66 votos en 20 días: la ajustada agenda del nuevo primer ministro peruano para obtener la confianza del Congreso

El Presidente de Perú, Pedro Castillo felicitando a Aníbal Torres, el nuevo primer ministro durante la ceremonia, en Lima.

El premier Aníbal Torres llevará adelante una serie de reuniones con las bancadas parlamentarias para superar la nueva prueba que enfrenta el gobierno izquierdista. De 130 escaños, al menos 50 legisladores adelantaron un sufragio en contra por cuestionamientos al nuevo gabinete, si no alcanza el respaldo necesario Pedro Castillo podría estar ante una nuevo capítulo de la crisis política.


En un plazo de 20 días, el gobierno de Pedro Castillo a través de su nuevo primer ministro, Aníbal Torres, deberá sortear una serie de reuniones con los partidos políticos para superar la moción de confianza en el Congreso. El puntapié inicial se dio ayer, cuando el oficialista Perú Libre confirmó su respaldo al Ejecutivo y durante los próximos días se llevarán adelante conversaciones con cinco bancadas, pero otras fuerzas rechazan sentarse a dialogar y adelantaron su voto en contra. Si no logran convencer a la mitad más uno del pleno -66 votos-, el mandatario peruano será protagonista de una nueva tormenta política que sacude su mandato a tan solo seis meses de asumir el cargo.

“Queremos decirle al ministro (Aníbal) Torres que aquí estamos, que queremos seguir reuniéndonos para definir acciones de consenso. Seamos respetuosos con el otro y démosle un respiro al Perú”, esgrimió ayer la presidenta del Legislativo, María del Carmen Alva, tras anunciar el 8 de marzo como la fecha de votación, pidiendo “reflexionar” en los próximos días.

El Presidente de Perú, Pedro Castillo, y los miembros del gabinete posan para una fotografía durante una presentación del cuarto gabinete de Castillo, que aún debe ser confirmado por el Congreso controlado por la oposición, en Lima.

A contrarreloj, el premier peruano deberá calmar los ánimos para dialogar con los congresistas y mostrar una “actitud” de consenso entre los 130 legisladores. Según el diario El Comercio, el ánimo confrontacional de Aníbal Torres dificulta el panorama, a juicio de voceros de bancadas de partidos políticos de centro, cuyos votos han sido claves anteriormente para Castillo. Por esto, no fue sorpresa que las primeras rondas se dieron con “aliados” mediante una reunión de más de dos horas con el legislador oficialista Waldemar Cerrón.

“Estamos convencidos de que, con el diálogo, la concertación va a llevar a nuestro país adelante. Hemos tenido una primera reunión fructífera, reunión importante, donde hemos sentido el respaldo del primer ministro, no solamente a nuestra bancada, sino a las demás bancadas que seguramente en esta semana van a conversar”, sostuvo Cerrón.

La ruta por los votos

Hasta el momento, el gobierno cuenta con los 32 votos de la bancada de Perú Libre. Para hoy, Torres tiene programado encuentros de una hora por grupo parlamentario, partiendo la jornada con Somos Perú, que cuenta con 32 congresistas, con el objetivo de recibir “sugerencias” sobre la política del Ejecutivo. Posteriormente, será el turno de Perú Democrático, que tiene cinco congresistas; Juntos por el Perú, con cinco congresistas; Alianza para el Progreso, con 15 congresistas, y tres legisladores independientes.

El próximo lunes será el turno de un cónclave con el partido Acción Popular, agrupación que tiene 15 escaños en el Legislativo. En tanto, la centroderecha peruana conformada por Fuerza Popular, con 24 legisladores; Avanza País, con 10 legisladores; Renovación Nacional, con nueve legisladores, y Podemos, con cinco legisladores, no tendrán acercamientos, por lo que el gobierno partiría con 48 votos en contra.

Piñatas con la imagen del Presidente de Perú, Pedro Castillo, en un puesto de un mercado en Lima.

Al disputado escenario en el pleno, cuyos votos son cruciales, el centrista partido Morado anunció que no apoyará al nuevo gabinete debido a que acusan “no es participativo ni de ancha base. Mantiene y convoca ministros cuestionados y denunciados durante el ejercicio de la función pública, y la ausencia de mujeres es una muestra más de su rechazo a la política de igualdad de género”, perdiendo otros tres respaldos.

