Ex ayudante de Pizzi revela por qué Marcelo Díaz salió de la Roja y cuenta detalles del fracaso en el intento por llegar a Rusia

Manuel Suárez, durante su participación en El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo.

Manuel Suárez repasa el traumático final del proceso que tuvo a Macanudo como cabeza, aunque valora el principal logro que consiguió: la Copa América Centenario. También aborda la ruptura que terminó produciéndose entre los principales referentes de la Selección.



Manuel Suárez (49) se ilusiona con el rendimiento que puede alcanzar la Roja, ahora de la mano de Martín Lasarte. El ex arquero de Unión Española y el Saint Gallen, entre otros clubes, sabe de lo que habla. Conoce a los jugadores de la Selección desde la época en que fue ayudante de Juan Antonio Pizzi, un proceso que tuvo luces y sombras. Brillo en la obtención de la Copa América Centenario, en 2016, y en la clasificación a la final de la Copa Confederaciones del año siguiente, y un opaco final al no conseguir el objetivo principal: clasificar al Mundial de Rusia. “Yo lo veo auspicioso. Lo he dicho en otras ocasiones. A mí, el partido con Bolivia, que jugaron en Rancagua, me dejó muy buenas sensaciones. Logré percibir que todos esos futbolistas tienen cualidades destacables para competir en las clasificatorias sudamericanas que son muy duras. Me quedó una buena sensación. El grupo estaba bien. Al técnico, desde la comunicación con sus futbolistas, también lo sentí cómodo. Esperemos que partamos bien. Argentina siempre es muy complejo para nosotros, sobre todo en Argentina, pero yo creo que Chile siempre tiene posibilidades y en instancias de alto nivel también les hemos ganado. Hemos ganado dos títulos frente a Argentina, respeto nos tienen, sin dudas”, dice, en El diván del Kily, el programa de conversación de El Deportivo.

Este partido está marcado por una ausencia importante para la Roja, la de Arturo Vidal, ¿cuánto le afectará a Chile no tenerlo?

Arturo Vidal es de los jugadores más importantes de la Selección. Su ausencia siempre puede mermar un poquito, pero así también creo que hay un montón de gente, de futbolistas, que, de una u otra manera, haciendo un sacrificio un poquito mayor, entregando todo lo que tienen, desde el talento y desde sus capacidades sicológicas, pueden llegar a competir de igual a igual contra los argentinos, pero, claro, Arturo es uno de los jugadores importantes de esta Selección y no tenerlo siempre es un poco complejo.

El no tenerlo ¿va de la mano de la presunta irresponsabilidad del jugador? Él sabía a lo que se exponía si violaba los protocolos sanitarios. Y, sin embargo, sale, se expone, se junta con amigos y termina contagiado.

Pero al opinar respecto de si está violando los protocolos, no sé en las condiciones en las que llegaron al país. Si con un PCR quedaban liberados. Hay que tener mayor información para evaluar. A mí se me ocurre que al tener la opción de no hacer la cuarentena, seguramente debe haber un PCR y, luego de eso, debió haber estado autorizado. Tengo la seguridad de que por cuenta propia no se mandó a cambiar. Por lo tanto, tienen que haber estado autorizados para participar de estas actividades. Por ende, desde la violación de los protocolos, tendríamos que tener la claridad o la información suficiente para saber si realmente los violaron o no.

Usted trabajó con Vidal, lo tuvo a cargo, ¿es un futbolista difícil de manejar?

No. Al contrario. Es un futbolista solidario, buen compañero, muy entrenable, muy competitivo. Es de los futbolistas que a uno, como entrenador, le da gusto poder trabajar con ellos. Por lo que entregan en los entrenamientos, en los partidos, por la disposición de siempre a poner por sobre todo la condición de equipo. Yo tengo una gran impresión de Arturo, la verdad.

¿Hace lo que quiere Vidal en la Selección, como se podría pensar?

