La variante Delta pone en jaque la reapertura de Israel

Un niño recibe una dosis de la vacuna Pfizer en la ciudad israelí de Holon, cerca de Tel Aviv. Foto: AFP

Tras registrar su mayor número de casos de Covid-19 desde abril, el país comenzó a revertir el levantamiento de la obligatoriedad del uso de mascarilla y convocó a los más jóvenes a completar el esquema de vacunación. La mitad de los nuevos infectados son niños.


Con más de nueve millones de habitantes, Israel había regresado prácticamente a la normalidad en medio de la pandemia. Con una de las campañas de vacunación más rápidas del mundo, desde hace una semana canceló incluso la obligatoriedad de llevar mascarilla en interiores. Eso hasta este martes, cuando el Ministerio de Salud informó de 105 nuevos contagios en las últimas 24 horas, el doble de la cantidad detectada en la jornada previa, y el mayor número de casos diarios desde el pasado 20 de abril. En medio de un progresivo aumento de las infecciones, se reportó que más del 90% de los contagios correspondía a la variante Delta.

El país estaba ad portas de regresar a una relativa normalidad después de alcanzar la inmunidad de rebaño con un 60% de la población inmunizada con ambas dosis de la vacuna. Aún con cifras manejables, la preocupación radica en que un 40% de los infectados en los últimos días había completado el esquema de vacunación, por lo que las autoridades evalúan dar marcha atrás en el proceso de reapertura.

El primer ministro israelí, Naftalí Bennett, llegó hasta el aeropuerto Ben Gurión para dar un claro mensaje a la nación: “Si no necesita volar al extranjero, no lo haga”. Bennett aseguró que están frente a un “nuevo brote” del virus y que están elaborando un nuevo plan para combatir el alza de casos provocado por la variante “altamente contagiosa” descubierta en principio en India.

El primer ministro israelí, Naftali Bennett, ofrece una conferencia de prensa después de su recorrido por el Aeropuerto Internacional Ben Gurión. Foto: Reuters

Según el Ministerio de Salud, la tasa diaria de infección más alta en dos meses se dio el lunes, con 125 positivos, lo que generó que la positividad pasó de un 0,1% a un 0,3%. Aunque hasta el momento las cifras son bajas, las autoridades ven con preocupación el total de 397 casos activos, de los cuales 51 permanecen hospitalizados, 24 en situación grave, con 18 conectados a respiradores. A la fecha, Israel acumula un total de 840 mil casos y 6.428 decesos.

El director general del Ministerio de Salud, Chezy Levy, alertó en la televisión nacional que la mitad de los nuevos infectados son niños. Ante esto, la cartera sanitaria emitió nuevas recomendaciones para los israelíes. Hasta ahora el Ejecutivo había dudado en “presionar” a los padres para promover la vacunación entre los menores de entre 12 y 15 años, pero el domingo solicitaron “firmemente” el cambio en la política, impulsado por el reciente aumento de casos y porque alrededor del 4% de este grupo etario ha recibido al menos una dosis de la vacuna.

Según el diario The Times of Israel, el Ministerio de Salud informó que usarán las vacunas que entregarían a Palestina para acelerar el proceso de vacunación a los más jóvenes, después de que la Autoridad Palestina acusó que los fármacos estaban a punto de caducar.

Una adolescente recibe una dosis de una vacuna contra el Covid-19 en Ashkelon, Israel. Foto: Reuters

El país permanece dividido bajo el sistema de semáforo y en mayo todas las ciudades fueron clasificadas como “verde”. Sin embargo, ante el repunte, el gobierno local de Binyamina-Givat Ada pasó a la fase decretada como “amarilla”. Desde este domingo vuelve a ser obligatorio el uso de mascarillas en las escuelas de las ciudades en Modi’in-Maccabim-Re’ut y Binyamina, mientras que el alcalde de Modi’in extendió la orden a toda la urbe.

