectáculos contundentes es prácticamente un milagro. El músico que fue expulsado de Metallica por destacar como borracho en una banda aproblemada por la bebida -el ángel caído del thrash-, sigue demostrando al mundo que la esencia del género se mantendrá intacta, mientras pueda seguir empuñando una guitarra frente al micrófono.

La banda conformada por el gélido Teemu Mäntysaari en guitarra -técnico y eficaz-, el bajista James LoMenzo y el batero Dirk Verbeuren, cumplen a cabalidad repasando el material de una gira que funciona como un grandes éxitos de ajustado planteamiento. El show de Megadeth cubrió apenas una hora y 26 minutos con un listado de 16 temas, uno más que en la capital peruana. El público respondió con su parte del rito gritando el clásico “aguante Megadeth” en compañía del riff de Symphony of destruction, coreó la histriónica Sweating bullets, y ese himno llamado A tout le monde.

10 DE ABRIL 2024 MEGADETH EN MOVISTAR ARENA FOTO PEDRO RODRIGUEZ

Mustaine se abrió la camisa y caminó solo cubriendo el escenario de extremo a extremo, recibiendo el aplauso de un público que lo ha visto numerosas veces desde la década del 90. Es una audiencia que combina huestes veteranas y jóvenes feligreses, que comulgan con el imaginario convulso de Megadeth donde la guerra, la política y los tormentos mentales, son recurrentes. Nada menos que nuestro pasado, presente y futuro.

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