No. No hay ninguno que haga lo que quiera. Los futbolistas llegan a la Selección, se ponen bajo el mando del cuerpo técnico que esté de turno y reciben instrucciones. En su vida privada podrán hacer lo que quieran y en la forma que quieran. Y podremos evaluar si corresponde o no corresponde, pero esa es una segunda lectura. Ellos, cuando están al mando de los cuerpos técnicos, por lo menos es la experiencia que nosotros vivimos, se entregan al entrenamiento, a la instrucción, participan de todas las actividades que el cuerpo técnico propone, sean entrenamientos, charlas, videos, respetan los horarios de comida. Como dije al principio, tengo una buena impresión de Arturo como futbolista, como compañero y como persona.

Lo que pasa es que esta segunda lectura está marcada por protocolos y por situaciones previamente establecidas. Uno esperaría que los futbolistas, sobre todo de la talla de Vidal, ni siquiera se arriesguen a sufrir contagios o que no aparezcan en lugares públicos. ¿Se les puede exigir un poco más?

Sin duda, pero es parte de la conversación y los acuerdos que tengan. Por eso digo, desconocemos cuáles fueron los acuerdos con los que llegaron con el cuerpo técnico. Por lo que entrar a dar una opinión de que era lo que tenían que hacer o no, es meterme en una situación que desconozco. Sería irresponsable. Ahora, yo creo que todo el mundo, y es una cuestión que he hecho, que mis amigos, que mi familia, nos hemos ocupado, en este período de pandemia, de cuidarnos. De hecho, en mi familia no tengo experiencias de ese tipo todavía, lo cual habla bien de los protocolos que hemos llevado. Pero eso tiene que con todos. No solo está el peligro de contagiarse, sino la disposición a contagiarse. Y eso tiene que ver con el mundo en general, no solamente con el caso de los futbolistas.

¿Cuánto pesa la ausencia de Vidal?

Lo que decía al principio. Arturo, a la Selección y al equipo en que esté, le da un plus. Por su carácter, por sus formas, por su recorrido, por su capacidad técnica, pero también aquí está la decisión del entrenador de poder cubrir eso. Con un jugador más en el medio. O con dos. Con un sistema táctico X o alfa, da igual, pero seguramente el entrenador debe estar pensando en cómo poder suplir de la mejor manera todo lo que Arturo Vidal hace dentro de la cancha. Es la única forma en que no se note la ausencia de uno de los mejores jugadores de nuestra Selección.

Manuel Suárez y Juan Antonio Pizzi, en un partido de la Roja.

El recambio

¿Qué le parece el funcionamiento de la Selección? ¿Ha evolucionado o involucionado, sobre todo pensando en que la Generación Dorada está en una fase terminal?

Yo creo que, desgraciadamente, ninguna generación de futbolistas en el mundo ha sido perpetua. La edad, quieras o no, te va dejando fuera de la competencia, pero yo siento que en Chile han ido apareciendo algunos jugadores importantes que van a seguir haciendo de Chile una selección competitiva. La gran diferencia es que esta Selección logró cosas que ninguna en ciento y tantos años había lograo y lo consigue en dos años consecutivos, lo que es tremendamente valioso y respetable desde el esfuerzo que hicieron estos futbolistas y la gente que estuvo acá a cargo de los procesos. Yo, la verdad, no veo tan negro el panorama. Hay futbolistas jóvenes que hoy están participando y están aprendiendo, que están viendo en esta Generación Dorada cómo se compite a alto nivel. Y ese aprendizaje, si logra llevarse bien, me parece que vamos a tener selecciones competitivas por un tiempo. Hay chicos muy jóvenes, el caso de los centrales, o el mismo inglés que llegó. Todos esos talentos cosas nos tienen que dar. Me hacen ilusión esos chicos. A algunos los conocí, porque los hicimos debutar en la época nuestra. Tienen pasta para poder competir

¿Hay que apurar ese proceso o hay que dejar que fluya en forma natural?

No. Hay que dejarlo en forma natural. Si nos empezamos a apurar, podemos equivocarnos. Es como en todo. En los clubes, en las divisiones inferiores. Si no evaluamos bien ese paso más, de repente no nos encontramos con los futbolistas tan preparados para competir en una categoría superior a la que están.

Una cosa es el recambio, pero otra es hasta cuando estirar el chicle de la Generación Dorada.

