Everton logró los pasajes para su tercera final de Copa Chile

FOTO: ALEJANDRO PIZARRO/AGENCIAUNO

Los ruleteros fueron hasta Coquimbo para imponer su orden táctico y cuidar la ventaja del duelo de ida (ganaron 2-1). Algo que lograron en casi todo el partido y cuando no lo hicieron, Torgnascioli mantuvo el cero y aseguró los pasajes para el gran desenlace.



Everton llegaba con cierta ventaja al Sánchez Rumoroso. Es que los ruleteros le habían ganado a Coquimbo en la ida (2-1) y parecían tener lista la reserva para la gran final de este sábado 4 de septiembre (16:30 horas).

Y parecía que todo quedaría confirmado en los primeros minutos de juego, pues Christopher Medina habilitó de gran forma a Juan Cuevas, quién definió muy mal ante la fallida salida de Matías Cano y se perdió la apertura de la cuenta,

Luego, a los 11′, Cano logra su redención al taparle un gran disparo a Medina y ahogar el grito de gol para la visita. Pero los vaivenes del portero pirata no acabaron y a los 41, sale mal y Juan Cuevas quedó en inmejorable posición. Pero, el arquero local se recuperó, achicó bien y mantuvo el cero.

¿Hubo alguna para los barbones? Leandro Garate anotó un gol en el minuto 25, pero estaba en clara posición de adelanto y la conquista fue bien anulada.

Si Paredes no puede...

La segunda etapa parte con una gran jugada de Cuevas y los locales respondieron con otro gol anulado, por posición ilícita de Federico Peeyra, Y si bien, los Piratas podrían alegar que no participa del todo en la jugada, de nada sirven ya los reclamos.

Por lo mismo, las esperanzas de los dirigidos por Héctor Tapia tenían nombre y apellido: Esteban Paredes. El eterno goleador del fútbol chileno ya no está pisando el área como antes, pues Tito le pide que se enganche más en la cancha para realizar labores creativas. Sin embargo, el artillero no se olvida que tiene pólvora en los pies y al minuto 62, el Tanque la intentó poner en el ángulo y portero Franco Torgnascioli le dijo no al que pudo ser el golazo de la Copa.

Tras ello, la visita a los arcos desaparecieron y si bien los del puerto eran los necesitados de gol, Torgnascioli no sufrió acoso constante ni tuvo que volver a lucirse como en la jugada ya descrita. ¿Fue mejor la defensa viñamarina? En parte su orden táctico logró anular los ataques aurinegros, pero éstos tampoco mostraron muchas ideas.

Salvo el de siempre, pues Paredes en los minutos finales nuevamente tuvo el gol en sus pies y otra vez Torgnascioli le ganó el duelo para asegurar su puesto cómo el mejor del partido y confirmar los pasajes de Everton a la final. Desenlace en el que el conjunto Oro y Cielo no está desde el 2016 (fue subcampeón) y que logró ganar en 1984.

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