Rueda ya se pone pesimista con la vigencia de la generación dorada

El seleccionador chileno, en una entrevista por Zoom.

Aunque el seleccionador dice que "el jugador chileno tiene una buena longevidad", repara en "el desgaste de esta profesión", en que "seis meses no son lo mismo para un chico de 26 que para un hombre de 35-36" y en que "están pasando dificultades para ser titulares".



Otra vez en una entrevista para medios internacionales, mientras se resiste a atender a los chilenos, el seleccionador nacional, Reinaldo Rueda, regaló sus opiniones sobre la situación de la Roja. Esta vez con tintes alarmistas o pesimistas sobre la vigencia de la generación dorada. Lo hizo en el sitio web de la FIFA, poniéndose el parche antes de la herida sobre lo que se va a encontrar a la vuelta de su trabajo, que ya lleva ocho meses interrumpido. Desde el 15 de octubre, ante Guinea, que no juega.

¿Teme que este parón sea especialmente perjudicial para los miembros de la Generación Dorada, ya veteranos?, le pregunta la web de la FIFA. Y la respuesta de Rueda no esconde su preocupación: “Es muy fuerte, pero ellos son muy optimistas. El jugador chileno tiene una buena longevidad. Como el vino, cuanto más añejos, más maduran y están más tranquilos. Pero hay que afrontar la realidad del desgaste de esta profesión. Seis meses, por ejemplo, no son lo mismo para un chico de 26 que para un hombre de 35-36. Impactan. Cabe esperar que nuestros jugadores grandes tengan salud y que eso les permita tener vigencia en sus clubes porque, sobre todo los que juegan fuera, están pasando dificultades para ser titulares”.

También habló el seleccionador sobre su falta de trabajo con el equipo y lo que puede afectarle. Y también dejó ver su inquietud: Ha sido muy traumático, porque ya han sido 6 para 7 meses sin apenas contacto con los jugadores y aquí en Chile, además, no hubo competencias de octubre a diciembre. Ahora depende de cuándo retornen las ligas. El ritmo después de tantas jornadas de inactividad, por más que jugadores y cuerpos técnicos se hayan preocupado de hacer un mantenimiento, va a ser difícil. Y después está la parte psicológica de lograr un nivel ideal de competencia. Deberemos hacer un aprovechamiento de lo que hagan los clubes donde están nuestros internacionales”.

Rueda volvió a deslizar la idea de renovar en nombres la selección, como cuando llegó, hace dos años y medio, aunque todavía no se haya animado demasiado: “Hablar de estrategias ahora es un poco incierto, pero no descarto ir proyectando jóvenes aprovechando también la madurez y experiencia de los líderes. Tenemos que dejar un legado y sembrar para el futuro inmediato del fútbol chileno”.

Habló el técnico colombiano también de un nombre propio, Claudio Bravo, a quien durante mucho tiempo excluyó de sus convocatorias sin una explicación clara: “Es impresionante cómo influye Claudio Bravo y su ascendencia en la selección por su trayectoria, su inteligencia de juego… Lo perdimos todo un año por su lesión, la rotura del talón de Aquiles, y ahora esperar que pueda seguir aportando toda su capacidad y talento. Va a ser determinante si lo podemos disfrutar. Esa es la gran ilusión. Nadie se quiere ir de la selección y por ahí va a pasar todo. Ojalá le veamos defender la meta en Catar”.

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