Hasta que rindan. Para mí, personalmente, es selección natural. Es así de simple. De hecho, algunos que formaron parte de la Copa América de 2015, que es donde se inicia todo esto, o quizás antes, desde el Mundial de Sudáfrica, con Bielsa, hay mucha gente que se cayó por cuestiones naturales. La edad, el rendimiento, las lesiones. Hay un montón de factores que van alterando. Por eso digo que para mí esto es selección natural. El hasta cuando es hasta cuando duren. No hay vuelta. Tenemos futbolistas que, en el mundo, han jugado con 38 o 40 años y jugaron en equipos trascendentes de Europa. Entonces, a mí me parece que los entrenadores ni la prensa lo puede llevar a la matemática. Si tus condiciones te dan, tienen que estar.

¿Resiste Chile una nueva ausencia en un Mundial?

No ir a un Mundial siempre es perjudicial para la industria en general. Para los futbolistas, para el fútbol chileno. Para todos los que conformamos esto. Jugadores, entrenadores, dirigentes, prensa. Ahora, si resiste o no resiste, me parece ponernos en una situación un poco extrema. La vida sigue, el fútbol igual. Ustedes van a tener que seguir informando, la empresa vendiendo sus productos. Sí provocas ciertos desajustes, creo, pero no lo visualizo como si resiste o no. Igual tenemos que seguir funcionando.

MANUEL SUÁREZ
Manuel Suárez y Juan Antonio Pizzi, en un entrenamiento de la Roja.

El golpe de quedar fuera de Rusia

Han pasado cuatro años desde que no se consiguió la clasificación al Mundial de Rusia. ¿El tiempo le permitió encontrarle explicación a ese revés?

Yo siento que para nosotros fue clave no haber logrado un punto en el partido con Paraguay. Nosotros quedamos fuera del Mundial por diferencia de goles. Ese partido era clave para lo que pretendíamos. Si éramos más austeros, menos arriesgados, más pensantes, y esto hablando con el diario del lunes o de hace cuatro años, para que se entienda bien, creo que podríamos haber estado en el Mundial. Y al Mundial, sin ninguna duda, el equipo hubiera llegado muy bien. Fue futbolístico. Habernos equivocado y haber perdido ese partido.

¿Pero es solo eso o es que el equipo no se sintió identificado con una idea distinta a la que traía aprendida?

No lo creo así, porque, al final, las decisiones técnicas las tomaba el cuerpo técnico y siento que los jugadores se fueron acomodando. Por lo mismo fuimos campeones de América o jugamos una final de la Copa Confederaciones, que por un accidente de estos que pasan en el fútbol y que, desgraciadamente, nos pasó a nosotros, no fuimos campeones. Y, la verdad, la clasificación la terminamos perdiendo por un gol. Si me hablas de desajustes, de no acomodarse, los resultados hubieran sido mucho más graves. Y yo tengo claro que lo principal era ir al Mundial y no quiero escapar de eso, me hago cargo, pero si hubiera pasado, hubiésemos quedado fuera por puntos y no por un gol ¿se entiende?

Desprendo que usted considera injusta la valoración que se hace del trabajo de Pizzi.

Ese es un tema que no me corresponde valorarlo. Entiendo que generó mucha frustración no haber ido al Mundial, pero a mí no me corresponde. Después, bueno, está la opinión pública, la prensa, los dirigentes y los mismos futbolistas, que nos pueden evaluar. Yo llego hasta ahí. Muestro los resultados, pero sin la intención de hacer una queja ni de ponerme en plan de pobrecito, porque no me interesa. Lo que sí está claro es que es la frustración que les quedó a todos es la misma que nos quedó a nosotros.

Para acotarlo, ustedes no quedan conforme con el desenlace, pero valoran lo que hicieron, sobre todo en la Copa América Centenario en Estados Unidos.

Sin dudas. Si no, imagínate cómo estaríamos. Si no le diéramos importancia a lo que ganamos, que siempre es menos, vamos a entrar en una depresión gigantesca. Normalmente, vas a perder más que lo que vas a ganar. Hay algunas excepciones, muy contadas, que logran empatar o ganar más que lo que pierden. No le he sacado la cuenta a Messi, pero lo más probable es que esté justito.

