Rancagua fue un infierno para la U: las postales de una tarde para el olvido

Nahuel Lujan es atendido por el cuerpo médico de Universidad de Chile. FOTO: BYRON PEREZ/AGENCIAUNO

El partido ante Antofagasta fue, sin duda, uno de los más negativos para Universidad de Chile en todo el torneo. Cinco lesiones complican la planificación, un encontrón entre Espinoza y Arias evidenció los problemas y la resignación de Valencia molestó a los hinchas. Todo pasó en 90 minutos.



Ni en los peores escenarios los fanáticos azules imaginaban lo que tuvieron que presenciar sobre el césped de El Teniente en la tarde de ayer. Primero fue Marcelo Cañete cuando el encuentro ni siquiera comenzaba. Después, Junior Fernándes a los ocho minutos. A ellos se sumaron Franco Lobos a los 25′ y luego Yonathan Andía al 85′. La estocada final llegaría cuatro minutos después, con la dramática lesión de Nahuel Lujan. Lo peor es que no solo las lesiones amargaron la jornada. Espinoza y Arias discutieron en pleno encuentro y Valencia pasó del fastidio a la resignación durante los últimos minutos. Todo le salió mal a los azules ante Deportes Antofagasta.

Ni Cañete ni Junior

Cuando en el calentamiento, Marcelo Cañete le dijo al cuerpo técnico que una molestia no lo iba a dejar salir a la cancha, el rostro de Esteban Valencia ya demostraba fastidio. La ausencia del 10 era un problema. Había que volver a repensar el equipo.

Por eso agradeció la presencia de Junior Fernandes. Sabía que el delantero podía neutralizar la falta del ex Cobresal y le dio la titularidad. Esa confianza provocó que el desazón fuese mayor cuando a los ocho minutos lo vio haciendo gestos a la banca. No podían creerlo los hinchas, y tampoco Valencia. Pero el DT no podía quedarse pensando en la mala suerte. Rápidamente hizo entrar a Lucas Assadi y comenzó a entregar indicaciones a sus pupilos. Era un partido clave y la U necesitaba despertar de una mala racha de tres encuentros de local sin poder ganar.

Junior Fernandes en el suelo al momento de su lesión (FOTO: BYRON PEREZ/AGENCIAUNO)

Tres lesionados en 25 minutos

Cuando Valencia ya solo pensaba en como ponerse en ventaja, un jugador volvió a romperse. Era Franco Lobos, quien tirado en el pasto del estadio mundialista mientras se tocaba la ingle, evidenciaba a los espectadores y televidentes que la U tendría que volver a hacer un cambio. Manos al cielo y diálogos con sus ayudantes. Valencia no entendía lo que estaba viendo. Era inexplicable, y lo sigue siendo para muchos hinchas, el cómo la U perdía a tres jugadores por lesión en 25 minutos. No hay planificación que resista ese nivel de descalabro.

La peor parte se la llevó Luján

En el segundo tiempo las lesiones volvieron a golpear a la U. Primero fue Yonathan Andía y después Nahuel Luján. Este último el de mayor gravedad.

La repetición impactaba. El argentino iba a pelear un cabezazo y caía mal. La rodilla fue la zona más afectada en una lesión que de primeras hacía pensar lo peor. El jugador tuvo que salir en camilla y fue inmediatamente llevado en ambulancia a un centro de salud. Los médicos ponían mala cara y ya se habla de un corte de ligamentos y una fractura de tibia y peroné. Solo los exámenes podrán comprobar aquello y el tiempo que estará fuera de las canchas el Gato.

Arias vs Espinoza y la resignación de Valencia

Fue en medio de esa situación que dos azules perdieron los papeles. Mientras los médicos atendían al delantero trasandino, Ramón Arias y Gonzalo Espinoza se enfrascaron en una discusión que tuvo que ser contenida por otros jugadores de la U. Se reprochaban y discutían. Cuando se le preguntó a Arias por la situación, el defensa le bajó el perfil a la situación. “Una calentura del partido y queda ahí”, comentó a los micrófonos de la transmisión oficial.

Pero Valencia quedó pasmado cuando vio la escena. La tarde nuevamente le tenía una sorpresa, una que simplemente no aguantó. Su reacción al ver la escena se limitó a hacer un gesto de “esto no va más” con las manos.

Tras eso ya solo quedaba esperar que el arbitro pitara el final. Fue empate a dos. Uno que a fin de cuentas le salió muy caro a la U. Cinco jugadores lesionados, dos defensas peleados, una racha negativa que no termina y la sensación de que Valencia ya no sabe como mejorar al equipo. Una jornada para el olvido, pero que puede marcar mucho de lo que pase de aquí en adelante en la vereda azul. Y todo con el nuevo jefe en la tribunas.

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