Un tenis más agresivo, antroposofía y un estado físico top: los secretos del renacer de Christian Garin

Christian Garin, celebrando su victoria sobre el australiano Alex de Miñaur. Foto: AP.

Después de un comienzo de año para el olvido, donde se llenó de dudas, el número uno chileno disfruta uno de los momentos más dulces de su carrera, de la mano del técnico español Pepe Vendrell. Ya está en cuartos de final de Wimbledon.



Después de cuatro horas y 34 minutos, Christian Garin (43º) no lo puede creer. Se lleva las manos a la cara de la emoción. Por primera vez se encuentra en los cuartos de final de un Grand Slam, tras superar en cinco sets al australiano Álex de Miñaur (27º). Y lo consigue nada menos que en la Catedral, Wimbledon. Ahí solo Luis Ayala, Ricardo Acuña y Fernando González fueron los únicos chilenos que pudieron llegar a esa ronda.

Mostrando un nivel de colección, el tenista nacional exhibe una cara totalmente distinta a la que tenía a fines de la temporada pasada y a comienzos de esta, cuando no encontraba las respuestas para salir de un pozo profundo, momentos en el que fue fundamental el apoyo de su familia y de su círculo más estrecho de amigos, quienes nunca lo han dejado solo.

La llegada de Pepe Vendrell revolucionó a Gago. El técnico español había sido el responsable de prácticamente toda la brillante carrera de Roberto Bautista Agut, uno de los mayores ejemplos de resiliencia del circuito. Al jugador hispano, el castellonense lo llevó al top ten y también debió enfrentar junto a él duros golpes familiares, como el accidente que dejó tetrapléjico al padre del tenista y su posterior fallecimiento en plena Copa Davis (donde él fue el héroe del título), y la inesperada muerte de su madre de solo 52 años, mientras dormía.

Entonces, el entrenador reunía tres aspectos fundamentales en esta búsqueda: amplio conocimiento técnico y del circuito, un perfil meticuloso y ser un motivador. “Me he encontrado con un jugador con un potencial bárbaro. Lo que hay que trabajar mucho es la confianza. En los últimos tiempos ha perdido un poquito de crédito hacia sí mismo y de autoestima. Eso hay que ponerlo en su sitio, porque tenísticamente no siento que tenga muchas cosas que cambiar; sí hay pequeños detalles que puede ir ajustando, sobre todo, el instinto de competir; de ser un jugador fiable, de ser un jugador que entrega difícil”, comentaba el entrenador, en entrevista con El Deportivo hace tres meses.

En esa línea, una de las virtudes que destacó de inmediato fue la manera en cómo Vendrell fue encargándose de todos los factores que presionaban al chileno. Estuvo encima en cada detalle para evitar el desgaste psicológico que arrastraba largamente. Y ahí fue fundamental el trabajo del especialista Marcos Acosta, conocido como el Coach del Yo, quien trabaja una técnica basada en la evolución personal centrada en la consciencia, cuya orientación es la antroposofía, y su fundamento está en el despertar del yo individual mediante procesos intelectivos y prácticos, según su propia definición. Hoy se ve a un Garin tranquilo, muy enfocado y competitivo.

Otro aspecto refiere a la manera en que el cuerpo técnico basa la estrategia de juego, donde la fortaleza física de Gago ha sido gran el eje para desarrollar el resto del plan. Esto sorprendió muchísimo a Vendrell en su arribo. “Ese es un poquito el Christian que estamos construyendo: que, cuando nos vean, la presencia que tengamos en pista sea la de un jugador muy sólido, con mucha intensidad y llevando los partidos al terreno físico, donde tiene un potencial descomunal. Estamos haciendo días de tres horas de pista ¡y es que no acaba ni cansado! Tiene una fuerza física sobrenatural”, alababa el técnico. De hecho, en el encuentro frente a De Miñaur quedó plenamente demostrado, pues mantuvo la intensidad durante todo el partido. De ese frente han estado a cargo Cristian Madariaga, su fisioterapeuta de siempre, y el PF Javier Bustos.

Por otra parte, el técnico ha trabajado en la mejoría de la agresividad de sus tiros. Hoy su derecha está mucho más sólida y suelta. Eso le ha permitido aumentar su estadística de tiros ganadores. Así, por ejemplo, en el encuentro ante De Miñaur, consiguió 56 winners contra 31 de su rival. En tanto, su revés, que se ha caracterizado por ser su golpe más sólido a lo largo de los años, se ha convertido no solo en una gran herramienta ofensiva, sino también en un enorme arma en facetas defensivas. “Estoy contento y jugando muy bien. Esta es la forma de juego que me gusta y vengo trabajando de hace tiempo ser agresivo y mi intensidad, estoy más agresivo con mi saque y eso hace que los partidos dependan de mí”, graficaba hace unos días la primera raqueta nacional.

Estos cambios también nutrieron de jerarquía al tenista nacional, quien bajo el alero de su entrenador no solo le permitió llegar a cuartos de final de un Grand Slam por primera vez en su historia, ante un rival al que jamás le había ganado un set en sus tres enfrentamientos previos, sino que además consiguió las cuatro mejores victorias por ranking en un major, siendo la más importante la obtenida sobre su rival de este lunes. Trabajar, trabajar. El premio llega ahora”, resume el chileno sobre el secreto su éxito.

Si bien Wimbledon no entrega puntos, por la sanción que le impuso la ATP por el veto a los tenistas rusos y bielorrusos, y Garin saldrá del top 50 en el ranking por no poder defender los octavos de final del año pasado, lo concreto es que estas dos semanas quedarán grabadas a fuego en su corazón y que si sigue en esta línea, será cosa de tiempo su regreso al top 20.

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