¿Cuanto les pesó, como estigma, lo que hicieron Bielsa y Sampaoli?

Al final, las comparaciones son todas odiosas y lo que hicieron Bielsa y Sampaoli fue un trabajo importante. Y los futbolistas y la gente se entusiasmaron. Ellos generaron el primer gran cambio en el fútbol chileno. Y se encontraron con futbolistas con mucho talento y les sacaron el provecho que debían sacarle. Eso es perfecto, plausible y se agradece. Y yo creo que no con un estilo tan distinto, pero sí con una forma de conducir distinta, nosotros también conseguimos un objetivo trascendente para la histproa del fútbol chileno. Yo siempre digo que en el fútbol todos han ganado. Los que juegan a defender, los que juegan a ganar. Los que juegan para el lado, los que juegan para adelante. Los que salen en la noche, los que se duermen temprano. Los que les gustan los fideos, los que les gusta la carne. Todos ganaron. En el fútbol no hay una receta. Ganaron todos. Por lo tanto, es muy rescatable lo que ellos hicieron. Y luego la evaluación de cuanto cambió después, no lo tengo claro. Sí tengo claro que son los entrenadores que, para el público, son los que más trascienden.

¿Y donde estaba el matiz que ustedes buscaban para marcar una diferencia con una idea que era conocida, dinámica, vertical?

No creo que haya cambiado tanto. Si recordaras un poco, los sistemas de juego eran muy similares, sobre todo a la última época de Sampaoli. Menos con Bielsa, porque con él jugaban con tres defensores y nosotros jugábamos con cuatro, que hacía un rato que lo venían haciendo. A veces jugábamos con cuatro volantes y dos delanteros y Sampaoli también lo hizo. Tiene que ver con formas, con cómo visualizan los entrenadores. Hasta un tema de marketing hay de por medio. Pero está perfecto. Si cada uno es dueño de plantearse y de que lo vean como uno pretenda que lo vean.

A Rueda tampoco le fue bien y nadie podría discutir su calidad. Lo mismo que pasó con Pizzi.

Y nadie podría discutir la calidad de Juan Antonio tampoco. Está a punto de jugar la final de la liga argentina y no todos son campeones dos veces en Argentina tampoco. Por lo tanto, también tiene un mérito importante. Pero seguramente tiene que ver con el paladar, con las sensaciones que dejaron otros entrenadores. A mí Rueda me parece un tremendo entrenador también. Pero a lo mejor tiene que ver con el gusto. Con que les cuadra mucho más la idea de los anteriores entrenadores. Porque, si los ponemos a todos en la balanza, con palmarés y méritos, ninguno queda mal vestido.

El quiebre

El final de la ruta hacia Rusia 2018 termina, además, con el quiebre del grupo, ¿había señales para advertir lo que pasó, por ejemplo, con Vidal y Bravo?

No. En absoluto. Este un grupo que si bien tenía personalidades y caracteres distintos, la verdad es que los veías y, sobre todo a la hora de comer cuando estaban todos juntos, que era un grupo que funcionaba, que no había fisuras. Por los tanto, a nosotros nos llamó la atención tanto como a ustedes o al público lo que pasó. La verdad es que no estábamos ni cerca de ver atisbos de un posible conflicto.

¿Por qué sale Marcelo Díaz de la Selección? Se lo pregunto en chileno, para que quede más claro, ¿ustedes creían que Díaz era el sapo de la Roja?

No. Lo he dicho en dos o tres oportunidades. Jamás. Nosotros creíamos que Marcelo no estaba en condiciones para afrontar esos últimos partidos que nos quedaban, pero eso no significaba que saliera de la Selección. Si lográbamos el objetivo, podría haber vuelto. Marcelo era un tipo aceptado. Los compañeros le pasaban la pelota, no lo pasaban por alto. El futbolista es especial, si no quiere a alguien no le pasan la pelota y en el caso de Marcelo Díaz pasaban todas las pelotas por él. Por lo tanto, es particular el tema del sapo. Y a nosotros eso nos consta en lo absoluta. No tenemos ningún antecedente, en lo absoluto, para acusarlo de algo así.

