Marcelo Espina: “No podía seguir en un lugar donde me querían culpar absolutamente de todo”

Marcelo Espina ya está en Buenos Aires junto a su familia.

La primera entrevista del excapitán y campeón albo tras su renuncia. Habla de sus culpas en la crisis y también de las que, según él, le quieren achacar dentro del club. El Cabezón se desahoga y da detalles de un año muy tenso.



Marcelo Espina (53 años) ya no quiere callar. Después de su fulminante renuncia a la gerencia deportiva de Colo Colo, el excapitán y multicampeón albo alcanzó a despedirse de los más cercanos para luego trasladarse a su país y estar con su familia. Está cansado, dice. Y también dolido. Se le escucha y se le ve tranquilo, en todo caso, aunque la voz le tiembla cuando recuerda sus últimos meses en el Monumental. Da la impresión de que se quiebra, incluso, pero justo ahí acude a su mate y un sorbo reponedor.

¿No es traición dejar Colo Colo en su peor momento, colista?

¿Sabes lo que pasa? Que en este último tiempo no estaba confiando mucho en cómo estaba trabajando. No me sentía tranquilo. Se estaba entregando mucha información hacia afuera y gran parte de esa información era directamente para endosarme responsabilidades que no eran mías y que no pertenecían a mi área. Ya estaba cansado de esto. De hecho, previo al partido con Huachipato, me enfermé por estrés. No pude ir a Talcahuano, el doctor no me dejó.

Pero su imagen es de alguien que abandona el barco cuando se está hundiendo.

A ver…. Te reitero, yo aguanté bastante este último mes. Soy humano, soy consecuente, lo que tengo que decir, lo digo frente a frente. No podía seguir trabajando en un lugar donde me querían culpar absolutamente de todo y en áreas que no me correspondían. A mí me correspondía el área deportiva, de la cual me hago responsable sin ningún problema. Pero en este último mes, mes y medio, de a poco se enviaban informaciones hacia afuera en las que yo era supuestamente el culpable de cosas que ni siquiera había analizado yo o me habían preguntado.

¿Acaso cree que en ByN se estaba fraguando una maniobra para dejarlo a usted como el gran culpable de la crisis?

No sé si la palabra es maniobra. Yo soy bastante ingenuo en muchas cosas, porque como soy una persona de bien no estoy pensando en hacerle mal a otro y que me lo van a hacer a mí. No quisiera pensar que me estaban haciendo algo de eso, pero sí creo que se estaban queriendo desligar de responsabilidades para pasármelas a mí.

¿Se siente traicionado?

No quiero utilizar esa palabra...

¿Decepcionado al menos?

Eso sí, la palabra decepción sí.

¿Pero quiénes se querían desligar de sus responsabilidades? ¿Mosa? ¿Harold Mayne-Nicholls?

Los que tomaron decisiones que no tienen que ver con lo deportivo. Hay dirigentes que tomaron la decisión de enviar a los jugadores a la ley de cesantía, esa famosa conferencia de prensa, lo de Matías Zaldivia… Son todas decisiones que están relacionadas a otro ámbito, que no me pertenecía a mí, y en las cuales yo no participé.

¿Y no se le consultó? ¿No compartió esas decisiones?

Respecto a lo de pasar al plantel al seguro de cesantía, el directorio me dijo que no participara, porque yo era un integrante más de todo el personal del club que había aceptado la reducción de su salario. Un 50% menos. Yo creo que se debieron agotar todas las instancias para no llegar a eso. Así se lo manifesté en forma privada a Aníbal Mosa y al resto de los directores. Que esto era el primer eslabón que podría generar un problema deportivo. Y se los manifesté más de una vez, con el agregado de que además se generó un problema de relaciones humanas después de esa famosa conferencia de prensa.

Mayne-Nicholls dice que la crisis parte cuando Mario Salas saca a Orión. ¿Coincide con él?

Es que Mario Salas no lo sacó a Orión de Colo Colo. Hay una confusión heavy respecto a su salida del club. Y estamos volviendo a dos años atrás. Me parece que es un tema que prescribió. Mario en ningún momento le dijo a Orión que se fuera. Fue Agustín el que se quiso ir. La decisión yo la sé, Agustín la sabe, pero yo no la manifesté en su momento públicamente y no lo voy a hacer ahora tampoco. Las cosas que se hablan en una oficina o en un camarín, para mí quedan ahí adentro. Yo te puedo asegurar que Mario en ningún momento le dijo a Agustín que se fuera. Y nosotros tampoco.

Si vio esas prácticas equivocadas ¿Por qué se va ahora y nos las expuso en su momento?

