Santiago Escobar: “Perdonar no es fácil, es una tarea pendiente, porque he sufrido mucho”

Foto: Gentileza Javiera Mera/Universidad de Chile

El técnico de Universidad de Chile revive el dolor que le provocó el asesinato de su hermano, Andrés. En lo deportivo, asegura que tiene las armas para pelear por el torneo nacional.



Los 36 años que Santiago Escobar lleva en esta actividad, se notan. El nuevo entrenador de Universidad de Chile sabe que será esclavo de sus palabras y por lo mismo, cuida cada una de sus sentencias. Las mismas que piensa mientras camina por las calles de Santiago. Un ejercicio diario que realiza para intentar desconectarse, aunque pocas veces lo logra.

“Estoy acostumbrado a trabajar con este tipo de presiones y dimensiono en el gran club en el que estoy y me gusta. Me gusta la presión, me gusta competir y sé a qué clase de fútbol he llegado y la responsabilidad que tengo”, dice.

¿Cuál sería esa responsabilidad?

Recuperar el ADN del equipo. Salir a ganar todos los partidos y volver a poner a la U en el sitial que se merece. Eso es lo que andamos buscando. Pero también queremos que desde afuera se vea a un equipo que trate bien el balón y que intente jugar bien al fútbol.

Tarea difícil para un elenco que ha peleado el descenso en los últimos tres años...

Lo primero que debemos hacer es lograr que los jugadores logren creer en ellos mismos, desde la confianza, desde sus capacidades. Y luego, tener fe en el trabajo que se está haciendo. Y, a veces, se va a jugar bien. Y, a veces, mal. Y, a veces, regular. Pero en la medida que haya identificación entre jugadores y cuerpo técnico, y en la medida que los futbolistas crean en ello, las cosas se van a dar, porque el trabajo va a estar.

¿Está trabajando la cabeza de los jugadores?

Sí. Y lo vengo haciendo 15 años. En todos los equipos en los que he estado he tenido un psicólogo y le llamamos entrenamiento mental. Y eso también lo implementamos acá con una gran profesional, Paz Ocampo, la cual es una persona reconocida en dicho campo.

¿Encontró a un plantel muy golpeado?

Estaban con el deseo de comenzar un nuevo proyecto y arrancar de cero. Con la ilusión de que todo lo que pasó en los últimos años, quede en el olvido. Ya lo vivieron y no quieren volver a repetirlo, porque los muchachos quieren a esta institución y no quieren volver a pasar por eso.

Para ello se ha contratado a ocho refuerzos y se pueden sumar un par más, ¿esto le pone más presión a su trabajo?

Con refuerzos o sin ellos, siempre habrá presión. Esto es la U y entonces, la aceptamos y sabemos que son las regalas del juego. Hoy se han contratado individualidades y nuestra tarea es conformar un buen equipo de fútbol, para que genere alegrías a los simpatizantes de la U.

¿Está conforme con el equipo que armó?

Han ido llegando jugadores que nos van a aportar desde la portería hasta el último delantero y esperamos la incorporación de algún otro futbolista... Vamos por el camino que es y estamos contentos con dicha marcha.

Y en esta marcha, más allá del nombre propio, ¿aún le falta un volante central?

Estamos evaluando, están las conversaciones y hasta que no lo confirme la U, no lo podemos adelantar.

¿Se traerá un central para reemplazar al lesionado Luis Casanova?

Ya llegó Ignacio Tapia a ese puesto y vamos a seguir evaluando esa posición. No nos cerramos y seguimos observando.

Cubierta ambas posiciones, ¿terminan las contrataciones?

En esto del fútbol no se puede decir que se acabó la temporada de contrataciones, porque lo que hoy es sí, mañana es no. Y se puede tener lesión o podemos ver al equipo falto en una posición y se podrá sumar, por lo que estamos abiertos a que llegue otro jugador.

¿Debieron hacerse las cosas de otra manera, para que el plantel estuviera cerrado antes de iniciar el torneo?

No pensaría eso, porque el esfuerzo está, las conversaciones están y porque la dirigencia ha hecho todo lo posible porque los jugadores lleguen. Pero muchas veces las negociaciones no son fáciles, porque el jugador que se quiere tiene contrato con otro club y ese club no lo deja salir o porque hay un empresario de por medio y hay otras cosas en las negociaciones que no son fáciles.

¿Alcanza para pelear el campeonato con lo que tiene?

Alcanza para competir por esa primera posición del torneo y es lo que vamos a buscar, es nuestro propósito y lo trabajaremos con nuestras herramientas.

La historia reciente dice que por más que los entrenadores buscan, Azul Azul los cambia... ¿Le aseguraron un plazo para poder desarrollar su idea?

Desde que me invitaron al proyecto, sabía dónde venía y que en los últimos tres años, los resultados no habían sido buenos. Pero me acostumbré a trabajar ante las dificultades y ya son 36 años en esta actividad, 14 como jugador y 22 como técnico, por lo que valoro estar aquí. Además, este proyecto me llamó la atención por la clase de club que es la U y lo vi como un reto personal y profesional... Por eso uno asume la responsabilidad de los resultados y los entrenadores somos hijos de ellos, pero si la gente se engancha y se identifica con la entrega y el juego del equipo, no hablaremos de estas cosas y habrá una U que le guste a la gente.