Cuando deciden optar por otras alternativas, ¿qué buscaban que Díaz no les estaba entregando?

Nosotros sentíamos que él, en ese momento, por lo que fuera, no estaba compitiendo a tan buen nivel. Y creíamos que Pulgar, el Tucu (Pablo Hernández) y algún otro, sí. Entonces, había que elegir. Y cuando tienes cuatro opciones y solamente puedes traer tres, tomamos la decisión de que no viniera. Pero no tiene que ver con lo otro. Tiene que ver con un tema de competencia, de evaluación. Sentimos que los que elegimos para esa situación estaban en mejor momento que Marcelo. Nada más.

¿Cuanto le pesó a Díaz el descalabro en la final de la Copa Confederaciones?

Fue un accidente. Como que al arquero se le pase una pelota entre las manos o que el nueve erre un gol. Que un futbolista con las cualidades técnicas que tiene Marcelo es muy difícil y equivocó un pase. Nada más. Eso es producto de un accidente. Cuánto lo afectó, lo desconozco, pero no debe haber sido mucho, porque después llega a Argentina, jugó, hizo un gol en clásico, volvió a competir al alto nivel.

El golpe fue fuerte. Desde ahí comienza un declive que termina con la eliminación del Mundial. ¿Cómo se vivieron esos momentos, especialmente en Brasil?

Lo que pasa ese día es que nadie quiere hablar con nadie. Una pena espantosa, silencio sepulcral. Por lo tanto. Lo único que recuerdo es que Juan los juntó en un momento, 40 minutos después. Les agradeció, les deseó lo mejor, nos despedimos. Es una situación de dolor, de pena, de angustia por no haber logrado algo que para todos era muy trascendente.

¿Pecó de soberbia esta generación en este proceso, también?

Si vas a competir las clasificatorias sudamericanas de soberbio, te aseguro que sales último, porque están los mejores del mundo. De soberbia, nada, en absoluto. Fueron mejores que nosotros y nosotros erramos algunas decisiones como cuerpo técnico, que no nos permitieron clasificar.

Su futuro

Vamos de vuelta a la actualidad, ¿qué le parece que la Copa América se juegue en Brasil el país sudamericano más afectado por el coronavirus?

Complejo. Además, con muy poco tiempo para organizarla. No sé qué estarán pensando. Anoche escuché que Argentina estaba pensando en ir y volver para los partidos, pero Argentina tiene una hora y cuarenta minutos menos que nosotros en distancia para llegar a Río o Sao Paulo. Va a haber un tema logístico un poco engorroso. Las burbujas debieran funcionar, pero se me hace que va a ser una Copa desgastante para los futbolistas. Que va a ser compleja.

Y para usted, ¿qué depara el futuro? ¿Por qué no se dio lo de Bolivia?

Es una pregunta que todavía me hago un poco. Había dos acuerdos de palabra cerrados. Eso quiero, empezar a dirigir. Tengo el foco puesto en eso. Espero empezar mi carrera como primer entrenador. Me siento preparado, después de haber trabajado nueve años como segundo entrenador con Juan y haber vivido todas las experiencias que vivimos, a nivel de clubes y de Selecciones. Ese es mi foco. Encontrar un lugar que me dio la oportunidad.

La influencia de Pizzi seguramente será importante, pero ¿qué sello tendrán los equipos de Manuel Suárez?

Van a tener el sello del fútbol que se juega hoy. De posesión del balón, de presión, de someter al rival en base a la posesión de la pelota, ojalá el mayor tiempo del partido jugar en la cancha del equipo rival. Y de generar equipos competitivos, que puedan pararse en cualquier cancha y frente a cualquier rival para dar la cara.

¿Le ha llegado alguna propuesta de equipos chilenos?

No. Solamente un par de acercamientos a modo de entrevista, pero no llegaron a ser propuestas. Hice algunas presentaciones del modelo de trabajo que pretendo con el cuerpo técnico.

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