De Matrix a El Origen: todas las veces que Will Smith ha rechazado una película icónica
La estrella de 56 años habló por primera vez sobre las conversaciones que mantuvo con Christopher Nolan para que protagonizara su alabada película de ciencia ficción. Tal como en otros casos –que aquí recordamos–, prefirió dar un paso al costado y el rol terminó en manos de Leonardo DiCaprio.
Filmada entre la segunda y tercera parte de su trilogía de Batman, El origen (2010) fue un éxito rotundo en la carrera de Christopher Nolan. Logró elogios de la crítica, se convirtió en la segunda cinta más taquillera de su trayectoria (hasta ese momento) y por primera vez una producción con su rúbrica logró una nominación a Mejor película en los Oscar.
Ese largometraje podría haber sido muy distinto. Will Smith, cuyo estreno más reciente es Bad Boys: Hasta la muerte (2024), acaba de contar que Nolan se le acercó con el interés en que asumiera el rol principal, un especialista en infiltrarse en el subconsciente ajeno y extraer valiosa información.
“Chris Nolan me ofreció El origen primero y no lo entendí. Nunca lo había dicho en voz alta. Ahora que lo pienso, esas películas se desarrollan en esas realidades alternativas... No se pueden vender bien. Pero también me duele (no haberlas hecho)”, declaró a la estación de radio Kiss Xtra.
Si bien la estrella nunca había hablado de ese episodio públicamente, existía información respecto a que DiCaprio no fue la primera opción del director y que consideró a otras figuras de similar calibre. Según detalló The Hollywood Reporter en 2010, originalmente fue por Brad Pitt, pero no consiguió una respuesta favorable tras el plazo que le impuso (48 horas). Después de que Smith prefirió pasar, finalmente llegó al protagonista de Titanic (1997).
A propósito de esa anécdota, aquí revisamos aquellas otras ocasiones en que el actor de 56 años le dijo no a célebres producciones.
No a Matrix
Es la negativa que probablemente acechará por siempre a Will Smith. Lana Wachowski y Lilly Wachowski se reunieron con él para que encarnara a Neo, el protagonista de Matrix (1999). De acuerdo con la versión del intérprete, en esas conversaciones las hermanas directoras se centraron en las innovadoras secuencias de acción y no tanto en la historia, algo que le hizo tomar distancia.
En 2019, mediante un video subido a su cuenta de YouTube, recordó aquella propuesta palabra por palabra: “Imagina que estás en una pelea y luego saltas. Imagina que pudieras detener el salto a la mitad. Pero entonces la gente podría verte en 360 grados mientras estás detenido en el aire. Vamos a inventar unas cámaras para que la gente pueda ver todo el salto cuando se detiene a la mitad”.
Tras marginarse, Smith se unió a Kevin Kline, Kenneth Branagh y Salma Hayek en Las aventuras de Jim West (1999), la película basada en la popular serie de televisión de los 60. La historia es conocida: la cinta dirigida por Barry Sonnenfeld fue un desastre financiero y artístico.
“No me siento orgulloso de eso”, admitió. Eso sí, enfatizó que tanto Keanu Reeves como Laurence Fishburne estaban perfectos en sus personajes, y que si él hubiera tomado el papel principal, como deseaban las Wachowski, el rol de Fishburne probablemente hubiera recaído en Val Kilmer.
No a Django sin Cadenas
Los destinos de Will Smith y Quentin Tarantino se podrían haber cruzado a inicios de los 2010. El cineasta buscaba a su Django, el protagonista de un western sobre la alianza que forman un esclavo y un cazarrecompensas. Se juntaron y mantuvieron varias conversaciones; sin embargo, el actor declinó el ofrecimiento. Esta vez no se trató de un asunto técnico, sino que del acento que adoptaría la trama.
“Se trataba de la dirección creativa de la historia. Para mí es una historia tan perfecta como cualquiera podría desear: un hombre que aprende a matar para recuperar a su esposa, que ha sido esclavizada. Esa idea es perfecta. Y era solo que Quentin y yo no nos poníamos de acuerdo”, explicó a The Hollywood Reporter en 2015.
“Tenía muchas ganas de hacer esa película, pero sentía que la única manera era que fuera una historia de amor, no de venganza”, agregó, junto con subrayar: “Simplemente no podía conectar con la violencia como la respuesta. El amor tenía que ser la respuesta”.
Tras el fracaso de esas negociaciones, Tarantino convenció a Jamie Foxx y la historia que tenía considerada siguió siendo la misma, un violento western que desató más de una crítica por su retrato de la esclavitud. De todos modos, la respuesta general fue positiva. De hecho, el director y guionista, por segunda vez en su carrera, ganó el Oscar a Mejor guión original.
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