En los últimos días la difusión de unas declaraciones del premier sacudieron la política limeña y crisparon los ánimos en el Congreso. En un acto en Cusco, el presidente del Consejo de Ministros planteó que “están viendo que en la capital unos cuantos congresistas no quieren reconocer el triunfo de Pedro Castillo, que es el triunfo de ustedes. Quieren desconocerlo y a cada momento reclaman vacancia, trabajan día y noche por la vacancia, o sea son golpistas; sin embargo, se llaman demócratas. Nosotros les extendemos la mano a ellos, no queremos seguir discutiendo esos problemas, sino discutir los problemas nacionales”.

En una señal de respaldo a los dichos de Torres, el jefe de Estado peruano pidió “disculpas a la comunidad internacional” debido a que existe un “pequeño sector que no está convencido de que debemos ser respetuosos de la democracia”.

Grupos feministas protestan contra lo que llaman un gabinete "machista" y corrupto del Presidente de Perú, Pedro Castillo, frente al Ministerio de la Mujer, en Lima.

“Para que Aníbal consiga el voto de confianza en 20 días tendría que volver a nacer, porque es una figura muy confrontacional con la oposición y estos últimos días, lejos de estar buscando un voto de confianza se ha involucrado en una pelea con la mayoría de las bancadas, pero todo puede suceder. Si el primer ministro se logra asesorar bien puede ser que obtenga el voto de confianza”, señala a La Tercera el analista político peruano Luis Nunes.

De acuerdo a la Constitución de Perú, si Aníbal Torres no obtiene los 66 votos necesarios la confianza sería desestimada y tal como en 2020, cuando el primer ministro Pedro Cateriano, del Presidente Vizcarra, no alcanzó la cifra están obligados a armar un nuevo gabinete que vuelva a presentarse ante el Congreso, si esto ocurre sería el quinto equipo que acompaña a Pedro Castillo. En una segunda vía, el Ejecutivo puede disolver al Legislativo y convocar elecciones para reemplazar los escaños cuando la confianza es negada dos veces.

Los cuestionamientos en torno a la normativa han generado tal debate en Perú, que la semana pasada la Comisión de Constitución del Congreso aprobó una reforma constitucional para eliminar el voto de confianza después de la presentación de nuevos ministros, ahora deberá ser debatida en el pleno.

Crisis política

La polémica reaviva las críticas al manejo del Ejecutivo de Pedro Castillo, especialmente porque se trata del cuarto gabinete ministerial en jurar en el cargo desde que asumió el 28 de julio pasado. El mandatario partió su gobierno con Guido Bellido, quien dimitió después de dos meses en el cargo y fue reemplazado con Mirtha Vásquez. Casi cuatro meses después, la primera ministra renunció mediante una carta en la que advirtió sobre “posibles actos de corrupción o irregularidades cometidas por funcionarios de alto nivel de esta administración”. Finalmente, tan solo cuatro días después del nombramiento, Héctor Valer dejó el cargo tras la divulgación de una denuncia por violencia familiar en 2016, asumiendo en su puesto Aníbal Torres.

Pedro Castillo
El Presidente de Perú, Pedro Castillo, durante un discurso.

De acuerdo al diario La República, la crisis política peruana cruza una nueva etapa de mociones y acusaciones mutuas en el Congreso. Ante las arremetidas de la oposición para avanzar en una segunda moción de destitución contra Castillo, el bloque oficialista alista una serie de acciones. Una de ellas fue la denuncia constitucional que presentó la ministra de Trabajo y parlamentaria, Betssy Chávez, contra la presidenta del Congreso por infracciones en seis artículos de la Constitución, lo que surgió tras una denuncia periodística sobre la participación de Alva y otros legisladores en reuniones en un hotel para analizar mecanismos de vacancia.

Esta semana, la bancada de Perú Democrático solicitó mediante un oficio la salida de María del Carmen Alva para recomponer la mesa directiva del Congreso debido a que han dejado de “representar el sentir de los legisladores” promoviendo una “preocupante inestabilidad política”, generando una serie de “fricciones innecesarias” entre ambos poderes. En respuesta, la oposición acusa un “desprestigio sistemático” al Parlamento para confundir a la ciudadanía.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.