Porque no tenía nada que ver . Y tampoco me las querían endosar antes, como lo están haciendo ahora. Entonces, lo que tengo que aclarar es que yo no tomé ninguna decisión relacionada a aspectos económicos de la institución. Jamás. Ninguna. Ni siquiera en el costo de la renovación de contrato de un futbolista, el precio de compra, venta, préstamo o sueldo. El gerente deportivo toma la decisión deportiva, en cuanto a la elección de algún jugador o de algún entrenador. A mí me decían “este es el valor, acá puedes subirte, acá debes bajarte o simplemente no se puede comprar o vender”.

¿Y cómo califica ahora esa conferencia de Mosa y Mayne-Nicholls, donde se envía al plantel al Seguro de Cesantía?

Fue desacertado hacer públicas conversaciones privadas. De hecho, creo que para los jugadores fue más dolorosa esa famosa conferencia que la decisión de enviarlos al seguro de desempleo. A partir de ahí, las relaciones humanas se comenzaron a quebrar.

¿Y lo de Matías Zaldivia?

Estoy totalmente en desacuerdo con eso.Otra demostración de una decisión que no era deportiva y que terminaba dañando mi área. Y eso también se los manifesté.

Si denunció estos errores, como dice, ¿no debió tomar un rol más activo para resolverlos?

Desde ese punto de vista cometí dos errores: primero, haber sido más enérgico en detener decisiones que no eran deportivas, pero que yo sabía que iban a afectar lo deportivo. Y lo segundo es que yo debí irme de Colo Colo cuando enviaron a los jugadores al seguro de desempleo, porque yo sabía que eso iba a afectar a lo deportivo, quizás no en la escala de lo que sucedió. Y se los manifesté.

Si se iba ahí, posiblemente su imagen se habría dañado menos…

Sí, pero no era fácil tomar una decisión así. Por el cariño y lo que amo a este club. Te soy sincero, en ese momento lo pensé, en la intimidad. ¿Y si me voy? Y yo me decía “pero por qué tengo que pagar los platos rotos de esto, si yo no tengo nada que ver”. Me pidieron la rebaja de salario, la acepté. Me piden que no me meta en las negociaciones con el plantel, y no me meto. No podía tener relación formal con los jugadores, porque ellos estaban suspendidos.

Los jugadores posiblemente esperaban que usted los defendiera…

Quizás, pero yo acepté mi reducción de sueldo. Entonces cómo podía entrar en la negociación, si además me piden los dirigentes que no lo haga. Estaba en el medio. Yo creo que si entraba en la negociación, hubiese quedado mal parado, porque a qué parte defendía. ¿A mi empleador? ¿A los jugadores? No era fácil la situación. Lo que sí quiero aclarar es que mi decisión de irme del club no tiene nada que ver con haber ganado un partido más o uno menos. No tiene nada que ver con los jugadores, no, no, no, no…. Esto pasa porque a mí me quieren endosar responsabilidades que no tengo. Sí asumo mis responsabilidades…

¿Cuáles son esas responsabilidades? Si Colo Colo baja, ¿asume como uno de los culpables?

Esa pregunta debiera responderla cuando termine el torneo. Sí estoy seguro y consciente de que los jugadores entrenan al máximo. Conozco su seriedad, el sacrificio que hacen y yo sé que esta tarea la van a sacar adelante.

¿Y lo del fichaje de Gaete o haber sostenido a Mario Salas, entre otras cosas?

Se dijeron muchas cosas. Respecto de Juan Carlos, su no llegada a Colo Colo fue por diferencias con su representante, como el mismo jugador reconoció en una entrevista hace poco. Con respecto a Mario, en su primer año le pusimos como objetivo clasificar a la Copa Libertadores y lo hizo. Y además se agregó la obtención de la Copa Chile en enero. No había razones para sacarlo.

¿Y cómo fue su relación con los jugadores?

No tuve problemas con los jugadores. Con Esteban Paredes, el capitán, nos saludábamos de beso mientras se podía y conversábamos casi todos los días. Me chateaba él y otros jugadores para consultarme cosas, para pedirme ayuda y si podía yo se la daba. Y después, obviamente, si había que renovar un contrato o no, era una decisión que tomaba con el entrenador de turno y que transmitía al directorio. Acá no había nada personal contra nadie.

¿El regreso de Valdivia, quien los insultó públicamente, usted incluido, fue la gota que rebalsó el vaso?

