Primos Grimalt: “Las aspiraciones son altas, queremos ir a pelear por medallas en Tokio”

MARCO GRIMALT ESTEBAN GRIMALT
Los primos Esteban y Marco Grimalt.

Las dupla más exitosa de la historia del vóleibol playa chileno dejó atrás la presión de clasificar a los Juegos Olímpicos, algo que afectó a los deportistas.



Los primos Marco (31) y Esteban Grimalt (30) enfrentarán en Tokio sus segundos Juegos Olímpicos consecutivos. Los actuales campeones panamericanos de vóleibol playa llegan con otro bagaje a la cita y en la búsqueda de su mejor forma. De paso por Chile para cumplir varias actividades, entre ellas, algunas para la marca Oakley, la dupla intenta alcanzar su mejor versión. Para ello, tendrán algunas semanas de preparación, que incluyen un torneo en Suiza, la última parada del Circuito Mundial antes de Tokio.

¿Cómo llegan a estos Juegos Olímpicos?

Marco: Cuando empezamos en el vóleibol playa hace más de 10 años, Tokio siempre fue el objetivo a lograr, porque íbamos a llegar en una edad madura para el vóleibol playa, sobre los 30 años. Y eso es una edad muy cercana al peak deportivo. Nuestro sueño era clasificar a los Juegos Olímpicos. Estuvimos muy cerca de clasificar en Londres, y en Río obtuvimos una clasificación que fue histórica y nos adelantamos a ese sueño en un ciclo olímpico. De igual forma nos sirvió como experiencia. En Río no logramos el resultado que esperábamos, pero ahora con toda la experiencia ganada esperamos hacer una actuación buena en Tokio.

¿Con qué resultado quedan conformes?

Esteban: Nosotros sabemos que, jugando un buen partido, le podemos ganar a cualquier equipo, porque ya lo hemos hecho. Hemos tenido torneos en los cuales les ganamos a los mejores equipos del mundo, conseguimos medallas en el circuito mundial. Así que obviamente las aspiraciones son altas, queremos ir a pelear por medallas; es el sueño que tenemos como deportistas, pero también tenemos claro que cada partido va a ser muy difícil, porque es un altísimo nivel. Todos tienen un nivel muy similar. Queremos ir partido a partido, analizando al rival que venga y así ir buscando una medalla, que es lo que anhelamos.

¿Cuánto les afectó la para por la pandemia?

Marco: Fue algo inusual para todos. Cortar tu preparación en seco y dejar de competir fue muy duro en un comienzo. Nos enfocamos harto en lo físico, nunca habíamos tenido un periodo tan largo para hacer una buena preparación y recuperarnos de las lesiones que veníamos arrastrando. También hicimos un trabajo psicológico, al que le sacamos bastante provecho, y creo que todavía estamos en ese proceso de reinsertarnos en la competencia. Ha sido bien complejo volver a encontrar el nivel que teníamos en 2019. Ahí llegamos a los Panamericanos con una mochila de seis o siete torneos, tanto del circuito mundial como del sudamericano y ese roce se notaba en nuestro juego. Ahora los torneos han sido menos y queremos recuperar ese nivel de entonces y por eso van a ser importantes estas semanas, donde vamos a estar concentrados con equipos del circuito mundial y vamos a tener el torneo en Suiza.

Marco Grimalt, en acción.

¿Cómo les afectó en lo personal?

Marco: No nos hemos contagiado, en la familia cercana el hermano de Esteban se contagió, pero fue súper asintomático. Nos tocó mantener una cuarentena el año pasado en la casa de mis viejos, en San Felipe, donde teníamos un gran espacio, así que no se transformó en algo negativo, sino que al contrario: tuvimos un gran tiempo para compartir en familia, ya que en un año normal pasamos seis o siete meses fuera de Chile. Partí con mi señora, y Esteban alcanzó a estar un mes en Santiago y después se fue con nosotros. Ahí pudimos hablar un mini gimnasio.

¿Cuánto les cambió la vida todo esto?

Esteban: Nos tuvimos que adaptar, en un año normal tenemos 20 torneos durante el año, desde febrero hasta octubre y lo cambiamos por un año sin competencias y con limitaciones, ya que no podíamos ocupar las canchas de arena, pero a pesar de todo eso, el objetivo seguía siendo clasificar a los Juegos Olímpicos, aprovechamos el tiempo para fortalecernos físicamente. Como toda persona, tuvimos que adaptarnos a esta nueva realidad y sacarle provecho para trabajar con lo que teníamos. Fue un año de harto aprendizaje. Al final de 2020 hicimos una gira a Europa y participamos en torneos no oficiales, pero que nos ayudó a retomar después de cinco meses que estuvimos sin pisar una cancha. Nosotros como deportistas es lo que tenemos que hacer siempre: siempre tenemos que adaptarnos y buscar formas de desarrollarnos. Esta fue una forma más grande y agresiva, pero que nos sirvió para seguir creciendo como deportistas y clasificar a los Juegos y llegar más motivados que nunca.