Según el diario Haaretz, la policía israelí reanudará la supervisión de las restricciones y aumentarán los castigos por incumplimiento de las cuarentenas y para los israelíes que viajen a países vetados (India, Rusia, Brasil, México, Argentina y Sudáfrica). Por el momento, no se espera que las autoridades utilicen brazaletes electrónicos o la aplicación para rastrear a las personas que deben estar en confinamiento, pero aumentaron las multas por infringir las normativas de US$ 46 a US$ 77.

Una investigación del diario Yedioth Ahronoth reveló que aún con las directivas que obligan al ministerio a aprobar los viajes a países decretados como de “alto riesgo” mediante una solicitud al Comité de Excepciones, la prohibición apenas se aplica y casi 5.000 israelíes regresaron de Moscú durante el último mes, cuando la capital rusa experimentaba rebrotes. De ellos, 31 pasajeros dieron positivo al virus.

Un trabajador elimina un aviso de información sobre las restricciones por el Covid-19 en la entrada del centro comercial Dizengoff, en Tel Aviv. Foto: Reuters

En un esfuerzo por contener los contagios por la variante Delta que se expande rápidamente por el país, el gobierno de Bennett decidió dar marcha atrás en el cierre del departamento de rastreo de contactos como se había planeado hasta ahora. En cambio, el Ministerio de Defensa ordenó a las Fuerzas de Defensa de Israel y el Comando del Frente Interior a reabrir y reforzar los centros de testeos contra el Covid-19, así como habilitar sitios adicionales para realizar exámenes cerca del aeropuerto.

“Dado el aumento esperado en los viajes al extranjero, y el levantamiento de las normativas de las mascarillas (y para) tomar todas las medidas posibles para mantener la vida diaria normal como lo hemos logrado en Israel, es muy recomendable estar vacunado para estar protegido de las variantes que conocemos”, señaló el Ministerio de Salud.

Vacunas antes del 9 de julio

Israel ha sido un ejemplo internacional por la campaña de vacunación contra el Covid-19. A fines de diciembre el país lanzó el proceso de inmunización que dividió a la población por franjas etarias para recibir el fármaco desarrollado por Pfizer, farmacéutica con la que acordó un trato prioritario a cambio de información estadística de los inoculados.

A medida que aumentaban los inoculados, los contagios comenzaron a caer. En enero, Israel superaba los 10 mil casos en 24 horas, cifra que fue decayendo gradualmente para en abril no superar los 200 infectados diarios, escenario ideal que derivó en que ese mes el gobierno levantó la obligatoriedad de la mascarilla al aire libre y el 15 de junio se amplió la decisión a los lugares cerrados, con excepciones como aeropuertos y hogares de ancianos. En un tiempo récord, en junio comenzó la inoculación a los adolescentes, el último grupo de riesgo.

Un trabajador médico se prepara para vacunar a un hombre contra el Covid-19 en Jerusalén Este. Foto: Reuters

Según datos oficiales de Our World in Data, un 60% de la población israelí completó el esquema de ambas dosis, lo que corresponde a 5,15 millones de personas, y un 4% ha sido inmunizado parcialmente, lo que corresponde a 348 mil personas.

Aunque tras los brotes la solicitudes de vacunas se han duplicado en los últimos días, Bennett criticó la tasa de inoculación de rezagados y advirtió que los israelíes deben “vacunarse antes del 9 de julio” para poder alcanzar a recibir ambas dosis de Pfizer antes de que los fármacos expiren.

El gobierno asegura que brotes locales registrados en dos escuelas y en miembros del Ejército estarían ligados a personas que retornaron del extranjero. Los expertos israelíes han señalado que hasta ahora los brotes no representan un riesgo a la salud pública y que no es necesario levantar una “bandera roja” todavía, ya que existe una “constante” convivencia con la enfermedad debido a la movilidad y los viajes al exterior.

Luego de tres cuarentenas obligatorias y un bloqueo a la entrada de extranjeros con visa de turistas desde marzo pasado, Israel dio luz verde para reabrir sus puertas a “grupos organizados” de vacunados desde mayo y el 1 de julio esperaban recibir a turistas “individuales”. Sin embargo, esta decisión podría ser aplazada por el Ejecutivo en los próximos días.

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