No, nada que ver. Lo de Jorge lo empezamos a conversar con Gustavo Quinteros 15 días antes de su llegada. Los dos solos, y nadie sabía. Lo fuimos analizando en el poco tiempo que nos daba tener partidos tan seguidos, hasta que un día lo volvimos a conversar seriamente y fui yo personalmente el que levantó el teléfono, el que llamó a Jorge, el que habló con él. Jorge vino a mi casa. Tuvimos una reunión Jorge, su representante, Gustavo y yo. Estuvimos charlando los cuatro, después al otro día hablamos con su representante y se cerró el acuerdo.

¿Entonces es falso que Mosa tomó la iniciativa sobre usted para traer a Valdivia?

Es cuestión de levantar el teléfono y preguntar. Es cosa de levantar el teléfono. Lo mismo pasó con Falcón, que empezamos a seguir antes de jugar la Libertadores en un partido de Peñarol con Rentistas. Lo mismo pasó con Solari. Y tengo que ser sincero, en la negociación en que yo prácticamente no estuve involucrado, sí en la elección deportiva, fue en la de Ignacio Jara, donde el presidente estuvo en un 80 ó 90% de las conversaciones. Pero te repito, Jorge estuvo en mi casa, una sábado en la tarde, 17 horas. Más detalles, imposible.

¿Le incomodó la reunión de Quinteros con Felicevich? Se publicaron fotografías.

No hubo problema por eso. Yo tenía y tengo una muy buena relación con Gustavo. El único que sabía de mi renuncia era Gustavo. Me sentí con la obligación de ir al hotel y decirle. La semana pasada estuvimos cenando en su casa, viendo el partido de Everton con Unión Española, y después un partido de Copa Libertadores.

¿Fue ridícula esa foto con Mosa y Harold yendo por Scolari?

Ya lo dije antes. Yo soy ingenuo en muchas cosas y el presidente nos pidió tomarnos una foto y yo me la saqué pensando que era para nosotros tres. Jamás pensé que se iba a subir a las redes sociales, porque en ese momento ni siquiera existía una negociación con el personaje. No entendí por qué apareció en las redes sociales del club, cuando ni siquiera se había establecido un “hola”. Obviamente fue un error subir la foto.

Foto:@ColoColo/Twitter.

¿Se considera una figura querida por el hincha?

Mi amor, mi cariño por el club está intacto. No va a cambiar. No soy yo quien tiene que responder esta pregunta. Se lo tendrían que preguntar al hincha. No me atrevería a decirlo yo.

¿Hipotecó su cartel de ídolo?

La verdad, no tengo idea. Cuando fui entrenador y no me fue bien, el amor del hincha no cambió. El hincha sabe diferenciar si algo no salió bien y a la persona; la seriedad, el profesionalismo, la transparencia, la honestidad. A mí me podrán decir desde lo laboral que me equivoqué, pero jamás me podrán decir que no fui honesto; que no fui transparente, que no fui leal, que no fui de frente. Eso jamás. A mí no me van a encontrar absolutamente nada que dañe mi dignidad.

¿Le duele lo que sucedió con usted en Colo Colo?

Sí, mucho, porque yo no soy así. A lo mejor, por ser tan bueno, terminé siendo un boludo. Pero prefiero ser un bueno boludo que un malo HDP.

¿Dejó un legado como gerente?

Toda la información está en el club y el legado, creo y estoy convencido, de que el proyecto 60-40 se puede cristalizar en el 2025 sin ningún problema. Y si no, va a estar en el límite o cerquita. Colo Colo tiene muy buenos futbolistas y si el entrenador es como Gustavo, que no tiene problemas en utilizar a los pibes, hay potencial para cumplir ese objetivo.

¿Ha hablado con Mosa después de su salida?

No.

¿Él le pidió que se quedara?

A Aníbal le puse el cargo a disposición después del partido con La Serena.

¿Con qué argumento?

Que si yo era el problema, me iba y obviamente no cobraba indemnización ni toda esa porquería que se dijo. Supuestamente yo no me quería ir porque quería cobrar indemnización, y la gente sabe muy bien que en el año de la quiebra me bajaron el sueldo en un 60% y ahora acepté una reducción de salario con todo el personal del club y el resto de los gerentes. Jamás fui un problema económico. Todo lo contrario.

¿Y su relación con Ruiz Tagle? Porque a usted lo sitúan en esta guerra de bandos…

Bien, sin ningún problema. Nunca me involucré en esta separación, porque uno sabe que todos los abriles puede haber cambio de presidente en Blanco y Negro.

¿Volvería a ser gerente?

Este cargo lo tomé porque era Colo Colo. Si hubiese sido otro club, no. Dije que tenía fecha de vencimiento y que luego iba a volver a los medios de comunicación, pero no ahora tampoco. Quiero descansar. Mis últimas vacaciones terminaron el 12 de abril de 2019. Desde ahí no descansé un día hasta que renuncié.

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