¿Creen que les alcanzará para llegar a ese nivel que echaban de menos?

Esteban: Sí, claro. Si bien los Juegos se ven cercanos, el haber logrado esta clasificación por circuito mundial nos dio tres semanas para prepararnos mejor y llegar de una mejor manera a los Juegos, a diferencia de cuando clasificamos a Río, que lo hicimos por la última instancia, que es la Copa Continental. Estas tres semanas son súper valiosas, porque nos podemos enfocar y aprovechar estos torneos como preparación. Tenemos un buen tiempo para recuperar nivel, la confianza y sacar las cosas de la cabeza que estuvieron afectando en el último tiempo, como conseguir la clasificación, que estaba muy peleada, muy difícil, y eso te juega malas pasadas en los torneos. Se transforma en basura en tu cabeza cuando estás manejando tanta presión. Ahora que ya lo conseguimos, podemos enfocarnos en los Juegos y botar toda esa basura.

¿Qué harían distinto a Río?

Marco: Río fue un torneo un poco ingrato para nosotros. Yo sufrí una lesión dos semanas antes de los Juegos Olímpicos: me corté la planta del pie y no pude entrenar de buena forma. Veníamos arrastrando un muy buen nivel e, incluso, habíamos tenido victorias sobre los rivales del grupo, y eso nos llenó de expectativas e ilusión. Se nos cortó un poquito ese ritmo que traíamos. También sentimos que la ansiedad, el vivir la experiencia de nuestros primeros Juegos, nos jugó en contra. ¿Qué haríamos distinto? Bajar esa ansiedad y vivir más el punto a punto, como si fuera un partido más. En Río había mucha barra chilena, estaban nuestras familias y había mucha expectación...

Esteban Grimalt, preparando un servicio.

¿Qué es lo más lindo de unos Juegos?

Esteban: Obviamente, clasificar, y ya estando en los Juegos, compartir con los mejores deportistas del mundo, con los que uno sigue por televisión. Comer con ellos en la misma mesa o muy cerca, compartir y sentirte parte de la elite y del torneo más importante del mundo a nivel deportivo es algo por lo que luchamos y trabajamos siempre. Fue muy emocionante, una experiencia muy enriquecedora. Y teniendo esa vivencia, lo tomamos como base para llegar a la misma instancia, pero mejor preparados.

Este año dejaron de ser embajadores de Colo Colo. ¿Cómo tomaron esa situación?

Esteban: Era muy esperable y lamentablemente se dio por una situación concreta muy difícil que estaba viviendo y que continúa viviendo el club. No es algo que nos sorprendió de un día para otro. Teníamos muy buena comunicación con la gente de Colo Colo y a medida que iba avanzando el año y que las cosas seguían poniéndose difíciles no pudimos realizar todo lo que nos habíamos propuesto de nuestra parte y de la manera en que nosotros podíamos aportar al club. Claramente fue lamentable, porque era un gran apoyo, pero era algo que se comprende completamente y es una situación no muy diferente a la que vivió gran parte de todo el país. Obviamente, nos hubiera gustado seguir. Se entiende, pero tuvimos la posibilidad de tener nuevos sponsors.

Después de Tokio viene Santiago 2023...

Marco: Es la continuación de lo que hicimos en Lima: revalidar ese título en casa. Tremendo megaevento, va a ser histórico. Ojalá que se normalice la situación sanitaria y se realice como se espera. Pero no termina ahí, ya que el ciclo se acorta y viene París 2024 y la idea es estirar un poquito el elástico de los Juegos Panamericanos hasta los Juegos Olímpicos.

¿Han pensado en ser abanderados?

Esteban: No lo había pensado mucho, pero yo creo que cualquiera de los deportistas que nos va a representar en Tokio se lo merece, porque tienen trayectoria y representan lo mejor de nosotros y yo feliz. Hay varios que lo están haciendo muy bien en la elite de sus deportes, como Niemann... U otros con trayectoria muy larga, como la Kristel (Köbrich). Cualquiera tiene sus méritos.

¿Tienen algún sueño pendiente?

Marco: El sueño lo vamos a ir a buscar ahora, ir a buscar la medalla. Y en lo personal, formar mi familia. Yo estoy casado y con mi señora estamos muy contentos, hemos tenido que dejarnos de ver por periodos muy largos, cada uno persiguiendo sus sueños. Ella en la medicina y yo en el deporte. Ella es médico y la misma semana en que nosotros abrochamos la clasificación a los Juegos Olímpicos, a ella le dieron la noticia de que ingresaba a la beca de dermatología, que es algo que ha estado persiguiendo los últimos cinco años.

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