¿Cuándo veremos a la U que le gustará a la gente?

No, no, no… De tiempo no voy a hablar, porque después van a decir que dio dos partidos o un mes o dos meses. No. Creo que vamos a ir partido tras partido y en la medida que vamos sumando jugadores al plantel, seremos mucho más competitivos y buscar lo mejor en cada encuentro.

¿Por qué no desea ponerse un plazo?

Es por diferentes razones. Hay jugadores con Covid, otros lesionados y otros que están por llegar al plantel. Entonces, en la medida que los tengamos a todos disponibles, seguramente vamos a tener un equipo más competitivo y ahí podremos hablar de lo que vamos a hacer durante todo el año.

Y ante La Calera, ¿se verá al equipo que jugó ante Colo Colo o ante Boca Juniors?

La idea es que veamos a una Universidad de Chile que haya evolucionado. El partido con Boca nos gustó mucho, sobre todo el primer tiempo que jugamos once contra once, y ese es el equipo que vamos a ver. Ahora tenemos algunos jugadores lesionados y otros con Covid, pero estamos tratando de armar un plantel competitivo y en el inicio debemos tener orden y equilibrio en la cancha.

¿Qué esquema táctico utilizará?

Lo veremos.

¿Cuál es el que prefiere usted?

Prefiero uno que pueda funcionar bien: 1-4-3-3, 1-4-3-2-1, 1-4-4-2 en rombo… Independientemente de la estructura, la idea es que funcione el equipo más allá del sistema.

¿Quién será el capitán?

Los jugadores eligieron entre ellos y salieron tres nombres y después nosotros como staff técnico, cuando lleguen todos los jugadores, vamos a tener un capitán más. Hoy está Felipe Seymour, Camilo Moya y Cristóbal Campos y estamos terminando analizar las situaciones, para determinar quien más se suma a estos capitanes.

¿Por qué no respetar la elección de sus dirigidos?

Porque queremos sumar un nombre más y estamos mirando en el día a día quien puede ser el líder del equipo.

¿Y qué debe tener este futbolista para que Santiago Escobar lo nombre capitán?

Debe ser un jugador ejemplo, que les marque el camino a sus compañeros, que tenga liderazgo a través de la palabra o un liderazgo futbolístico, que tenga credibilidad y eso lo colocamos en la balanza.

El dolor y la paz

El asesinato de su hermano, el seleccionado colombiano Andrés Escobar, ocurrido en la década de los noventa, marcó para siempre la existencia del adiestrador estudiantil. Hoy, más allá del dolor, habla con amor de su ser querido. “Es una persona que está presente todos los días, independiente del lugar donde yo esté. Yo a él le ofrezco muchas cosas de mi trabajo y de mi vida, porque teníamos una linda relación y, porque había mucha comunión entre ambos... De hecho, cuando enfrento un partido -en algún momento del día- pienso en Andrés... ¡Fue una persona que significó mucho en mi vida!”, señaló.

¿Superó el hecho? ¿Logró perdonar al asesino?

Eso nunca se supera, es como cuando un padre pierde a un hijo. Jamás se supera. Perdí a un hermano, pero no a un hermano común corriente. Andrés era diferente, era una persona con muchos valores, era demasiado especial y la verdad es que me ha costado mucho perdonar... Perdonar no es fácil, es una tarea pendiente, porque he sufrido mucho y la verdad es que aún no entiendo porqué pasó lo que pasó. Pero perdonar hasta el día de hoy se me ha hecho muy difícil.

Hoy en Chile también hemos visto hechos como éste, ¿cómo cree usted que se puede lograr la paz en una sociedad que cae en la violencia?

Mi mensaje siempre ha sido que en la medida que las personas que gobiernan lo países piensen en la educación y que las nuevas generaciones tengan más oportunidades de vida, más vínculo con la sociedad, más incorporación a la misma, vamos a tener una sociedad mejor.

¿Qué se debe hacer para eso?

Habría que educar a la gente para que los jóvenes tengan más oportunidades. Esa es la única manera, Si no cada día que pase tendremos una sociedad con mayor resentimiento y con mayores dificultades, habrá mayor desempleo y tendremos más hambre. Y esto no puede ser. No puede ser posible que en este siglo exista gente que no tenga para darle a sus hijos sus tres comidas diarias o que les falte el agua potable. No puede ser que la gente no tenga salud o educación. Y si los gobernantes se ocupan de esto, tendríamos mejores sociedades. ¡Sin duda alguna!

La falta de oportunidades, provoca las migraciones y con ello, se ven hechos de xenofobia. ¿Se puede erradicar?

Para ello, hay que tener respeto por el otro y aceptar las diferencias. Eso es fundamental. Y no estigmatizar a las personas, porque son de un lugar o de otro. Todas las personas tienen los mismos derechos y en la medida que haya respeto, nos entenderemos mejor. Eso sí, nosotros los extranjeros que llegamos a un país como Chile, que nos da la oportunidad de trabajar, debemos comportarnos bien y si hacemos eso y nos dedicamos a trabajar honestamente, vamos a tener mejor aceptación y se logrará la convivencia entre todas y todos.

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